Saber y sexualidad. (Ficha Clinica Psicoanalitica. Cosentino)



Vamos a trabajar el artículo de Freud de 1908 Teorías sexuales infantiles junto al de 1910 Un recuerdo infantil de Leonardo DaVinci, para preguntarnos por el saber y la sexualidad.
Sabemos que Leonardo fue tanto un pintor como un investigador genial, incansable y apasionado. De hecho, siguen apareciendo testimonios de sus descubrimientos. Freud nos recuerda que fue el primer investigador moderno de las ciencias naturales, el primero desde los griegos en haber accedido a sus secretos,. Sin embargo, el saber sexual le estaba prohibido.
El niño es empujado a iniciar un trabajo de búsqueda, de investigación, cuando se ve confrontado con la pregunta-enigma sobre el origen de los bebés, la sexualidad, la procreación. Y responde a su manera como un teórico genial. Respuestas “Análogas a las soluciones que calificamos de geniales propuestas por los adultos como tentativa de resolver los problemas universales que desafían el pensamiento humano.”dice Freud respecto a las teorías.
Preguntas y respuestas que dan lugar a las teorías sexuales. y que, a su vez, dan cuenta de la satisfacción pulsional que domina al niño cuando las produce. El goce fálico masturbatorio( teoría de la mujer fálica), la satisfacción sexual anal,(el niño es expulsado como un excremento) vivencia de la excitación sexual.( coito sádico), son las que nombra Freud. Su elaboración excita al niño y el pensamiento se erotiza.
En el niño no hay una necesidad innata de causalidad que lo empuje al saber de manera espontánea. El Wissendrang, empuje al saber, esfuerzo de saber, es producto de la urgencia de la vida.(Lebensnot) y se pone en marcha a partir de ciertos acontecimientos que problematizan su propia existencia La llegada de un hermanito puede precipitarlas. Y suelen aparecer alrededor de los dos años cuando el niño empieza a hablar en primera persona. Preguntas por el deseo del Otro que se reactualizan en la cura, en la transferencia bajo la forma de Qué me quieres más allá de lo que me demandas.
En el pasaje de la neurosis de la infancia a la neurosis infantil estas teorías son indispensables para la concepción de las neurosis mismas en la medida en que las teorías infantiles conservan vigencia y cobran un influjo que llega a comandar la configuración de los síntomas. Es decir que pasan a constituir la neurosis infantil, como resto de la sexualidad perverso polimorfa, como matriz de la estructura del sujeto. Restos fijaciones, ligados a la satisfacción pulsional que permanecen vigentes y determinan la vida erótica. Por un lado, la serie pulsional con sus estadios y por otro, la serie de la elección de objeto que convergen en el 23 en la fase fálica y donde el complejo de castración articula a las dos series entre sí y a las mismas con el Complejo de Edipo. En Leonardo, en la línea de la elección de objeto, el amor a la madre y en la línea pulsional la tendencia al placer visual, el ansia de saber, la boca como zona erógena.
Ahora bien, parte de estas fijaciones se convierten en formaciones reactivas y perduran como rasgos de carácter. Otras, en sublimaciones. Recordemos que una de las fuentes del carácter son las excitaciones que quedaron fijadas de la infancia, fijaciones a pulsiones que mediante defensas mantienen a raya los impulsos perversos y coexisten con el residuo de las catexias abandonadas por el yo, la otra fuente del carácter, enmarcada en el Edipo y la castración. En Lenoardo, la perfectibilidad que le llevaba a no terminar sus trabajos, la avaricia sería rasgos a estudiar.
Las teorías sexuales infantiles son teorías falsas constituidas a partir de la organización libidinal. que imponen un fragmento de verdad, ligado a la pulsión, al cuerpo y al onanismo. Ocasión del primer conflicto psíquico, entre la predilección pulsional y las opiniones sustentadas por los adultos en un conflicto que lleva a la escisión psíquica. Una de las opiniones, la que conlleva ser bueno, pero también la suspensión del reflexionar, deviene dominante, conciente. La otra, a la cual el trabajo de investigación ha aportado nuevas pruebas que no deben tener vigencia, deviene sofocada, inconciente. Se constituye el complejo nuclear de las neurosis.
Los adultos son para el niño fuente de saber. Pero cualquiera que sea la respuesta que obtenga, evasiva, reprimenda por su curiosidad, información mítica o científica, será insatisfactoria. Lo es de estructura, porque, para un sujeto, es imposible responder por su ser sexuado, como sujeto sexuado El adulto puede dar un saber científico, un saber sin sujeto. Pero no hay un saber que una la subjetividad y lo sexual. Saber fallido que se convierte en saber prohibido y en ese sentido la investigación está destinada a conquistar el saber prohibido del que supuestamente gozan los adultos.
Falta de goce y falta de saber son una misma falta a la que responde la actividad de las pulsiones parciales. La satisfacción sexual que responde a la insatisfacción causada por esta falta es a la vez ganancia de saber y ganancia de placer, insatisfactoria, puesto que el objetivo no es la satisfacción de la pulsión parcial, la pulsión escópica o invocante, sino el goce sexual del saber, el saber del goce sexual, es decir un saber que revelaría al sujeto el goce de su ser sexuado.
Recordemos que Wissbegierde ha sido traducido de distinta maneras. Lacan lo traduce por deseo de saber o deseo y precisa que se trata del deseo inconciente en su estructura.
Lacan plantea a partir de Freud la dificultad para pensar la sexuación. La hipótesis de Lacan es que se trata de un imposible referido la mujer y a la relación sexual. Esta hipótesis se verifica en las teorías sexuales infantiles. Se encuentran en los niños pero también en las niñas, Las tres presuponen la ignorancia de la vagina y la inexistencia de lo que podría representar a la mujer en el inconciente, como significante, y por ende permitir escribir una relación sexual.
El goce de cada cual es delatado por su teoría- Esta relación íntima entre goce, saber y verdad, vuelve a encontrarse en las construcciones, singulares y ya no típicas que el sujeto neurótico elabora para resolver el problema planteado por la inexistencia del significante de la mujer y lo imposible de la relación sexual. Estas construcciones constituyen su fantasma fundamental, enmarcan su visión del mundo y estructuran sus relaciones sintomáticas con los otros. El valor de verdad del fantasma, radica en que éste es una pantalla libidinal entre el sujeto y lo real. El hecho de que la verdad esté ligada al goce para el sujeto, implica que en psicoanálisis no se puede hacer equivaler verdad y adecuación a la realidad.
En Leonardo, la seguridad, el amor, parecen haber sido condiciones necesarias para la investigación. Su madre era particularmente amorosa y permisiva, lo que propició su deseo de saber, en ausencia de una autoridad paternal que limitara sus actividades sexuales de investigación pero fue eso mismo lo que provocó en Leonardo una inhibición masiva de su vida sexual-
Freud señala que las informaciones que los adultos dan a los niños no forman parte en absoluto de la construcción de las teorías sexuales infantiles. Lo que las investigaciones sexuales llevadas a cabo en el más absoluto secreto revelan a los niños es el saber de la pulsión. Este saber, está destinado al olvido y sucumbe a la represión junto con las teorías sexuales infantiles. Pero éste ha sido redescubierto y elaborado teóricamente por el psicoanálisis.
Las teorías sexuales .infantiles - están condenadas al abandono. En esta etapa el niño no puede más que desmentir la ausencia de pene en la niña. El hecho de que la madre no tenga pene es inconcebible,y es un dato que está fuera del alcance de los niños de ambos sexos que contribuye a inducirlos al error. “Una ignorancia que nada puede mitigar”. Algunas serán olvidadas, otras reprimidas y fijadas en el inconciente.
En el texto de l908, Freud considera la represión de las teorías como el resultado de un conflicto con la autoridad.
En l910, en el estudio sobre Leonardo, Freud señala otro motivo para la represión, un vínculo libidinal demasiado intenso con la madre es capaz de fijar en el inconciente una teoría sexual infantil. Esto es precisamente lo que Freud lee, entre otras cosas, en el recuerdo infantil. La creencia en el pene materno, la teoría de la madre fálica, la fijación a la madre. determinan su posición sexual, su homosexualidad platónica, ideal. Homosexualidad definida, en este caso, por su disposición sentimental.
La represión de la sexualidad marca la entrada en el período de latencia. Freud señala tres destinos del empuje al saber:
la investigación comparte la suerte de la sexualidad. A partir de este momento queda coartado el deseo de saber y limitada la libre actividad de la inteligencia. Inhibición neurótica.
la actividad intelectual elude la represión, pero se mantiene ligada a la búsqueda de aquel goce sexual que erala finalidad de las primeras investigaciones. A partir de ese momento, cualquiera sea el objeto de la investigación intelectual, esta se ve condenada a repetir el fracaso de las primeras experiencias. Se perderá en divagaciones acompañadas por el sentimiento de que la solución se aleja cada vez más. Compulsión a cavilar.
El tercer caso, el menos frecuente, elude tanto la inhibición del pensamiento como la compulsión intelectual: es cierto que la represión sexual interviene “pero no consigue transferir a lo inconsciente una pulsión parcial del deseo sexual” (es el caso en Leonardo de la pulsión escópica, especialmente activa en su investigación sexual infantil). “Por el contrario escapa la libido a la represión sublimándose desde un principio en deseo de saber.” A partir de este momento la sublimación permite que la investigación intelectual no repita el fracaso de las investigaciones sexuales infantiles, pues aparta la investigación de su fin sexual. Sin embargo, la represión sexual impondrá a esta búsqueda la evitación de todo tema sexual.
. No obstante, a pesar de que su deseo de saber fue poco que más o menos universal, el saber sexual en todas sus formas le estuvo rigurosamente vedado.
Inhibición, compulsión y sublimación son para Freud los tres destinos del empuje de saber causado por el encuentro traumático del niño con la sexualidad. En los tres casos la búsqueda de saber queda marcada por la represión sexual: la prohibición resultante recae en el primer caso sobre la investigación sexual, en el segundo sobre su fin y en el tercero sobre su objeto. El saber sexual sigue siendo un saber prohibido. Si la prohibición actúa sobre el saber sexual, es porque éste descansa en una suposición basada en que este saber sería un goce prohibido, con la connotación incestuosa que esto implica para el sujeto. A partir de este momento comprendemos por qué este saber causa horror. Este horror de saber constituye el límite del saber permitido e impone, como borde, su estructura.
Lacan al referirse a Juanito y a Leonardo dice que hay mil maneras en que los fantasmas de pasividad pueden intervenir para apresar al niño en una posición fantasmática con el padre, en la que se identifica con la madre.
Leonardo funcionaba como una verdadera madre para sus discípulos y criados. Ese reprimido amor a la madre conservado en su inconciente lo conducía a la búsqueda de estos objetos idealizados.
Conservaba dice Lacan una paternidad de sueño, un padre imaginario que no llega sostener su operación como padre real. Se identifica con el padre pero no con los rasgos tipificantes del sexo. Lo sobrepasa en el interés por los vestidos y los caballos, por ej. pero la identificación normativa no es con el ideal paterno como tipificante del sexo , no se formará un superyo típico y el padre no aparecerá como donador del falo El complejo de castración no puede ser asumido plenamente
Otro tema a considerar en Leonardo es la reiteración fetichista de la mano con el índice levantado o la repetición de la sonrisa enigmática. En Juanito, los pantalones de la madre también actúan como fetiches que representa la falta en ser y posicionan al sujeto frente a ese Otro absoluto.
Pero Juanito se ha puesto a nivel de su pregunta. No es un simple amante de la naturaleza, sitúa la pregunta donde está, es decir, donde algo falta. Y entonces pregunta donde está la razón, en el sentido en que se dice razón matemática, de esta falta en ser, leemos el Seminario , libro 4.
La castración implica el reconocimiento de la incompletad de lo simbólico donde el resto sin solución puede operar como causa de un nuevo saber-Caminos que, con diferencias, tanto Juanito como Leonardo recorrieron.