DE UN SUJETO AL QUE SE LE SUPONE UN SABER AL DESEO DEL ANALISTA. Fernando Schutt.


Facultad de Psicología - UBA
Psicoanálisis: Freud - Cátedra II
Titular: Dr. Juan Carlos Cosentino
Trabajo presentado en el Curso de Posgrado “Estructura y sujeto: análisis de la transferencia”, 1999

DE UN SUJETO AL QUE SE LE SUPONE UN SABER AL DESEO DEL ANALISTA.
Fernando Schutt.
Si definimos la trayectoria de un análisis según los diferentes tiempos por los cuales atraviesa la transferencia, hemos de plantear momentos lógicos distintos que nos permiten pensar en operaciones y lugares diversos para el analista en cada uno de ellos.
Las operaciones analíticas no pueden pensarse como homogéneas en relación al atravesamiento del fantasma, la separación del ideal y el objeto o la producción de una modalidad diferente de inscripción para el goce.
Transferencia y un sujeto al que se le supone saber.
En el último capitulo del libro 11 de El Seminario de Jacques Lacan, se plantean dos diversas operaciones en el marco transferencial. La instauración de un sujeto al que se le supone saber y las consecuencias que trae en el análisis, por un lado, y la operación que queda definida como deseo del analista, por otro.
Podemos ubicar al comienzo de un análisis la instauración del analista en el lugar del supuesto saber.
Para que esto sea posible, es necesario pensar cuál es la operación analítica necesaria.
La pregunta inicial recae entonces sobre qué es lo que demanda el paciente ya que es en ese campo en donde debe jugarse la abstinencia del analista.
Freud nos plantea en Introducción del narcisismo que toda elección de objeto está regulada por el ideal del yo. La conciencia moral reclama la coincidencia entre el yo y el yo ideal y es en este marco en donde el amor queda definido como la búsqueda de lo que alguna vez fue parte del yo y se perdió.
Si nuestro campo de relaciones está soportado por nuestro ideal, es entre el narcisismo y la especularidad que establecemos nuestros vínculos. Entonces la demanda en cuestión no es otra que una demanda de amor que muestra y vela a la vez algo del orden de la falta.
El despliegue de esta serie especular se soporta en el campo de la visión y supone la ilusión que el cumplimiento del ideal y la satisfacción pulsional coinciden. Habría relación entre el amor y la satisfacción y es por esto que el neurótico sueña con la cura por el amor. En esta misma posición se pueden leer aquellos tratamientos en los cuales los terapeutas soportan un nuevo ideal para el paciente.
Lacan plantea que “el punto del ideal del yo es el punto desde el cual el sujeto se verá, según dicen, como visto por el otro -esto le permitirá sostenerse en una situación dual satisfactoria para él desde el punto de vista del amor” (1)
Si del campo de la visión se trata y la demanda es una demanda de amor, podemos tomar entonces a las entrevistas iniciales como un acting, como un darse a ver del paciente.
La diferencia entre el análisis y otras prácticas radica en la posición del analista que por intermedio de un falso acto posibilita la instauración del sujeto supuesto saber.
La instauración del sujeto supuesto saber en el marco de la transferencia implica que no se ha respondido a la demanda, que se han producido interpretaciones que develan al sujeto como deseante y en este sentido, al no ser una respuesta especular, es necesario haberse sustraído del campo de la mirada.
Cuando el sujeto comienza a hablar al analista, esto es, al sujeto al que se supone saber, se le ofrece algo que cobra la forma de una demanda. Pero el sujeto sabe que no encontrará allí su satisfacción. Se le demanda al analista que sepa sobre qué desea el sujeto. “¿qué deseo yo de todo esto?, a usted le toca saberlo.” (2)
Movimiento que inicia el análisis y el despliegue de la transferencia, permitiendo al analista no responder especularmente a la demanda.
El deseo del analista.
La otra operación que en este texto aparece, vinculada con “la liquidación de la transferencia” (3), es el deseo del analista.
El sujeto al que se supone saber debería entonces suponerse vaporizado cuando cobra mayor consistencia”... “La liquidación permanente de ese engaño debido al cual la transferencia tiende a ejercerse en el sentido del cierre del inconsciente. Les expliqué su mecanismo, refiriéndolo a la relación narcisista mediante la cual el sujeto se hace objeto amable” (4)
Operación esta, que conduce al análisis más allá de la identificación que implica la incidencia en el movimiento de la transferencia de la presencia del objeto a.
El deseo es el soporte y símbolo de la pulsión en su relación con el objeto parcial que aquí subyace.
La maniobra del análisis que así se define es aquella que opera distanciando el ideal, punto en el cual el sujeto se ve a si mismo amable, y ese punto otro donde se ve causado como falta por el objeto a “...Y donde el objeto viene a tapar la hiancia que constituye la división inaugural del sujeto.” (5)
Así como el sujeto supuesto saber, por intermedio de la sustracción de la mirada es concebido como la posición opuesta a la hipnosis, el deseo del analista tiende en sentido contrario de la identificación.
Con el sujeto supuesto saber, con la sustracción de la mirada del marco de la transferencia, se produce la puesta en acción del inconsciente, marco en el cual la interpretación es el operador. En tanto que el objeto a “queda atorado en la garganta del significante.” (6)
Con el deseo del analista Lacan plantea otra posición para el analista en la transferencia, posición que llevaría, más allá de la identificación, a la separación del ideal y el objeto a. Quedando para otros seminarios el planteo de otros movimientos transferenciales que permitan una modalidad de inscripción de los goces, diferente a la del fantasma.

BIBLIOGRAFÍA

1. Lacan, J., El seminario, libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Bs.As., pág 276, 1993.
2. Ob. cit., pág 277.
3. Ob. cit., pág 275.
4. Ob. cit., pág 275.
5. Ob. cit., pág 278.
6. Ob. cit., pág 278.