La angustia en las variantes de la cura tipo. Adriana Bauab de Dreizzen.

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(*) II Congreso Internacional de Convergencia. 27, 28 y 29 de Mayo de 2004

El trabajar la lógica y ética en las variantes de la cura tipo es una apuesta que tiene como marco el horizonte que la clínica lacaniana aporta al psicoanálisis. Es en ese marco que hallamos esencial a su práctica el lugar asignado a ese afecto por excelencia que es la angustia.

Como Lacan no deja de reiterar, con frecuencia, su enseñanza, había sido cuestionada de minimizar lo atinente al plano afectivo y desatender el componente económico freudiano.

Es en respuesta a estas distorsiones que en los años 1962 y 1963, dicta un seminario que tiene como tema principal a la angustia. Propone entonces en una abierta posición crítica con el psicoanálisis oficial, como condición primera un retorno a Freud, a lo genuino de su metapsicología. Descartando cualquier aspiración de dominio, control o adecuación resalta aquélla particularidad del afecto de ir a la deriva, desamarrado , desplazado, loco, invertido, metabolizado, nunca reprimido (1) .

Recordemos que el mecanismo de la represión consiste en la disociación del quantum de afecto, de los significantes que lo representan. Aquél es sustraído de las representaciones, las que residen en lo inconsciente como significantes reprimidos. No se trata en la dirección de la cura solo de hacer consciente lo inconsciente sino también y esencialmente del destino de ese resto sustraído. Monto de afecto , investidura, factor cuantitativo son las categorías freudianas que corresponden al valor energético, quantum separado de las representaciones que es subsidiario de la noción de objeto en la teoría lacaniana .

Conceptualización del objeto que abraza a lo real como carozo de una clínica que no se sostiene ni en la proliferación de simbolismos a la manera kleiniana ni abunda en imaginarizaciones en lo que respecta a la posición del analista en la transferencia.

En el seminario de la Angustia, Lacan, parte de un trabajo de David Rapaport (tomo 34, 3°parte, de la International Journal de 1953). Desbarata en esa clase de noviembre del 62, los fútiles esfuerzos por clasificar los modos en que los afectos se presentan en la clínica. Allí a la manera de un catálogo se enumeran tres acepciones en las que emerge la angustia. La primera como afecto que constituye sustancialmente la descarga de la pulsión, luego como connotación de la tensión entre instancias en conflicto y por último una referencia propiamente tópica, que define al afecto, como señal a nivel del ego de un peligro proveniente de otra parte. Tres modos de comparecer el afecto que si bien son observables clínicamente reducen al monto de angustia a su aspecto fenoménico, padeciendo de una especial infecundidad respecto de lo crucial de su función en el recorrido de un análisis.

. Nos proponemos en este trabajo un breve recorrido a través de los modos que el postfreudismo de la mano del psicoanálisis oficial, pensó y consideró a la angustia para luego destacar el lugar que fue recobrando en la clínica y la enseñanza de Lacan.

Una segunda generación.....y una tercera o el lugar de la angustia después de Freud

Tomaremos para efectuar este recorrido a Melanie Klein como prototipo de la segunda generación de analistas y luego a Heinz Kohut como referente de la tercera generación.

No podemos negar que M. Klein le otorgó un lugar singular a la angustia, en el desarrollo del niño, y en la finalización del análisis. Sin embargo el complejo concepto de angst (angustia) , esencial en la distinción entre neurosis actuales y psiconeurosis, señal en el yo de la amenaza de castración, inquietud que habla de lo extraño e inasimilable (unhemlich) que se esconde en lo más íntimo y familiar (hemlich) al sujeto; es traducido al inglés con el término de anxiety, y queda reducida a dos tipos de ansiedad , la paranoica y la depresiva. Originadas durante la lactancia del niño y proclives a reaparecer en sucesivos momentos traumáticos de la vida.

En el trabajo sobre "La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del Yo" de 1930, M. Klein propone que el deseo oral sádico de devorar el pecho materno que acompaña la lactancia genera una intensa angustia ..... "de este modo, el íntegro yo no desarrollado se encuentra ante una tarea, que en esta etapa , esta totalmente fuera de su alcance , la tarea de dominar la angustia más intensa" ..... "Una cantidad suficiente de angustia es una base necesaria para la suficiente formación de símbolos y de fantasías; para que la angustia pueda ser satisfactoriamente elaborada, para que esta fase fundamental tenga un desenlace favorable y para que el yo pueda desarrollarse favorablemente..."

En 1950 en "Los criterios para la terminación de un psicoanálisis" M. Klein subraya que se espera que luego de la latencia ambas formas de ansiedades se vean reducidas lo que "significa que se han conseguido la primacía genital y relaciones objetales satisfactorias, y que el complejo edípico ha perdido fuerza". Destaca a continuación : "En consecuencia como espero haya resultado claro de mi análisis anterior , mi enfoque de la terminación de los análisis de niños y de adultos puede definirse así: es que tanto las ansiedades persecutorias como las depresivas hayan sido ampliamente reducidas, lo que -a mi criterio- presupone el análisis de las primeras experiencias de duelo ....." Se refiere por lo dicho precedentemente al duelo por el pecho materno.

En consecuencia la angustia, como afecto indeseable está condenada a ser anulada por la vía del simbolismo, por medio de la elaboración del sadismo destructivo respecto al cuerpo materno y a sus contenidos fantaseados. Se pretende que efectivamente el yo adquiera la adecuada capacidad para dominar la angustia.

Abordemos ahora las teorizaciones de Heinz Kohut , fiel exponente de un psicoanálisis apartado notablemente de las premisas freudianas.

Kohut describe analizantes que padecen difusamente de falta de realización personal , depresión, irritabilidad, vacío interior y llama a esta entidad neurosis narcisista . Les atribuye deficiencias primarias que pueden ser compensadas o encubiertas. Estas fallas, producto de una desarmonía localizable en el self consisten en la no fusión del self nuclear con los objetos del self encarnados por la madre especular y el padre idealizado.

Propone la concepción de un sí-mismo (self), sobre el que en tanto objeto recaen las investiduras narcisistas. Este self , en las neurosis que describe como narcisistas, requerirá ser restaurado a través de la "empatía" – término que aspira a desplazar el de transferencia- con el analista. La empatía de la madre, del medio y del analista serán los condicionantes para que el self alcance la madurez esperada.

La angustia surge frente a la vulnerabilidad del self , a la amenaza de su fragmentación y es consecuencia de la incapacidad de la psique para regular la autoestima y conservarla en niveles normales.

Como propone en su obra sobre el "Análisis del self" (2) : "Solamente permanece abierta una vía para la pulsión, deseo o necesidad infantil : su mayor integración a sectores y segmentos de la psique maduros y adaptados a la realidad"

En ambos autores, sin restar lo fecundo de releer y debatir sus textos advertimos que la tendencia es concebir para la angustia, su atenuación , reducción o anulación. O por la fortaleza de un yo integrado por objetos buenos o por la eficacia de un self apropiadamente moldeado en empatía transferencial.

Lacan : La angustia, el Otro y el objeto

A la luz, de lo que Lacan encuentra en su peregrinaje freudiano y lo que recoge como cosecha propia, la angustia, se presenta como rúbrica irreductible de la condición subjetiva. Rescata en este recorrido y para no abandonarlo , el sesgo que le imprimiera Kierkegaard (3), cifrando en ella la anticipación de una posibilidad para el sujeto, una libertad que se anuncia . Posibilidad que en el campo que nos atañe reside en que la angustia presentifica bajo el modo de una anticipación que el corte es posible, y de allí su dimensión propiciatoria.

El fenómeno de la angustia da cuenta que hay un objeto de deseo en el horizonte pero que el sujeto está lo suficientemente preso del Otro como para abordarlo. La señal de angustia es la chance para el sujeto de no doblegarse ante a ese enigmático deseo del Otro y redoblar su paso no cediendo en su deseo.

La entrada del significante en lo real, permitirá encontrar la llave que abre la puerta que se mantenía cerrada, impenetrable, la de la presencia del Otro. Mantis religiosa, deseo mortífero que en su letanía retenía al sujeto.

Fenómeno de borde- tal como la definiera Lacan destacando su aspecto fenoménico pero también su cariz estructural- en el campo imaginario del yo, es el acontecimiento que inaugura el recorrido que traza la máxima distancia entre Ideal y objeto. Un recorte de la clínica nos resulta bastante elocuente para situarlo:

Pablo es un adolescente, cuyos padres consultan preocupados por el gran desinterés e indiferencia que abarca todos los aspectos de su vida. Luego de algunas entrevistas consigue pronunciar una frase que nos dio alguna pista sobre la cuestión. Dijo: "cuando me piden que haga cosas, eso me quita fuerza"....y continuó "me quita fuerza porque si lo hago por el otro no se si yo lo quiero". Una madre que con gritos y exabruptos, no ahorraba esfuerzos por demostrar su angustia frente a la abulia de Pablo y un padre que "cariñosamente" y por ser mucho menor que sus hermanos lo llamaba "cachivache", lo mantenían asimilado en una inercia despectiva. Como estrategia del análisis hubo que priorizar que la señal de angustia surgiera en Pablo, para sacarlo de la indiferencia con la que relataba dichos sucesos y para que las fuerzas comiencen a acudir al deseo.

"La angustia no es sin objeto", reza el aforismo que promueve al sujeto a recuperar los significantes que lo a-ízaron (4) y que lo invita a interrogar que libra de carne inmoló en sacrificio. Objeto que Lacan patrocinó como su invento, nombrándolo "objeto a", desustanciado de cualquier consistencia imaginaria , a la vez reserva de goce y causa de deseo.

Frecuentemente en la clínica lo angustia, se manifiesta como sentimientos (5) - desarrollos imaginarios del afecto. Algunos de ellos son el amor, el odio, la alegría, la tristeza y aquellos que expresan de manera patética la indefensión del sujeto frente al Otro, como son el miedo, el temor , el terror, el pánico. Seguimos en esto a Freud en las distinciones que establece primeramente entre affekt (afecto)y gefhul (sentimiento) (6) y luego entre angst (angustia) , furcht (temor o miedo) y schreck (pavor) (7)

Será la dirección de la cura que por la vía de la transferencia permitirá despejar las vestiduras imaginarias de los sentimientos, para que la angustia emerja , en su peso real. Brújula que indica de que modo el sujeto permanece embargado por un deseo que no le es propio.

Lacan en el seminario X, propone una matriz con varios casilleros donde sitúa temas esenciales de la clínica psicoanalítica , como lo son, para mencionar algunos la inhibición, el síntoma, la angustia, el acting-out y el pasaje al acto. Todos ellos son transmutados exceptuando el de la angustia, que permanece inmutable en el ángulo inferior derecho, hasta el fin del seminario. Esto habla de la facultad subjetivante que le confiere que no es sin consecuencias en los análisis y particularmente en la concepción del fin.

En uno de los últimos seminarios, RSI (1974-75) Lacan ubica la angustia, en el nudo borromeo, contorneando el goce del Otro, avance de la cuerda de lo real sobre la de lo imaginario. Si convenimos que la inercia del nudo borromeo tiende al sentido dextrógiro - en el que prosperan la inhibición , el síntoma y la angustia - arriesgamos la hipótesis de que es esta última como nominación de lo real, como afecto que no engaña , en lo auspicioso de interrogar el deseo del Otro, que comanda lo propiciatorio del movimiento en sentido contrario, o sea levógiro. (8) Función e instrumento de la condición subjetiva ,la angustia, es un acontecimiento a partir del cual las cuerdas se anudan de un modo renovado y lo inédito encuentra un lugar en el sujeto.

El fin del análisis no significa el fin de la angustia para el sujeto, sino valerse de su alerta para dialectizar al Otro. En la mira de los análisis stándard pareciera una de las metas extinguir la angustia . En M. Klein a través de la elaboración de los duelos más primarios que en la transferencia aluden a la separación del analista, transmudado en pecho materno idealizado. De modo tal que los efectos de emergencia del sujeto se resumen en un remiendo imaginario. H. Kohut propone en el fin del análisis el afloramiento espontáneo de una actitud de sabiduría. Dice textualmente: " Analista y paciente admitirán, al separarse, que no todo ha sido resuelto y que quedan algunos conflictos, inhibiciones y síntomas y ciertas antiguas tendencias al autoengrandecimiento y la idealización infantil....Sin embargo, tales flaqueza son ahora conocidas, y habrán de contemplarse con templanza y serenidad".

Es otro el lugar para la angustia después de Lacan, cuando concluye el seminario X con la frase subsiguiente: " Sin duda , conviene que el analista sea aquél que ha podido , y por algún sesgo, por algún borde, reintegrar su deseo en ese a irreductible, y en grado suficiente como para ofrecer a la cuestión de la angustia una garantía real." Pone así de relieve el destino de la angustia en el análisis del analista.

Para finalizar diremos que Lacan recobrando el espíritu freudiano y de la mano de Kierkegaard, otorga a la angustia esa templanza emancipadora y venturosa que en los carriles de nuestra disciplina se torna llave maestra para transitar las vicisitudes del sujeto y su fantasma.

Adriana Bauab de Dreizzen

NOTAS:

(1) Freud, S: "La represión" en Obras Completas, Ed. Amorrortu,1975, Bs.As.

(2) Kohut, Heinz: Análisis del self, Ed.Amorrortu, 1971, Bs.As.

(3) Kierkegaard, S: El concepto de angustia, Ed Espasa Calpe, 1982, Bs.As

(4) Término que utiliza Lacan en la clase del 13 de marzo del 63 para indicar la posición alienada del sujeto como objeto a.

(5) Vegh, I :"Enlaces y desenlaces", en Hacia una clínica delo real , Paidós, Bs.As, 1998

(6) Freud,S. "Lo inconciente", Obras Completas, Amorrortu, Bs.As, 1979

(7) Freud, S "Más allá del pincipio del placer", Obras Completas,Amorrortu, Bs. As, 1979

(8) Dreizzen, A. B de: "Dígalo con nudos". Trabajo producto del cartel "El nudo en la clínica". Bibl.EFBA.