EL DESEO EN SIGMUND FREUD . Gustavo Szereszewski

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Coloquio "Situación del psicoanálisis y del psicoanalista en el 2006". En conmemoración de los 150 años del natalicio de Sigmund Freud. Escuela Freudiana de Buenos Aires. 2006.

La pregunta que inspira y guía este trabajo es la siguiente: ¿de qué modo se opera la mutación en la economía del deseo en un sujeto, para que advenga lo que llamamos, el deseo del analista?.

Esta pregunta pretendo ponerla en relación con otra que formula Lacán cuando en el seminario 23 dice: "en qué pues, si lo he leído bien, Freud, Freud un burgués y un burgués atiborrado de prejuicios, alcanzó algo que constituye el valor propio de su decir...?

Ubiquémonos entonces en la Viena de fines del siglo 19. Freud, 31 años, médico, discípulo de Brücke en el laboratorio y luego de Charcot en la clínica, inicia su práctica como neurólogo especialista en enfermedades nerviosas.

Recién casado con Marta Bernays, simultáneamente, traba intensa amistad con Wilhelm Fliess, con quien comparte un intenso diálogo epistolar donde habla de sus avatares cotidianos y de sus elucubraciones científicas.

Guiado por el método catártico de Breuer, las neurosis comienzan a revelar sus secretos, y el 24 de julio de 1895 realiza el primer análisis de un sueño. Inmediatamente abandona el método catártico y crea el de la asociación libre.

Al cumplir 35 años, su padre Jakob, judío ortodoxo de 75 años, le regala su biblia con la siguiente dedicatoria:

"Mi querido Hijo: fue después de cumplir tus seis años de edad que el espíritu de Dios comenzó a inclinarte al estudio. Yo diría que el espíritu de Dios te habló así: 'Lee mi libro; en el verás abrirse para ti fuentes de conocimiento y de inteligencia'. Es el libro de los Libros; es el pozo que han labrado los hombres sabios y de donde aquellos que han establecido las leyes han tomado el agua de sus conocimientos ... has tratado de volar alto sobre las alas del Espíritu Santo. Desde entonces he conservado la misma Biblia... la he sacado de su escondite para enviártelo en señal de cariño de tu anciano padre."

El joven Freud, ahora tiene 39 años. Tratando de "volar alto", imagina un gran proyecto: Aunar, fundir y aumentar sus conocimientos neuropatológicos incorporándoles ahora sus recientes descubrimientos psicológicos, intentando formalizar una psicología "científica", es decir, tratar a los "procesos psíquicos" en términos cuantitativos y soportados en "partes materiales comprobables" con el objetivo de que esos procesos queden, en palabras de Freud, "exentos de contradicción".

Las partículas materiales a las que se refiere Freud son las celulas nerviosas recientemente llamadas neuronas.

Su Proyecto de Psicología Científica que conocemos como Proyecto de psicología para neurólogos, se propone la teorización del aparato psíquico:

Así, en el punto 14 representa al yo "como una red de neuronas" y dibuja una serie de pequeños círculos unidos por líneas que representan las neuronas y sus conexiones.

El 8/10/1895, Freud le cuenta a Fliess sobre su lucha con el Proyecto y el inestable estado de ánimo en el que se encuentra: "me puse por momentos orgulloso y deleitado y avergonzado y miserable hasta que ahora, tras la desmesura del martirio espiritual me digo con apatía: todavía no armoniza, quizá nunca concuerde. No logro el esclarecimiento mecánico, más bien me inclino a prestar oídos a la queda voz que me dice que mis explicaciones no dan en el blanco."

Una semana después, arremete: "Durante dos semanas se apoderó de mí la fiebre de escribir, creía tener asido ya el secreto, ahora sé que todavía no lo poseo, he vuelto a dejar de lado la cuestión."

Cinco días después, desanimado, transcribe por primera vez un verso de Rückert, el mismo que tantas veces leimos en Mas allá del principio de placer: "Lo que no se pueda volando, se alcanzará cojeando; la Escritura dice: cojear no es pecado"

¿Será que Freud comienza a descubrir que hay una diferencia entre la falla y el pecado?

Si cojear no es pecado será que de esto algo se puede decir.

Eso es lo que se propone y si no puede hacerlo volando lo hará cojeando, pero todavía no deja de pensar que sea como sea lo alcanzará.

Pareciera que Freud realmente pretende "volar alto sobre las alas del Espíritu Santo".

Pero el 8/11/1895 parece darse por vencido y dice alicaído: "Mis cartas perderán ahora mucho de su contenido. He empaquetado los manuscritos psicológicos y los he arrojado en un arcón."

Pero su anhelo lo acicatea y trata de "tirano" a su proyecto: "me sublevé contra mi tirano -dice-. Me encontré fatigado, irritado, confundido e incapaz de dominar las cosas".

Simultáneamente, y en silencio, paralelo al proyecto científico, se va gestando en Freud algo que aún no escribe, pero que podríamos llamar de orden práctico: su clínica. Contrariamente al desasosiego que siente ante su proyecto, "La solución clínica de la histeria, le escribe a Fliess, saldrá airosa, es bella y simple".

Sin embargo, primer tropiezo: la etiología sexual que revela la histeria no parece ser, al menos dese el punto de vista moral, volar alto sobre las alas del Espíritu Santo.

La "Solución clínica", va ganando entonces el entusiasmo de Freud, y en una progresiva mutación subjetiva, no todo es avance y titubea en dejar de lado la solución científica.

A medida que esta transmutación se va operando, otros goces van ganando lugar y cuando le da lugar a la histeria las cosas parecen marchar mejor. El 29/11/1895 dice entusiasmado: "Me va sorprendentemente bien, como nunca desde el comienzo de esta historia. Estoy en el apogeo de mi capacidad de trabajo, tengo 9-11 horas de dura labor, 6-8 curas analíticas por jornada, los asuntos más hermosos, naturalmente, toda clase de novedades. Para la ciencia soy un hombre perdido."

Pero esta metamorfosis no se produce de una sola vez. Todavía quedan vueltas por dar y dos meses y medio después su tirano insiste y Freud retoma el Proyecto. El 16/3/1896 escribe: "Sobre la psicología (se refiere al Proyecto) vuelvo permanentemente, no puedo eludir la condena."

Estos vaivenes, Jones los lee como la manifestación sintomática de la neurosis de Freud: Así dice: "La etapa grave de la neurosis (de Freud), corresponde, sin ninguna duda, a la segunda mitad de la última década del siglo."

"Sólo dos hechos podían tener gran importancia para Freud en esa época: su exploración más que inminente, del inconsciente y su notable dependencia respecto de Fliess. Los dos hechos deben estar relacionados entre sí. Evidentemente había, en el hecho de dejar el terreno seguro, de la neurología por el inexplorado campo de la psicología, algo que debía tener, para los adentros de Freud, el más hondo de los significados, su sentido era, indudablemente, el de satisfacer el más hondo deseo de su naturaleza. Pero junto a esto debe haber habido cierto sentimiento, profundo también, de que se trataba de algo prohibido, del cual surgía la angustia.Finalmente, como sabemos, ese sendero le condujo al descubrimiento de su hostilidad, hondamente sepultada, contra su padre."

En el Proyecto, su producción teórica de ese momento, ¿se constata esta mutación?.

Freud continúa en el desesperado intento por hacer coincidir su clínica, que ya no era médica, con lo que propongo pensar como su ideal neurológico. Pero a su pesar Freud es un buen clínico y entonces choca con una contradicción teórica:

Cuando aborda el capítulo 19 del Entwurf, Freud se enfrenta al examen del estado del dormir: "tenemos derecho a suponer que la descarga del yo, es lo que condiciona y caracteriza el dormir". "Ahora bien, lo mas asombroso es que en el dormir discurren unos procesos, los sueños, que presentan muchos caracteres no entendidos."

Si recordamos que el proyecto original de Freud era plantear un sistema excento de contradicciones, acorde con el ideal médico científico de su época; ¿qué hará, entonces ahora con esto con lo que se tropieza, a saber: el contrasentido?

En el capítulo 20 del Proyecto, parece haber un salto en el prolijo encadenamiento teórico. Lo titula "el análisis de los sueños". Lo primero que llama la atención es que aparece la palabra análisis. Nos sorprende porque hasta ahora veníamos leyendo siempre la palabra exámen. Un segundo término que cambia es el de enlace que sustituye al antiguo conexión.

Por otra parte en el cuerpo mismo del texto, pasa de hablar de partículas materiales comprobables que se enlazan de manera exenta de contradicción a otras "partículas" que también se enlazan pero que ya no son neuronas: ahora son palabras que juegan entre si.

"Los enlaces oníricos, dice Freud, son en parte unos contrasentidos, en parte son imbéciles, o aún, sin sentido, de una rara locura. Una parte de las experiencias psíquicas se ha olvidado, de hecho, están olvidadas todas las experiencias biológicas."

Estas "experiencias biológicas" que "están olvidadas" tienen ahora para nosotros otra resonancia: una sustitución parece haberse operado.

Mientras tanto las cosas se hacen cada vez mas difíciles en la vida de Freud. Su cambio de posición tiene consecuencias en los lazos sociales:

El 16/3/1896, ya tomado por la clínica de la histeria que no puede dejar de comunicar, dice: "En general estoy satisfecho con mi progreso, pero recibo hostilidades y vivo en un asilamiento tal como si hubiera descubierto las mayores verdades".

Freud va quedando solo en el medio médico vienés que no le da crédito a sus comunicaciones "científicas" y el vacío se hace en torno a su persona.

Lacán lo dice de esta manera: "Freud descubre el funcionamiento del símbolo como tal. Tiene que tomar partido sobre este descubrimiento, aceptarlo o desconocerlo, como hicieron todos los otros que también se le acercaron. Es un hito tan decisivo que no supo en absoluto lo que le pasaba."

El 2/4/1896 cuenta a Fliess: "Cuando joven no he conocido otra ansia que la del conocimiento filosófico, y estoy en vías de realizarlo ahora que me oriento desde la medicina hacia la psicología. Me he hecho terapeuta sin quererlo."

Tres semanas después, se produce un hecho de importancia para la carrera médica de Freud.

Brinda "Una conferencia sobre etiología de la histeria en la Asociación Psiquiátrica".

La novedad que ha descubierto Freud es recibida con total frialdad, obteniendo de Kraft-Ebing este raro juicio: "Suena como un cuento científico." Freud renuncia a la Asociación de psiquiatría y neurología de Viena.

Años después aludió a sus esfuerzos de aquella época con las siguientes palabras: "La investigación científica ha demostrado irrebatiblemente que la actividad psíquica está vinculada a la función del cerebro más que a la de ningún otro órgano. Pero todos los intentos de concebir las ideas como almacenadas en las células nerviosas y las excitaciones como siguiendo el curso de las fibras nerviosas, han fracasado por completo".

Freud le escribe a Marta, y allí le habla del Quijote, uno de sus libros más amados.

"Hemos sido todos nobles caballeros, dice Freud, que pasábamos por el mundo prisioneros de un sueño, malinterpretando las cosas más simples, magnificándolas hasta el punto de convertir los lugares comunes en algo noble y raro, y terminando por representar una triste figura."

"¿No te parece muy conmovedor el leer cómo una gran persona, que es idealista, se burla de sus ideales?".

A ese idealista, un burgués atiborrado de prejuicios como lo llama Lacán, que le hizo lugar a la distancia que había entre su ideal médico y el deseo que lo habitaba, le debemos hoy el psicoanálisis.

Gustavo Szereszewski. Escuela Freudiana de Buenos Aires. 2006.