"ACTING OUT Y PASAJE AL ACTO". Víctor Iunger.

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(*) Conferencia en el Hospital General de Agudos de MAR DEL PLATA. Provincia de Buenos Aires. Argentina. 15 / 11 / 1993

La cuestión que vengo a charlar con ustedes y a raíz de la cual agradezco a quien corresponda, Mar del Plata es un lugar muy querido para mí por muchas razones, tengo muchos amigos aquí, algunos están aquí, y bueno, lo que les voy a transmitir en este breve lapso son algunas de las cosas que yo vengo pensando respecto de la clínica del pasaje al acto, en relación a algunos parámetros psicoanalíticos clásicos, quien más o menos haya estudiado la cuestón los conoce y algunas precisiones respecto de esos parámetros que a mi se me fueron presentando en la medida en que estuve trabajando con las cuestiones. Básicamente estas cosas son cosas que probablemente más de uno haga espontáneamente .

A mi me pasó una cosa muy particular, un buen día me dí cuenta que las cosas que uno suele hacer espontáneamente frente al pasaje al acto; y cuando digo uno no solo me refiero a los maravillosos psicoanalistas, muchas de las cosas que hacen los familiares, el médico de guardia o de la obra social que hace dos años o medio año que se recibió, que nunca se vio confrontado con situaciones de esta clase y que son a los que les tocan las cosas màs difíciles, esas de urgencia con la ambulancia, las hace espontáneamente a veces, uno las hace a veces en circunstancias más formales; uno hace muchas cosas que zafan de lo que son los dispositivos clásicos del psicoanálisis, safan de lo que es un dispositivo clásico de lo que es un análisis y que más de una vez ocurrió que una persona que supervisaba conmigo vino diciendo algo así como quien va al confesor, algo así como mirá las cosas que hice, esperando algún tipo de sanción o de alivio a su sentimiento de culpa hacia el psicoanálisis.

Y en verdad, lo que uno veía era, no solo que no había hecho mal, entre comillas lo de mal, sino además lo que hacía tenía que ver con lo que era la estructura de la situación, que era perfectamente teorizable, perfectamente situable dentro de parámetros teóricos que aunque sea de un modo esquemático vamos a plantear, y que además, en tanto uno se advierte de eso, en tanto uno se advierte de que hace cosas que zafan del dispositivo clásico del análisis y que esas cosas están en el marco de una teorización posible, uno tiene un grado de advertimiento que le permite ser tal vez más eficáz de lo que haga la próxima vez. Creo que en tanto eso es asi, vale la pena la transmisión de esto, vale la pena que uno lo cuente. Y bueno, yo no digo que lo que uno transmita les sirva a los demás pero hay alguna chance de que al menos le sirva a alguien, así que les cuento.

En primer lugar, tal vez por una cierta pasión obsesiva de mi parte, yo me pregunté por los parámetros teóricos que permiten definir el pasaje al acto en diferencia al acting out. Esto tal vez sea redundante para ustedes, pido disculpas a los que ya lo manejan, pero simplemente para aclarar de que vamos a hablar. En ambos casos se tratan de , escenas, de escenas con una cierta actividad por parte del sujeto en cuestión, analizante, paciente, como lo quieran llamar, hace cosas constituyendo una escena o por lo menos en el marco de una escena.

En el acting out, de lo que se trata, es de una mostración en esa escena, hay una mostración desafiante frente a un Otro, digamos, se trata de una mostración desafiante, que un sujeto, llamemosle así, le dirige a un Otro, un Otro que está posicionado en una situación problemática, es un Otro que está fallando en su función. Las funciones del Otro pueden ser definidas de un modo muy amplio, hay todo un espectro de cuestiones que hacen al Otro pero yo recorto en este caso es una instancia del Otro, que se trata de un Otro que está constituído pero que està desfalleciente. Desfalleciente qué quiere decir, falla. Falla en qué, falla en su función de lector y de interpretante. Y falla también en su función de soporte del sujeto, uno puede ir ampliando, no es solo que falla como interpretante, uno va más lejos y diría falla como lector y si uno va más lejos todavía falla como soporte para el sujeto ahí donde tendrìa que funcionar como soporte. Esto implica un cierto avance respecto a las cosas que se fueron formulando, porque la formulación clásica es que falla como interpretante.

En segundo lugar, se trata de un sujeto que, por cuestiones que hacen a él o que hacen al Otro, que muchas veces es la misma cosa, no logra mostrarle o hacer reconocer su deseo al Otro. Y el acting out consiste en una mostración de ese deseo a Otro en un intento de reconocimiento, que en general es un pedido de interpretación o un pedido de lectura. Finalmente, la interpretación es un modo sofisticado, es un modo significante de lectura, y la lectura es un modo público de reconocimiento, lo de público es una ironía, pero quiero decir, es un modo de reconocimiento, uno lee todo el tiempo, todo el intercambio entre nosotros son lecturas, lecturas y contralecturas, diría también escrituras, pero bueno, eso es una disgresión. Entonces, lo que un sujeto le muestra al Otro, su deseo, que no està siendo leído por el Otro, no está siendo reconocido, no está siendo aceptado, y se lo muestra mediante la acción.

Porqué se lo muestra mediante la acción, porqué apela a la instancia de la mostración; esto de la mostración poco a poco va constituyendo un término de la teoría psicoanalítica, muestra porque no tiene otro modo, porque le falla a este sujeto, le falla la articulación significante. Normalmente, lo que habitualmente ocurre es que una cadena significante al cual el objeto está vinculada, le despliega un marco que le presenta el deseo al Otro. Eso falla en la instancia del acting out y por eso el sujeto muestra, y lo muestra mediante una acción, que es una escena en lo real, es un fantasma fracasado que se despliega en lo real y que le señala el objeto de deseo al Otro. Y cuando digo objeto de deseo no me refiero al objeto de deseo en el sentido más estricto del término sino en lo que suele ser el señuelo del deseo, el objeto del deseo no es exactamente una entidad, el objeto del deseo es un vacío hacia el cual el sujeto tiende. Pero ese movimiento de tendencia hacia ese objeto que no existe, ese objeto del deseo siempre está enganchado a un objeto señuelo, por lo cual uno dice deseo tal cosa, uno dice deseo x, cada uno pondrá ahí lo que...,ahora, una cosa es que uno pueda decirlo, que uno cuente con la estructura significante que le permita planteárselo al otro, aún cuando uno no sabe que lo está diciendo y otra cosa es que no cuente con eso por un déficit de su estructura o por un particular posicionamiento del Otro, entonces lo muestra y lo muestra mediante la acción.

Hay una falla de la estructuración fantasmática, una falla de la articulación significante y eso que es la mostración. Es un pedido, paradojalmente es un pedido de que el Otro lea, un pedido de interpretación y no es interpretable, porque si falla precisamente la articulación significante la interpretación no tiene mucho que hacer ahí. Y lo muestra, esperando que el Otro pueda aprehender eso, que el Otro ocupe su lugar.

Hay dos modalidades del acting out, una modalidad que es la que fue trabajada clásicamente en la literatura psicoanalítica que es la del acting out permanente, la del pañciente con acting out, que es casi un modalidad psicopatológica, quiero decir, no viene definido desde la estructura de la situación analítica. Es ese tipo de paciente o de persona que viven su vida de acting en acting, digo que es una modalidad psicopatológica, no es una definición muy precisa, pero quiero decir, no hace falta la estructura de la transferencia en el análisis para definir esto.

La otra modalidad es la que fue trabajada por Lacan, es la del acting out como una viscisitud de la transferencia, que lo llevó a Lacan a decir el analista es el partero del acting out, quiere decir que el analista por una falla en su posición de escucha, de lectura, engendra el acting out. Por lo cual alguien que asiste en su práctica a algo del orden del acting out, lo primero que tiene que preguntarse es, como dice la película, qué hice yo para merecer esto, eso suponiendo que lo merece, quiero decir, no deja de ser una apreciación un poco paranoide.

Por último, para terminar con este esquema rápido sobre el acting out, porque no es nuestro tema de hoy, sino que lo estoy tomando como referencia para tratar lo otro, para terminar uno diría y bueno, pero cual es la teoría de esta cuestión? En primer lugar y para decir cual es la teoría del actinfg out o cual es el término teórico que nos permite situarlo, les diría que entre las dos modalidades del acting out que les acabo de mencionar hay una identidad de estructura. Si bien en una abarca toda la vida del sujeto y en el otro es una viscisitud de la transferencia y le pasa a todo el mundo, no creo que ninguno de nosotros de haya salvado en su vida de hacer uno, dos o más n actings out; también se puee usar para insultar, che lo que vos estás haciendo es un acting out, se puede usar, lo cual no quiere decir que siempre sea cierto, por lo cual uno puede contestar pero no vos no estás siendo riguroso, pero estas cosas ocurren y lo que unifica la teoría de las dos cuestiones, de las dos cosas, es la noción de forclusión.

Habitualmente se suele hablar de forclusión para una falla en lo que es el eje, la esencia, la médula de lo fundante de la estructura simbólica del sujeto, habitualmente se habla de forclusión del Nombre del Padre y a partir de ahí se suelen explicar las distintas modalidades de las psicosis. Hoy en día, quien más quien menos, algunos a regañadientes, poco a poco todos van entrando en la idea de pensar que la forclusión no es solo propiedad de los psicóticos, que una cosa es la forclusión del nombre del padre y otra cosa es la forclusión , la forclusión es un mecanismo mucho más generalizable como instancia teórica, en buena parte de los teorizadores de estas cosas se habla de una forclusión constitutiva, o sea, que todos nacemos de una forclusión, y entonces después existen distintas modalidades de la forclusión, una es la del nombre del padre y otras de ciertas modalidades de forclusión implica que en la vida de todo buen neurótico que se precie de tal hay estructuras que pasan por la forclusión.

Quiere decir que hay lugares de la estructura que no pasan por lo que es la estructuración de la neurosis, no pasan por la represión, no pasan por la vuelta de lo reprimido, no pasan por la simbolización, no pasan por la articulación significante. Ahí el significante falla, eso uno lo puede llamar puntos forclusivos, o sea que implica una definición de la forclusión más amplia que se puede ejercitar sobre el lugar de la malla significante donde la malla significante falla, donde hay un agujero allí. Puede no haber solo un agujero ahí, lo que pasa es que esto significaría empezar a teorizar otras cosas que tal vez hoy no nos da el tiempo para eso. Significa tal vez, si no hay significante pero hay texto, entonces cual es el estatuto de ese texto, y les diría la escritura, pero bueno estoy hablando un poco en abstracto. O sea que uno podría hasta pensar en una escritura en relación con todo esto, pero eso implicaría entrar en la diferencia entre escritura y significante, lo dejamos para otra vez. Bueno pero implicaría decir que el acting out podría ser una escritura, una escritura en lo real. Bueno, hasta aquí el acting out, y qué es el pasaje al acto entonces porque para eso vinimos.

El pasaje al acto también es una escena, hecha o relatada; y en este punto les quiero aclarar otra cosa. Yo les voy a hablar del pasaje al acto en la neurosis, de la clínica del pasaje al acto en la neurosis. Les aclaro esto porque el pasaje al acto a diferencia del acting out que en general se define para la neurosis y para los bordes de la neurosis, el acting out se suele definir para la neurosis y para personas, pacientes, analizantes que están en los bordes de la neurosis, que tienen que ver con la neurosis, aunque tienen neurosis complicadas, digamos así, neurosis complicadas en su posibilidad de ser definidas como neurosis, pero tiene la neurosis como referencia.

El pasaje al acto no, el pasaje al acto es una instancia definible en casi todas las estructuras psicopatológicas. El pasaje al acto uno lo encuentra en el melancólico, lo encuentra en el histérico, lo encuentra en el paranoico, lo encuentra en el esquizofrénico, lo encuentra en el perverso, lo encuentra en el drogadependiente. Siempre el pasaje al acto puede estar ahí, en algún lado. El tema es que uno siempre se puede preguntar cuando uno aplica la palabra pasaje al acto a cosas que ocurren en lugares o en instancias, en un contexto estructural tal diferente, cual es la razón de llamarlo pasaje al acto en todos los casos y además si hay algún elemento de la teoría que pueda ser común a estas distintas instancias y que nos permita seguir manteniendo el mismo tèrmino para una cosa que, descriptivamente en un principio se nos presenta como parecido.

Hasta donde yo llego con la cuestión, y por ahora llego hasta el pasaje al acto en la neurosis y algunas puntas que estoy viendo por ahí y me propongo investigar en el futuro de qué es lo que pasa en otras instancias, hay un cierto nivel de teorización del pasaje al acto que está muy cercano a la experiencia, se podría decir así, que es común a las distintas estructuras. Es decir, algunos de los parámetros que yo les voy a presentar son comunes, casi siempre a las distintas instancias del pasaje al acto en las diferentes estructuras y eso nos permite, por ahí la idea, el concepto del pasaje al acto. Lo que sospecho, y sospecho nada más es que si uno se pone a investigar el pasaje al acto en otras estructuras y tiene que pasar este nivel; ustedes saben que en las terorías siempre hay niveles de abstracción en las hipótesis, aca está la experiencia, que es la verdadera experiencia, en un primer nivel están formulaciones que están cercanas a esto pero que tienen un cierto nivel de abstracción, bueno, después vienen las más abstractas, las abstractas, y uno llega hasta Dios de vez en cuando. El tema es que la teorización que nosotros podemos hacer acá es común a todas las estructuras, el problema es cuando uno llega a este nivel o a este un poco más alto, uno tiene la teoría de la paranoia, la teoría de la esquizofrenia, la de la melancolía, la de la histeria, entonces cuando tiene que ubicar estas teorizaciones en cada uno de estos lugares, entonces ahí se empiezan a complicar las cosas. O no, vamos a ver, yo se los cuento dentro de algunos años.

Entonces quería hablar de la clínica del pasaje al acto en la neurosis. Sospecho también en función de esto que muchas de las cosas que uno ha descubierto, descubierto no, se ha encontrado con respecto a las operaciones frente al pasaje al acto en la clínica de la nuerosis, por ahí, haciendo las transformaciones del caso le da pistas sobre que hacer más arriba, quiero decir más allá, en otras instancias. Yo tengo esta sospecha y creo que hay razones para sostener esta sospecha.

Entonces, les decía, el pasaje al acto es una escena, al igual que el acting out, es una escena que a un analista le viene en forma directa o le es relatada, y a diferencia del acting out no es una escena, salvo en algunas instancias, suelen ser sorpresivos; el pasaje al acto suele ser sorpresivo en la esquizofrenia algunas veces, no siempre, a veces no sorprende, pero por lo general no sorprende. El pasaje al acto no sorprende en la melancolía, no sorprende en la histeria. Cuando digo no sorprende me refiero a que hay muchas pistas, muchos indicios que a veces aparecen como temores, preocupaciones, uno se queda preocupado. Uno lo ve venir, se lo huele, y hay que estar atento a esto que uno huele, no para vivir preocupado por el asunto pero si para escuchar. El pasaje al acto se va anunciando, en la neurosis por lo general se va anunciando, y una de las cosas para las cuales me sirvió darme cuenta de las cosas que hacía es para poder empezar a entender mejor o situar mejor las pistas que a uno se le van ofreciendo acerca del pasaje al acto.

Entonces, a diferencia del acting out, que es más bien sorpresivo, el pasaje al acto se ve venir, primera cuestión. Segunda cuestión, estamos en un plano descriptivo por ahora, en el pasaje al acto uno se encuentra, con el correr del tiempo, en una velocidad variable, a veces lentamente, a veces más aceleradamente, uno encuentra una escena que tiene este tamaño, después se va encontrando poco a poco con una cosa que se va agrandando, digamos así, en términos vitales diríamos, la escena del pasaje al acto va tomando cada vez màs, más instancias de la vida del sujeto, yo lo diría de un modo más sistemático, el espacio analítico que se genera con este analizante, el espacio está tomado cada vez más por los parámetros del pasaje al acto. Es una escena que va desplegándose y configurándose in cressendo.

Y ahora viene el segundo tiempo de la escena, o si ustedes quieren, la segunda escena, mejor, segundo tiempo de la escena, que es paradojalmente, el cese brusco de la escena. La escena culmina, llega a un punto, se produce un disparador y la escena cesa bruscamente, se terminó. Y la esencia del pasaje al acto es este tiempo, la definición misma del pasaje al acto es este punto de ruptura de la escena, lo cual no implica que todo lo que pasaba antes uno le deje afuera del pasaje al acto, por muchas razones, teóricas y clínicas, así que conviene llamar pasaje al acto a toda la configuración teniendo presente que el punto culminante del pasaje al acto es este, este punto de ruptura. Porqué? Porque en este punto de ruptura la configuración de la escena del pasaje al acto que se va haciendo progresiva ya es absoluta, es total, y al sujeto no le queda otra instancia que romperla y la rompe identificándose absolutamente a uno de los elementos de esa escena y haciéndola cesar.

Ahora veamos qué es esta escena que se va configurando y que alcanza su expresión en el momento previo del pasaje al acto, del pasaje al acto propiamente dicho, quiero decir, del corte de la escena. Uno podría definir esta escena progresiva en base a dos ejes. Fíjense que en el pasaje al acto se trataba de mostrarle al Otro desfalleciente, a un Otro que falla, el dese a través del objeto señuelo del deseo. Una mostración del deseo a través del objeto señuelo del deseo. Eso implica que el sujeto y el objeto no están identificados, son dos cosas distintas. Uno dice mirá, acá está el objeto señuelo del deseo, se acuerdan el caso de Kris, de qué me venís a hablar si es cierto o no es cierto que yo soy plagiario si en realidad lo que yo quiero es plagiar, yo quiero plagiar, más allá de que efectivamente plagie o no, lo que yo te digo es que yo quiero plagiar, quiero sesos frescos. Le muestra el objeto al Otro, pero el sujeto está diferenciado del objeto.

En el pasaje al acto ocurre esta estructura, por un lado, dos lados, el costado del sujeto y el costado del Otro, al Otro lo voy a escribir sin la barrita, qué pasa del costado del sujeto. Del costado del sujeto, uno lo que ve, y cuando digo lo que ve ustedes imagínenselo en múltiples instancias que pueden ser en la vida cotidiana, en el consultorio, yo les hablo desde el consultorio nada más. Uno lo que ve es que el sujeto, poco a poco empieza a presentarse en posiciones de identificación al objeto en tanto deshecho. Ustedes saben, sino se los recuerdo, que hay una teorización lacaniana, que seguramente casi todos conocen que es llamar al objeto de la pulsión, al objeto del deseo, objeto a.

Y este objeto a tiene distintas dimensiones, yo lo puedo definir como objeto causa de deseo, por lo tanto es un objeto perdido, que de él lo que queda es un vacío, puedo definirlo como objeto pulsional, voz, mirada, heces, pecho; o puedo definirlo al objeto a como resto, como deshecho. Voy a usar un término un poco grosero, como un trozo de mierda, de deshecho, eso que queda como resto. La imágen moderna por exelencia de lo que podría ser el objeto como resto son estos deshechos que la humanidad no sabe como sacárselos de encima y que no son degradables, no son convertibles en otra cosa. Uno podría decir llegan a tal grado de degradación que no pueden ser convertidos en otra cosa. Esta dimensión también es inherente a la definición del objeto a como deshecho. Bueno, el sujeto está identificado al objeto como deshecho, pierde sus soportes narcisistas, ojo que el narcisismo no es nada malo, se usa como insulto ese es un narciso, pero quien no, y gracias a Dios.

Pero bueno, el problema es cuando el narcisismo es una cosa excesiva, que uno no es nada más que su narcisismo y el problema también es cuando uno no tiene soporte narcisista. En este caso, el sujeto va perdiendo los soportes narcisistas, se va transformando nada más que en una mierda, en un deshecho, y eso ha sido puntualmente, uno lo escucha una vez, lo escucha dos veces, en tal situación, en tal otra situación, el sujeto va quedando reducido a esto, eso va in cressendo. En general, todos tenemos una instancia Ideal con la cual tratamos de identificarnos, o con respecto a la cual tratamos de parecernos, el Ideal va siendo perdido por el sujeto, o mejor dicho más que perdido, uno es básicamente no Ideal, es decir, el Ideal va quedando del lado del Otro. El sujeto de Ideal cada vez va teniendo menos, de deseante cada vez va teniendo menos. Es decir, todos los parámetros subjetivos, todo aquello que sostiene a cualquiera de nosotros, se va perdiendo, y el único soporte para nuestro ser; y sabemos que nuestro ser no tiene soportes salvo estos soportes, el ser en si mismo no tiene soportes, es absolutamente leve, como les gusta decir a los post modernos. Entonces, el único soporte para el ser es esta posición de mierda y eso va ganando progresivamente la escena. Del lado del Otro pasa una cosa equivalente pero contraria, el Otro se va absolutizando, por eso lo dibujé sin barra, cada vez aparece más completo, más total, más absoluto, más perfecto. Todo lo que va perdiéndose acá va allá, a veces hasta de un modo grotesco. Uno que escucha estas cosas dice cómo puede ser que lo vea tan maravilloso al Otro...(fin cassette 1 lado A)

....que además es muy teatrera, es muy telenovelera, uno tiende hasta a sonreirse ante esta especie de telenovelización que ella hace de esto, pero lo más gracioso es que ella se lo cree en serio, a pesar que lo que a mi me muestra en la sesión es una cosa de ah, dejate de joder, no finjas. Pero efectivamente, el Otro tiene todos los atributos que el sujeto pierde, el sujeto en posición de mierda, el Otro absoluto. El Otro se transforma en Ideal, el Ideal y el Otro con mayúsculas coinciden, no el Ideal y el objeto a coinciden en el lugar del Otro que es el punto de la hipnosis, no confundirlo con la hipnosis, la sugestión. Es la confluencia absoluta del Ideal con el Otro con mayúscula.

Digo una cosita más, ustedes saben que ley y deseo son absolutamente correlativos. El deseo funda la ley, y más aún, la prohibición del deseo funda la ley. En el pasaje al acto, el deseo del Otro y la ley quedan a tal punto coanudados, en una confusión tan absoluta, que no importa cual sea esa ley o cual sea ese deseo. Ese deseo va a ser ley desde el Otro. Una ley no a la que el Otro está sometido, no porque la verdadera función de la ley es una ley a la que el Otro está sometido y que por eso la transmite. El Otro transmite la ley, que es una ley que lo excede. Aquí la ley y el deseo del Otro coinciden absolutamente, hay una total coalescencia, por lo cual la ley del Otro es también el capricho del Otro y es también , si ustedes quieren la legitimación del goce del Otro. Ley, deseo, goce, Ideal y Otro absoluto, así. Y esto también va en grado creciente, esto también va presentando pistas progresivas, cada vez más, cada vez más.

Bueno, cuando uno ve venir este tipo de situación, este tipo de situación se ve venir, a veces de un modo más atenuado, a veces de un modo más fuerte. En la práctica nuestra, por lo general, por lo menos en el ámbito de la neurosis es una práctica que nos da bastantes chances para trabajar con esto, uno tiene presentificaciones de esto con distintas modalidades y por supuesto si esto no es un panorama absoluto, si uno encuentra instancias deseantes, si uno encuentra instancias donde algo del narcisismo del sujeto se sostiene, donde algo de la actividad del sujeto se sostiene, uno puede operar de un modo más sencillo o más fácil que cuando esto se va transformando en, o cuando esto constituye el mapa del sujeto o del analizante que se nos presenta. Lo cual implica una clínica más fácil pero que en la escencia, en la médula es muy parecida. Es decir, yo les estoy presentando una cosa extrema para mostrarles cual es la estructura de la cuestión y ustedes van a ver que mostrarles el tipo, en el sentido weberiano del término, el tipo puro de la cuestión, después nos permite pensar los tipos no puros de la cuestión. No siempre las cosas llegan a este extremo, muchas veces hay instancias de un tratamiento donde esto se configura pero hay un poquito de narcisismo en juego por acá, otro poquito de significante por allí y otro poquito de deseo por allá que nos permite manejar las cosas con una clínica menos dramática que cuando esto se nos configura así. Pero esto se nos puede configurar así muchas veces, y a veces en el más pintado de los neuróticos.

Bueno, qué se hace con esto? La primera cuestión, yo les hablo desde la neurosis y desde el psicoanálisis, eso no implica que uno pueda hacer muchas cosas desde, o en relación a cosas que no son la neurosis y por ahí desde otras instancias de práctica, solo que si no toman en cuenta esto, estas cosas, yo tengo mis dudas acerca de la posibilidad operatoria. Esto es una especie de modelo ideal, pero modelo ideal que lamentablemente o no tan lamentablemente se nos presenta muchas veces y con respecto al cual saber qué hacer, o por lo menos poder situarse, tener una idea de la estrategia y entender esta estrategia en función de la teoría, o sea, no se trata de un recetario, permite después manejar las particularidades, porque siempre estas cosas son particulares. Entonces, lo primero, la primera ley frente a esto, yo diría el primer punto estratégico, porque de lo que se trata es de pensar una estrategia, o del parámetro para una estrategia es, lo diría en estos términos, es pensar o situarse frente al hecho de que esto es una vicisitud transferencial, transferencia. Bueno, yo puedo decir transferencia cero, pero digo transferencia, quiero decir, la dimensión transferencial está casi perdida o no se puede encarar, pero yo tengo la transferencia acá, como baliza.

Que la tenga o no la tenga modifica mucho los hechos pero es un parámetro fundamental. Porque la mayoría de las eficacias, o la mayor parte de la eficacia tiene que ver con lo que se pueda hacer del orden de la transferencia, y ojo que a veces en una circunstancia en una guardia, en una intervención puntual de la ambulancia o en la calle, uno, a veces no tiene posibilidad de apelar a esta instancia, y sin embargo la tiene que tener ahí, a veces hay que hacer rápidamente maniobras que provocan transferencia. Y les digo una cosa un poco bruta, a veces la transferencia se provoca con una palabra y de los modos menos pensados., y tengan en cuenta su intuición, por eso yo les decía, estas cosas uno las hace solo que no se da cuenta que es lo que está haciendo, a veces una palmada, tocar a alguien así o decirle estoy con vos, palabritas de esas lacrimógenas no, son hechos de la estructura. Uno está convocado por la estructura para hacer algo. Uno está tomado por una estructura transferencial, aún cuando la posibilidad de transferencia es muy fuerte en un contexto determinado. Pareciera mentira, pero lo que creo es que esta estructura no solo lo lleva a hacer cosas al sujeto, al paciente, lo lleva a hacer cosas a quien lo atiende, a quien se ocupa de él, la estructura lo lleva. Cuando uno se conmueve frente a lo que al otro le está pasando y hace algo, lo hace llevado por la estructura, lo cual no quiere decir que siempre lo que haga está bien, eso es otra cosa. Pero ojo, atento con lo que a uno le sale, porque las cosas que a uno le salen, muchas veces son cosas que tienen que ver con lo que está pasando, con la estructura de la cuestión. Muchas veces son las que hay que hacer, muchas veces, no siempre.

El primer parámetro es la transferencia, la transferencia. Cualquier eficacia en estas cosas tiene eficacia en tanto se establezca o se sostenga un punto de transferencia. Y, ahora les hablo nuevamente desde la situación analítica, hay un parámetro fundamental en esto, por ejemplo, si uno se preocupa por algo que le llega, si, uno se preocupa, digo, desde el punto de vista de la teoría, qué le pasa a uno cuando está preocupado?, y, uno está en falta, uno está fallado, uno está mostrando su carencia, o por lo menos, viviendo su carencia. Y si nosotros decimos que en el pasaje al acto el sujeto se encuentra frente a un Otro sin barrar, y si uno encarna, en una situación de pasaje al acto la instancia del Otro, o lo empieza a encarnar, si uno se muestra preocupado; preocupado no quiere decir temeroso, aterrorizado, simplemente se muestra interesado y preocupado por lo que está pasando, pero ojo que un Otro en falta no quiere decir un Otro impotente, entonces está haciendo la primera operación de la clínica del pasaje al acto que es empezar a instaurar una barra. El primer elemento de la situación del pasaje al acto empieza a ser objeto de una operación. Lo primero que uno tiene que tratar de ser el Otro, tiene que manejar la escena, tiene que convertirse en el Otro en eso que está pasando, por eso les decía en transferencia. El segundo elemento es que tiene que ser un Otro en falta, un Otro preocupado, pero preocupado no quiere decir ni aterrorizado, ni impotente, ni sumergiéndose en el suicidio con el otro, quiere decir solo eso, preocupado. O sea que cualquier instancia de la abstinencia clásica frente al pasaje al acto es un desvío serio respecto de la ética del psicoanálisis. Esa idea de ah!, venga la próxima sesión, en su horario, ese si, si, si, hablamos en su horario, en su sesión, hay que ser muy prudente con eso.

Les cuento una anécdota, que es una anécdota verdadera, me contaron, ustedes saben que cuando uno está preocupado por algunos de estos temas, si se enteran los amigos, les aportan casuística, entonces, yo estaba con este tema, que iba a hablar de esto en el Lacano y me cuenta una amiga mía: Ah!, vos sabés lo que pasó? Resulta que tal y cual, que tiene su consultorio en un edificio de departamentos, un buen día le pasa lo siguiente, en ese edificio hay un analista, vive una persona, una persona que estaba pasando por una crisis importante, un neurótico, llama a su analista un domingo, en un momento del fin de semana y le dice que está muy mal, que realmente no aguanta más y el otro, un analista más o menos bien plantado con su práctica y su experiencia le dice, clásicamente, le dice, bueno mire qué le parece, lo espero en su sesión, en su horario habitual, acto seguido el otro va, se tira por la ventana y cae al patio de este analista, de este otro analista. Así que la abstinencia, que es una regla analítica muy importante hay que saber como usarla.

El silencio o la abstención, diría yo puede ser una encarnación valedera de la regla de abstinencia y también puede ser la encarnación verdadera de la no abstinencia más absoluta. Puede ser la confirmación de la instancia donde un sujeto se encuentra a merced de ese Otro absoluto. Un Otro absoluto que puede mostrar dos caras de goce absoluto. Una cara de goce absoluto donde está tomando al sujeto como objeto porque està en posición de objeto, de deshecho; puede mostrarle dos rostros al Otro. Un rostro donde es gozado por el Otro, el goce absoluto del Otro es de este sujeto como objeto, entonces tiende a cortar la escena para sustraerse de ese goce del Otro. Y la otra modalidad es de una exclusión absoluta de la totalización del Otro, donde, uno diría, la figura del goce del Otro es la figura de la indiferencia absoluta del Otro, no tiene ningún lugar para mi. Así que, hay que ser muy prudente con la abstinencia, lo cual no quiere decir que uno lo invite a almorzar el domingo, obviamente.

Entonces, transferencia, barradura del Otro encarnada en el analista. El analista tiene que presentarse barrado. Muchas veces, decirle a un paciente en una circunstancia, cuando dice qué me está pasando, decirle y yo no sé, pero lo vamos a averiguar, eso no quiere decir que todos salgan de acá y digan bueno, nos vamos a suicidar, pero decir yo no sé, bueno yo tengo otro amigo mío, los amigos son bárbaros, y cuando se enteró que estaba trabajando este problema me contó de un paciente que lo venía amenazando con el suicidio, no sé, era el martes y tenía sesión el jueves y dice el jueves me parece que no voy a venir porque yo me mato antes, y el analista le dice: y, pero me da muy poco tiempo. Les estoy hablando de un analista de una calidad clínica muy reconocida, me pareció brillante, y, me da muy poco tiempo. Por supuesto eso terminó en un chiste pero además fue una maniobra brillante. Pero es esto, mostrarse en falta.

Y con respecto a la transferencia hay varias modalidades de la instalaciòn de la transferencia del Otro absoluta. Una de ellas, que es la que más obstáculo hace a la práctica analítica es la de que el paciente, que está en la posicición de deshecho, va confirmando, va encerrándose en esa posición de deshecho y de exclusión. El se autoexcluye y uno de los índices clínicos de eso es que falta a sesión. La sensación subjetiva, la contratransferencial; la contratransferencia existe eh?, la sensación contratransferencial de uno, eso para los lacanianos, la sensación contratransferencial es que a uno no le da intervención, que por un lado le dice mirá, me estoy muriendo no aguanto más y por otro lado a uno lo deja afuera. Falta a sesión, no viene, llega tarde, nos cuenta tres palabras con las que no podemos hacer un pepino y entonces, en qué consiste, vuelvo sobre la primera posición de la transferencia, uno tiene que asumir el semblant, semblant saben lo que quiere decir en francés?, apariencia de la demanda.

Uno se tiene que hacer portador y soporte de la demanda y de la transferencia de un modo muy particular, de un modo advertido. Ojo, es una maniobra analítica y no es convertirse en la mamá o la abuelita del paciente, uno le pide al paciente que lo llame por teléfono y ahora vamos a ver porqué lo del teléfono, uno le pide al analizante que se siente, también vamos a ver porqué, uno lo llama eventualmente por teléfono, le dice usted me llama tal día a tal hora y después me llama tal otro día a tal hora. Uno se ocupa de sostener la transferencia, le requiere que venga a sesión, se mete, hay que meterse. En este hacerse cargo de la demanda hay en juego además otra operación, para los lacanianos esto se los voy a decir en términos muy lacanianos. Se trata de establecer una continuidad, la continuidad es un concepto topológico entre lo que es la escena de la vida del analizante y la escena del análisis.

Normalmente, habitualmente es el paciente el que se encarga de sostener la transferencia y de fijarse los puntos, porque no lo hace de un modo constante, de fijar los puntos de contacto entre la escena de la vida del analizante y la escena del análisis, lo hace el analizante. Como el analizante tiende a totalizar al analista y a la escena del análisis y al quedar él destruído, es el analista el que tiene que tratar de poner en continuidad las dos escenas. Yo les dije antes, uno actúa desde la estructura del analizante, entonces se trata de mantenerse dentro de la estructura del analizante para poder operar, porque uno no opera desde afuera, opera desde adentro de la estructura, y esa, si ustedes quieren, es una definición de la transferencia. Este es el fundamento de la operación, de la cuestión. Piensen ustedes en qué obstáculos hay, porque ustedes se habrán dado cuenta, cuando no se trata de la neurosis y estas constelaciones tan aparentemente sencillas no se puede realizar con tanta facilidad, pero son clave tenerlas en cuenta.

Les voy a decir una cosa, en el plano imaginario ocurren muchas cosas en la escena del pasaje al acto, en la medida que el sujeto va tomando posición de resto y es un tema que hay que investigar, yo no puedo decir algo muy definitivo respecto de esto, pero me encontré con muchas instancias, que me haya encontrado con muchas instancias no quiere decir que las haya encontrado todas, por eso digo, es un tema que hay que investigar. Muchas veces ocurre que con la pérdida de los parámetros y los soportes narcisistas del sujeto se producen fenómenos de fragmentación corporal, no solo en las histéricas, en las histéricas particularmente, y en las situaciones de duelo más aún. Me acuerdo en este momento el caso de una paciente que había perdido su padre hacía poco, estaba en un duelo muy patológico, realmente muy mal llevado cuando vino a verme y además se agravaba el duelo por el padre, porque, estaba empezando a tramitar a raíz de ese duelo, el duelo por la madre que había muerto cuando ella tenía l2 años, a esta altura tenía 26, o sea que era un desastre, estaba muy mal. Es notable una serie de sueños. En el primero, sueño traumático, más o menos salido de Más allá del principìo del placer, sueña que su padre está en terapia intensiva, parte de su cuerpo vendada, una imagen bastante, eso, imágen fragmentada del otro. A la sesión siguiente me cuenta otro sueño en el que la que está vendada por todos lados es ella, ahí es donde yo le digo que se vuelva a sentar.

Habíamos ya pasado una cierta etapa de trabajo, habíamos empezado su análisis y sobreviene esto con una particularidad en la fragmentación corporal que es que se transforma de vuelta en una instancia donde el sujeto cree sentirse a merced del goce del Otro. Es decir, es una instancia aterrorizante, son situaciones aterrorizantes y el terror en el registro subjetivo de lo que podría ser vivido, si uno lo sitúa en el Otro, como el goce del Otro o es una de las modalidades del goce del Otro. Por lo cual, cada una de estas noches terroríficas y fragmentadas era una invitación al suicidio. Esta mujer jugueteaba con el suicidio de un modo de esos que uno le hace decir, por las dudas le creo. Y de paso un avisito. Cada vez que ustedes vean a alguien, aunque sea muy neurótico o muy histérico, que amenaza con el suicidio, hay que tomarlo muy en serio, no solo porque se puede suicidar en serio, porque los histéricos no suelen leer el manual que dice los histéricos amenazan pero no se suicidan, de vez en cuando se suicidan, pero no solo por eso, sino porque además si alguien necesita imaginarase que para zafar del goce del Otro o para investigar qué es él para el Otro tiene que fantasear y hacerse toda la película del suicidio es porque no tiene con que otra cosa hacerlo, entonces hay que tomarlo muy en serio el asunto.

Bueno, sigo con la fragmentación corporal entonces, esta mujer presenta esta fragmentación corporal así, me extendería mucho si les cuento qué pasó después, fue muy interesante como seguían los sueños de esta mujer. Entonces ahí vemos otro elemento, hay fragmentación corporal.

El otro elemento que está en juego, y acá ya estoy en un terreno más bien clásico y conocido que es la agresividad. La agresividad es un elemento muy importante, acuerdense ustedes todas las reversiones del odio, la vuelta del odio contra sí mismo, el odio contra el otro, en la famosa frase de Freud, todo suicidio es un homicidio, que ustedes si quieren también la pueden dar vuelta, todo homicidio también puede ser un suicidio, y estas cosas entre el homicidio y el suicidio definen los parámetros del odio en el pasaje al acto, y la instancia del duelo. Esto también hay que verificarlo, hay que seguir investigando, pero, hasta donde yo lo voy situando por ahora, creo encontrar la figura del duelo en el pasaje al acto. Lo cual no quiere decir que uno pueda empezar a procesar el duelo así nomás, porque para poder tramitar el duelo hay que estar en condiciones, hay que dar exámen de ingreso, hay que poder tramitar un duelo. Uno muchas veces, antes de poder empezar a trabajar un duelo con el paciente tiene que controlar los parámetros que les estoy diciendo porque sino la estructura simbólica del sujeto no opera y el duelo es una operación de médula simbólica.

Bueno, muy bien, dichas así las cosas, entonces algunas operatorias más, son estrategias, cada uno hace con esto lo que su singularidad le va indicando. Pero fíjense, además de la operatoria de la transferencia, que implica poner en continuidad la vida del analizante en la escena del análisis, mantener eso, mantener la transferencia dentro de la estructura porque es desde el único lugar que se puede operar, además de poner al paciente en una circunstancia donde el cuerpo de uno pueda transformarse en soporte del cuerpo del otro, es decir, ofrecer el cuerpo del analista a la mirada del analizante, ofrecer su mirada para sostenerlo narcisísticamente. Por supuesto ahí vale sentar al paciente, vale ponerlo frente a frente, más aún, yo creo que estaría contraindicado no ponerlo. Hay otras operaciones que se juegan a nivel pulsional, a nivel de lo real pulsional. Piensen ustedes que si el sujeto está identificado al objeto como deshecho, una operación escencial es clivarlo del deshecho. Cómo lograr diferenciar al objeto y al sujeto?, entonces hay una operación que es una operación muy, no demasiado complicada de hacer pero requiere cierto darse cuenta de lo que está pasando, que es ofrecerle uno el objeto a pero no como deshecho sino como objeto parcial.

entonces, nosotros hablamos antes de pedirle al paciente que nos mire. Bueno, además de que nos mire, mirarlo, poner fuerte en juego la mirada, lo cual no quiere decir hacer esas cosas ridículas que a veces se hacen, pantomimas , mirarlo, mirarlo en serio, que nos mire, porque es un modo de ofrecerle la mirada como objeto pulsional, y si uno le pone el objeto ahí adelante, lo ayuda a él a dejar de ser el objeto, se entiende?, es invitarlo a tener un objeto para dejar de serlo.

Lo mismo ocurre con la voz. Si uno le dice, llámeme por teléfono, además de ofrecerle la palabra como corte, porque a todo esto no explicité algo que es obvio, que el primer elemento de manejo del pasaje al acto es la palabra, es el hablar, el hablar es el corte natural del goce que puede estar en juego en la escena del pasaje al acto. Entonces, además que cuando uno habla con el paciente lo protege, lo protege con el elemento más básico que es la palabra, también está ofreciendo la voz, cualquier voz, no hace falta que sea la de Oscar Casco, la voz como objeto pulsional también invita a clivar el objeto deshecho del sujeto. Y una instancia adicional, podríamos decir así, pero que empieza a ponerse en juego espontáneamente, hay que estar muy atento para usarlo, que es que apenas el analizante muestra un gramito, una punta de subjetividad, una punta de actividad deseante, la màs mínima, uno se tiene que poner a sostener eso.

Apenas el analizante empieza a pensar en el odio hacia el objeto perdido uno tiene que hacerlo hablar sobre el odio o si el no empieza a hablar sobre el odio del objeto perdido, ustedes saben que esa es la condición, el amor, la ambivalencia con respecto al objeto perdido hace que el objeto perdido quede en posición de amado y el propio sujeto, identificado a ese objeto, en posición de odiado, ahí tienen la instancia del suicidio. La operación ahí consiste en invitarlo al sujeto a hablar del objeto, ojo esto no pasa por decir lo que pasa es que usted odiaba a su padre, esto me parece una brutalidad, hay que empezar a buscar las pistas, los caminos por los cuales se empiece a desidealizar el objeto perdido cuando el sujeto empieza a mostrar algo de esto, y a veces aparece en los sueños, aparece en el relato, aparece en distintas formas y uno tiene que subrayar estas cosas. La operación analítica no solo es interpretar, la operación analítica también es subrayar, remarcar, a veces remarcar silenciosamente, decirle ve?, escúchese lo que dijo y lo espero en la próxima, simplemente eso. Son, yo se los digo de un modo que parece un recetario, pero es una lógica de la operación analítica frente a estas cosas. Uno diría porqué y para qué. Porqué?, y uno diría cuál es el problema? El problema es muy sencillo. Yo no conozco a nadie que haya hecho el pase en el cementerio ni en la cárcel y no es ajeno a la ética del psicoanálisis admitir que uno cuando atiende a la gente o analiza, en el fondo está interesado en la vida de ese sujeto, de ahí a transformarse en la madre (fin lado B cassette 1)

.....y la otra cuestión es que hay que pensar que si en un análisis se instauran este tipo de viscisitudes, el pasaje al acto o el acting out, es porque habría que pensar que la estructura de ese sujeto, de ese analizante no permite la puesta en juego en el análisis de lo que pasa ahí, porque por algo ocurren estas cosas, sino es por esa vía, son circunstancias del análisis y las circunstancias del análisis están para ser sobrellevadas a los fines del análisis y no para quedar sometidos en ellas en nombre del respeto por la verdad subjetiva del analizante. Quién va a avanzar con respecto a su verdad en el medio de un acting out desaforado por el mundo o, como les dije antes en la tumba. Hay razones muy poderosas por las cuales estas cosas hay que encararlas y el análisis pasa por ahí, no son artificios laterales al análisis, esto es el análisis mismo. El análisis no es solamente interpretar, que vengan sueños y cuando no vienen sueños y uno interpreta y el paciente se va contento, uno dice es inanalizable, o dice, no, lo que pasa es que estas cosas hay que esperar. Hay muchas cosas frente a las que hay que esperar y hay otras cosas en las que hay que tomar las lanzas.

El pasaje al acto hay que dejarlo venir. Uno apenas empieza a tener esbozos de estas cosas, anuncios, uno no se tiene que tirar de cabeza a cortar la escena. Hay que dejarlo venir como se dejan venir muchas instancias fantasmáticas. Ustedes saben que el fantasma muchas veces se va presentando y uno no lo corta de entrada, porque si no lo deja actuar un poquito en la escena uno no sabe que cortar, pero hay que dejarlo venir hasta ahí y una vez que esto se va instalando más o menos con sus diversas facetas en la escena del análisis se empieza a maniobrar o por lo menos se empieza a cortar, diría yo. Las maniobras en realidad, el trabajo con esto se va haciendo progresivamente. Bueno, habría mil cosas para decir de esto, tal vez yo agregaría una sola para terminar, si uno se pregunta porqué alguien tiene que pasar por el pasaje al acto para pasar por estas cosas, yo les diría, nuevamente, porque hay forclusiones. Nuevamente, porque muchas veces el aparato simbólico de alguien no le alcanza para tramitar sus duelos, no le alcanza para tramitar lo que él es, porque todos somos algo en relación al goce del Otro. En algún punto somos objetos del goce del Otro. Todos nos constituímos como sujetos en una exclusión fundamental, pero cuando nos falla el aparato simbólico para procesar eso, cuando nos falla el fantasma, la fantasía es un derivado del aparato simbólico, y bueno, pasan estas cosas y con estas cosas hay que poder hacer algo, a los fines del análisis. Yo creo que de esto se derivan muchas cosas para la clínica en el hospital, para la guardia, para muchas cosas, y bueh, veremos que se puede hacer con esto. Eso es todo. (Aplausos, pla pla, pla,pla .....)

Preguntas: Yo quería preguntar respecto de estos puntos forclusivos, se los suele llamar de diferentes formas, forclusión del orden el objeto o de un significante que no es el significante del Nombre del Padre, vos podrías decir algo respecto de esto?

V.I.: Te agradezco la pregunta (ja!), porque me permite decir una cuestión o una cosa. Hay sectores de la teoría que son muy imprecisos, uno puede decir cosas, pero como son cosas de un alto nivel de abstracción, hay que decirlas con mucha prudencia. Si yo uso la palabra forclusión de lo que no es del Nombre del Padre o todos estos virajes es porque me dice algo y no me obliga a definirme demasiado. Yo también en vez de decir forclusión no del Nombre del Padre podría decir forclusiones parciales, como decía Nassio, podría decir fallas en la trama simbólica, pero no hay en este momento, por lo menos no tengo a mano un aparato más fino para definir de qué se trata. Sé que se trata de una falla del aparato simbólico, por eso prefiero decir que hay ahí algo del orden de lo forclusivo, también por el modo de retorno, porque retorna desde lo real, también por el hecho de que pareciera ser que pasados ciertos momentos la forclusión puede transformarse en otra cosa en los neuróticos y en los bordes, entonces me sirve la palabra forclusión pero es muy débil todavía la teoría de la forclusión, salvo en estas cosas que te digo que son muy generalizables, muy generales y que pueden ser nombradas de distinta manera. Lo importante es que hay una cuestión a ser el a del Otro y a la exclusión fundante del sujeto que falla y que falla por falta de aparato simbólico. Uso forclusión porque me parece que es el término que, dentro de la teoría tiene más aceptación y pareciera decir más cosas, digamos así, pero es un tema a investigar, probablemente es un tema con respecto al cual se puede avanzar en la medida que avance la teoría de la cuestión, porque la clínica de la cuestión es un hecho demasiado grueso para la fineza de los términos que están en juego. La clínica psicoanalítica y las sofisticaciones teóricas a veces tienen tal distancia que no son comprobables en términos clínicos, más bien son situables dentro de una trama teórica determinada, en tanto la vas puliendo la vas situando mejor, no sé si te contesto.

(pregunta poco audible en relación a la diferencia entre acting, pasaje al acto y síntoma o formaciones del inconsciente, si no se trata de la forclusión del Nombre del Padre, de qué forclusiones se trata?)

V.I.: Sí, pero de todos modos quedan problemas con la forclusión, yo creo que ya estamos muy avanzados ahora como para que les cuente un caso que tiene la particularidad interesante para la investigación clínica, porque se me presentó un caso que para mi fue el caso princeps que me llevó a trabajar este tipo de problemas del pasaje al acto, no el del acting out, que tiene la particularidad que se me fue presentando en varias etapas. Su análisis, el análisis de una persona culmina con un pasaje al acto el análisis, retorna después de muchos años, deja y vuelve, y eso me permitió seguir una secuencia con respecto a este problema del pasaje al acto. Pero les quiero aclarar una cosa antes que varias veces se me viene a la mente y me voy olvidando a medida que sigo hablando y es que pasaje al acto no es solo el suicidio. Hay otras modalidades de pasaje al acto, a veces es el homicidio, donde la única diferencia es la doble vertiente de la frase todo suicidio es un homicidio, a veces el intento de corte del goce del Otro se ejercita directamente sobre el Otro, ahí de paso, se aniquila el propio sujete, piensen en Aimè, en Dora, es una cachetada, un pasaje al acto así tan benigno es lo que uno desearía de vez en cuando, le diría a más de un paciente, escúcheme, leyó Dora?, porqué no se manda un pasaje al acto así?. Porque además es cierto, hay una diferencia entre pasaje al acto y pasar al acto, me lo saltee eso, en el recitado habitual de estas cosas esto lo digo primero, y es que hay una estructura que es subjetivamente muy importante que es, yo lo llamo así, pero es un invento, que es pasar al acto. Le propongo ese nombre porque tiene casi la homofonía con pasaje al acto pero al mismo tiempo marca una diferencia. Hay muchos momentos en la vida de un sujeto que uno tiene que pasar al acto, que uno tiene que cortar una escena igual que en el pasaje al acto y sustraerse a un goce del Otro para constituirse como sujeto. Porque, es otra cosa que no les dije que es que en el pasaje al acto hay un intento de constitución subjetiva, yo diría es un acto desesperado de alguien que quiere subjetivarse, solo que muchas veces fracasa. Muchas veces el resultado de ese acto es una absolutización del goce del Otro.

Cuántas veces uno no se va de una institución, rompiendo una escena, en una posición de mierda, perdón por la palabra, pero lo que intenta es constituirse como sujeto, perdón, reconstituirse como sujeto. Más aún, cuando uno tiene la oportunidad de hablar con alguien que se mandó una escena de estas, el fantasma de nacer de vuelta más o menos explícito está ahí, si no está directamente está en el sueño, con lo cual nunca está demás decirle a alguien, mire que no va a nacer de vuelta, entonces, vos hablabas de Mishima. En Mishima, Mishima es un ejemplo muy interesante, entre literario y verídico donde alguien transforma en una causa socialmente sostenida su necesidad de zafar del goce del Otro. Mishima era realmente un hombre sumergido en el goce de su abuela. Que al mismo tiempo tenía por otro lado una oferta ideal que le permitiría desplegar la culminación de lo que sería su condición de objeto brillante para el goce del Otro. Y el subleva una guarnición y logra que algunos lo sigan, estaba realmente alucinado y frente al fracaso de su rebelión se suicida. Es un caso donde uno podría tal vez decir, bueno, era un acto el de Mishima. Era un acto más o menos, era un pasaje al acto porque la escena socialmente sostenible era una escena cuasi delirante en la que el encontraba un justificativo narcisista para todo lo que estaba haciendo, que eso muchas veces ocurre con el pasaje al acto. Más de una vez un pasaje al acto se reviste de un contexto socialmente sostenible, pero no es nada más que una vestidura, en otros casos de lo que se trata efectivamente es de pasar al acto como una instancia de constitución subjetiva como zafadura de un goce del Otro.

Cuantas veces un adolescente pega un buen portazo en la casa, se las toma y se va a vivir a otro lado y reconstituye su vida en otra instancia. Y bueno, a veces el acto tiene esa naturaleza de ser un corte brutal, a veces radical con el goce del Otro. Porque algo no puede ser hecho de esta manera y tiene que ser hecho de esa otra manera, esa es toda la diferencia que hay entre el acto y el pasaje al acto. Yo no sé porqué me fui para este lado a raíz de tu pregunta.

...(pregunta poco entendible en relación al pasaje al acto en las distintas estructuras, alguna aproximación de lo que podría ser el pasaje al acto de la bofetada de Dora y el pasaje al acto de la homosexual de Freud, si habías pensado alguna diferencia en relación a la forclusión en estas dos estructuras)

...V.I.: si, específicamente en la diferencia en la homosexual y en Dora no pensé, me parece que son muy parecidos, son hechos muy parecidos, les falla el significante ahí y entonces, recuerden que hablábamos de una situación de creciente aplastamiento del sujeto, volviendo a lo que decía Alfredo en su presentación de la charla. Los parámetros de Lacan son el embarras, en francés quiere decir embarazo, y quiere decir bajo la barra, aplastamiento subjetivo. Pero con solo que halla aplastamiento subjetivo no alcanza para que halla pasaje al acto hace falta un disparador y el disparador es una emoción. Recuerdan, en el plano jurídico se suele hablar del estado de emoción violenta como un atenuante jurídico muy importante. Bueno, ese estado de emoción violenta es el disparador del pasaje al acto. Y fíjense hasta que punto hay cierta sabiduría en la ley jurídica, y pido perdón por alabar la ley jurídica, porque se suele considerar que el estado de emoción violenta implica una disminución de la capacidad de discernimiento del sujeto, quiere decir, la falla simbólica en juego.

Ahora, en Dora y en la homosexual me parece que son muy parecidas las cosas.

Pregunta. Cuando vos hablabas de pasaje al acto en las distintas estructuras, por ahí sospecho una diferencia.

V.I.: Pero en las otras estructuras, donde la falla simbólica ya es, como te diré, es de estructura, digamos así, realmente son del Nombre del Padre, en la paranoia, por ejemplo, en la esquizofrenia. La esquizofrenia, muchas veces un tipo va y arma un depelote descomunal o se tira por la ventana o se fuga de un hospital y pareciera no haber ni siquiera esta lógica que hemos visto acá, pareciera. Sin embaro yo he escuchado algunos casos donde uno también se la veía venir. Me acuerdo particularmente de una paciente que se presentó en el hospital Piñero una vez y lo que ella tenía era un delirio respecto de figuras muy importantes, Perón, Irigoyen, tenía como una estructura delirante no demasiado bien armada en relación a eso, y por otro lado la pasión de esta mujer era ocuparse de todo lo que fueran desechos, basura, ese tipo de cosas, y bueno, el modo de estabilizarla a ella en ese momento fue tratar de que ella pudiera hacer algo con este trato con los desechos que había en el servicio. Ella se encargaba de una cantidad de tareas, podríamos decir que tuvieran que ver con ese objeto, esto estaba presente, pero la cosa forclusiva ahí es decidida, entendés.

En la paranoia, es la propia trama delirante la que se va haciendo cargo de esta cosa, ustedes acuérdense del delirio de Aimee, incluso después del pasaje al acto hubo una cierta remisión del delirio de Aimee, hubo como una especie de cese del delirio de Aimee, lo cual da para pensar muchas cosas respecto de esto. En la melancolía por ejemplo, en la melancolía esto es paradigmático, por ahí la diferencia entre la melancolía y la histeria es que en la histeria el sujeto siempre está, finalmente pidiéndole mimos al Otro, le está pidiendo que lo quiera, o le está pidiendo un lugar, le está diciendo no tenés lugar para mi, a veces de un modo muy dramático, pero no deja de ser una investigación, no deja de ser una pregunta y un pedido a que el Otro le haga un lugar y que soy yo para el Otro.

En el melancólico el pedido no está, está forcluído; en el melancólico la dimensión de pedido está contestada, ya está definitivamente jugada la posición de desecho, entonces, no te puedo decir mucho más sobre esto porque es un tema que yo tengo que seguir investigando. Ustedes saben que difícil es trabajar con la melancolía, tal vez lo más difícil de todo, se me ocurre, pero se los digo en borrador porque yo creo que hay que investigar, la teoría no nos dice demasiadas cosas en relación a esto, mejor dicho, nos dice cosas, pero cuando hay que definir entre una y la otra, son juegos teóricos, y hay que ir a buscar a la clínica, hay que estar atento. Qué es eficáz con esto en la clínica? La paranoia y el delirio es tan irreductible, hay tan poco que hacer con el delirio paranoico, salvo medicarlo, y hasta ahí, en la paranoia hasta ahí, que no hay como demasiado para hacer. El delirio le va indicando al sujeto y, mirá ese que está ahí, y, debieras clavarle un cuchillo, y empieza todo un circuito y un buen día va y le clava el cuchillo. Y en la melancolía el melancólico ustedes ya saben en que posición está. Ya es un desecho, digamos, a veces le falta la fuerza para realizarlo.

Yo todavía no me imagino muy bien cual podría ser una práctica que traspolando esta eficacia de la neurosis pudiera llevar a pensar en una modalidad específica para estas cosas. A lo mejor ustedes tiene experiencia y la pueden contar, pero bueno, es una investigación clínica que hay que emprender. Estos parámetros ayudan a pensar, porque esto de la totalización del Otro está ahí, lo de la fragmentación corporal está ahi en todos los casos o por lo menos hasta donde yo lo pude situar. Todas estas instancias teóricamente descriptas están, pero el grave contexto que es la llave de la estructura varía y en función de eso hay que adaptar la operación clínica, y eso hay que investigarlo, ustedes tienen acá un terreno privilegiado para investigarlo. Pero en la neurosis se pueden hacer muchas cosas, eso si les quiero decir, en la neurosis cuando hay transferencia, cuando hay mínima transferencia y cuando uno tiene esto en claro es que uno tiene que sostener estas cosas con su cuerpo, es muy eficáz en la clínica de estas cosas, se logra manejar esto en un análisis por lo general.

Pregunta: yo quería preguntar algo, cuando hablaste de acting out comentaste algo del fantasma que se deplaza en lo real de una escena, a mi algo me sirvió pero lo que no logro es articular con la cuestión del fantasma en el pasaje al acto, que pasaría ahí?

V.I.: Yo tengo la impresión de que una cosa son todas las elucubraciones que uno puede hacer sobre el fantasma y otra cosa son esas cuestiones que la clínica nos enseña sobre estas elucubraciones, sobre estas terorizaciones, las dos tienen valor, son importantes. Hasta donde yo puedo darme cuenta, en el neurótico, el peso de la fantasía nos da una capacidad operatoria muy importante. Pero hay muchas instancias donde el fantasma está endeble. La primera señal de que el fantasma está en una posición endeble es el nivel de la angustia del sujeto. La angustia es un indicador muy importante de que el fantasma está con problemas, no que no está, sino que su articulación es problemática.

Ustedes recuerdan los esquemas de Freud de la introversión de la libido?, bueno, habría que hacer algunas modificaciones para adaptarlo a como pensamos ahora teóricamente esas cosas, pero básicamente tiene una cosa muy interesante. El tema es este, cómo se soporta el goce?, finalmente el problema de la vida humana es ese, la relación entre la vida de uno y el goce, la relación entre el saber y el goce, y cómo se soporta el goce? Mejor dicho, cómo se soporta el goce, lo digo en versión dramática, lo digo en una versión un poquito más linda, cómo se puede gozar del goce? Finalmente, qué queremos todos en este mundo si no es pasarla un poquito mejor? Y bueno, los neuróticos en ese sentido son privilegiados, los neuróticos, no los psicoanalistas, son privilegiados, somos, porque? Porque en el punto donde la neurosis funciona bien, uno dice, neurótico: síntoma, malestar, angustia, no, pero ahí es donde la neurosis empieza a resquebrajarse. Donde la neurosis funciona bien instalada, uno tiene un buen fantasma, se encuentra los soportes de la realidad, porque el fantasma, a pesar de ser fantasma necesita soportarse en la realidad. Piensen en una pareja, qué es una pareja?

Y, una pareja es el encuentro entre dos personas no de compartir un fantasma, sino que cada uno le sirva de algún soporte para el fantasma del otro. Y se llevan más o menos bien en la medida que los fantasmas de cada uno permiten que el otro enganche ahí su fantasma, se transforma en algo así como fantasmas no compartdos en personajes del fantasma del otro.Cuando uno se empieza a zafar de ese lugar, ahí las cosas empiezan a andar mal, como nunca hay una adecuación entre una cosa y la otra siempre andan más o menos mal. Los fantasmas, la fantasía ocupa un lugar fundamental en la vida humana. Yo no puedo dejar de reírme; me río, les aclaro, cortésmente, en general no se nota, cuando viene a consultar a un análisis, a un analista y habla de su vida sexual o matrimonial no muy felíz y una de sus quejas es porque no le va bien sexualmente con su partenaire, entre otras cosas porque se le cruzan cosas por la cabeza y disfruta pensando en otras cosas. Y uno diría, por qué razón pretende tener una vida sexual sin escenografía? Pero todo esto para ilustrar el papel de esta escenografía en la vida, en la economía psíquica del sujeto y es la primera barrera al goce en tanto traumático, y que permite gozar del goce. El problema es cuando esto falla, y el primer indicio de que esto falla es la angustia. La angustia muestra de que el fantasma no alcanza para hacer gozar del goce.

Pregunta: Ud. habló de la escritura en lo real, no?, yo pensaba si en el acting no se podría pensar en términos de que tambalea eso fantasmático y ese intento de retornar a la escena en que el fantasma tambaleó, inscribirla por el otro lado...

V.I.: si, pareciera ser, y este es el asunto, es la hipótesis con la que yo vengo dando vuelta, pero hay que investigarlo, porque una cosa es que sea posible y otra cosa es que sea cierta. Con la teoría psicoanalítica hay que ser cuidadosos con todas las teorías, para qué nos vamos a tirar nosotros un bardo más fuerte del que vale para cualquier teoría. Con las teorías una cosa es lo posible y otra cosa es lo cierto, entonces, no todo lo que se posiblemente cierto es cierto. Es posible, digo yo de que lo que el fantasma no alcanza a sostenerse en la escena psíquica intente inscribirse en lo real, porque en el fantasma hay un texto, entonces es un fantasma realizado, si vos querés, podemos decir así, un fantasma que se traslada a la escena de lo real, que tiene un grado de fracaso importante. La escritura es lo que queda del fantasma que no logra armarse, es endeble pero porque no logra ser significante. La escritura es lo que queda pero no alcanza a armar un buen soporte imaginario para eso. Pero es una letra de real, como letra en lo real que no logra la categoría de significante y lo que el significante implica que es todo lo imaginario. Y después están todas las otras instancias donde del fantasma no hay nada, en el síntoma psicosomático, cuando ya estás en el plano del delirio, el delirio es un fantasma enloquecido. Piensen en el delirio hipocondríaco por ejemplo, y después del delirio hipocondríaco va al cuerpo en serio y aparecen todos esos fenómenos corporales que no tienen ni siquiera fantasma y ni siquiera escritura, aveces hay ausencia de texto.

Pregunta: y en esto de la especulación a comprobar, planteo en términos del acting y el pasaje al acto, el acting como pensado en neuróticos o borders, se podría llegar a pensar la posibilidad de que el acting es privativo de estas estructuras por la presencia del fantasma y el pasaje al acto será en presencia o ausencia de la estructura del fantasma?

V.I.: si, si, tal cual.

Pregunta: y, un delirio ahora, yo pensaba cuando trabajabas lo del barramiento del A, como en el pasaje al acto el Ideal, pensaba si el acting no se podría pensar en algún punto, pensaba en esto del impasse del tratamiento, impasses en el tratamiento analítico, en el acting, se podría pensar en una demanda enloquecida por reiniciar el tratamiento en un punto de detenimiento, el acting como intento de significantización de demanda del Otro...

V.I.: si, el acting tiene esa característica, que un pedido al Otro, eso ya lo había dicho Lacan en el seminario de La angustia

P: lo pensaba como un impasse en un punto del tratamiento que hay un impasse y aparezca en la clínica como un acting

V.I. el impasse mismo como un acting?

P: no, el impasse mueve el acting como que el acting muestre el punto de impasse.

V.I.: Puede ocurrir, si. Y, mirá, hay mil posibilidades de presentación de estas cosas. Tal vez de lo que hay que cuidarse, primero es que hay varias cositas como de un poquito de cancha, de habilidad artesanal en estas cosas. Una de ellas, es que cuando alguien insiste con algo, el analizante insiste con algo no hay que esperar a que se mande un acting out para darle bolilla. El analista durante muchos años, ya no pasa, en este momento creo que somos todos un poquito más modestos, (fin cassette 2 lado A)

...ahora pasa muchísimo menos esto y no sé si es pertinente, pero en aquella época, yo diría, tenían tantos pacientes inanalizables, por estas cosas, por el acting out, que yo me pregunto hasta donde eran tan inanalizables, porque bueno, finalmente frente a un analista instalado en una posición tan idealizada y donde lo escucha salvo aquello que le indica un dispositivo de cuatro sesiones por semana, y esto no es un chiste, esto ocurría. Para analizarse había que ir cuatro veces por semana, cincuenta minutos, asociar, soñar, pagar rigurosamente los honorarios y, después a la sesión que viene, y bueno, digamos, estas cosas, cuando hay un déficit en la escucha del Otro y, al sujeto no le queda otro camino que el acting, si mínimamente está, y entonces pueden pasar mil cosas que engendren acting out en función de esto, mil cosas. Y bueno, una clínica abstinente en ese sentido es una fuente infinita de acting out y de pasaje al acto, lo cual no quiere decir que no tenga que regir la regla de abstinencia, solo que hay que entender qué es la regla de abstinencia. La regla de abstinencia no es estar pìntado en un cartón así.

Pregunta inaudible

V.I.: falta de letra, falta de significante, el acting out sería el mismo el hilván de esa trama. Podría ser una imágen interesante. La particularidad, yo creo, es una idea mía, que cuando se trata de la neurosis y de los bordes de la neurosis, es decir que la neurosis está en algún lado por ahí, hay muy ciertas posibilidades de que un trabajo analítico cuidadoso y advertido, digamos así, bien hecho pueda llevar amplios trozos de la estructura psíquica de alguien a la dimensión significante, hay posibilidades ciertas, pero es un trabajo muy meticuloso,cuando se trata de estos pacientes con acting out, estos pacientes con el acting out permanente, digamos así. En la estructura de la neurosis en general, ahí donde el acting out es más bien una cosa episódica en el análisis, son muy benignos, digamos. Y además, apenas el analista recupera su lugar, apenas el analista da pruebas de que sostiene el lugar del Otro como corresponde el acting out pasa a la dimensión de síntoma, pasa a otra dimensión. (Muchos aplausos)

Víctor Iunger