ESCRITURA SIN LECTOR O LOS DIFRACES DE UNA NINA. Liliana S. Donzis

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“El hombre piensa con ayuda de las palabras y es en el encuentro entre las palabras y su cuerpo donde algo se esboza en la palabra reside el asidero del inconsciente, allí se sustenta el síntoma".

Esta frase de apariencia sencilla pero de innumerables consecuencias, fue pronunciada por Jacques Lacan en la cuidad de Ginebra en 1976, en esta conferencia, Lacan entre otros temas responde la pregunta por lo psicosomático acentuando una distinción : el fenómeno psicosomático no es equiparable al síntoma, entendido este último en sentido estricto.

De hecho la clínica nos testimonia que en el desciframiento del síntoma en la neurosis la legalidad del significante opera, mientras que en el fenómeno psicosomático la apelación al significante no produce las mismas eficacias.

Podemos preguntarnos, por una parte, que acontece en aquellos pacientes que sin ser ajenos a la estructura de la neurosis, es decir con producción sintomática, al mismo tiempo presentan trastornos que alojados en el cuerpo reconocen una economía de goce diferente. Además, por otra parte ,vale preguntarse complejizando la pregunta por estos trastornos en la niñez .¿ tiene el mismo estatuto lo psicosomático en el niño de los tiempos instituyentes o en la latencia?.

Centremos estas consideraciones partiendo de una perspectiva del síntoma. Este último-Lacan dixit-es la lengua de la represión, vela y revela lo inconsciente, cifra algo de goce, goce fálico, mientras que se ofrece al desciframiento, se da a leer.

Ahora bien, el campo de la clínica con niños es heterogéneo, en el se reparten diferencias y tiempos. ¿Se trata del mismo niño en el tiempo de la operaciones fundantes que en el tiempo de la latencia ,entendida desde la óptica freudiana como cicatriz del Edipo?.

En tiempos instituyentes cuando aún la circularidad de las operaciones originarias de alienación y separación no han culminado ,y no se ha efectuado en la estructura la torsión de retorno, el síntoma como retorno de lo reprimido aún no es reconocible. 

Dicho de otro modo la pregunta por el deseo del Otro no señala la incidencia radical de la falta en el plano subjetivo del niño, pues este aún no ha tramitado el deseo del Otro en el orden simbólico, sino que yace como lengua materna-lalangue-alimentada en lo imaginario. Ante esa indisponibilidad provisoria, en algunas ocasiones, de tramitar el significante del nombre del padre, la respuesta del niño se viabiliza a través de la angustia o del padecimiento, que generalmente se aloja en el cuerpo antes que en una escena. 

El cuerpo pasa a primer plano, precisamente uno de los motivos de consulta más frecuentes son los broncos espasmos, las afecciones en la piel sin que encuentren solución ni justificación desde la terapéutica y el discurso médico. .Por otra parte los vómitos a repetición -funcionales-, las anorexias de las que se quejan las madres, la falta de apetito , en ellas a diferencia de las anorexias en adolescentes o adultos , en la de los niños no entra en consideración la imagen , ni la pretendida belleza. Los fenómenos psicosomáticos en niños suelen tener un carácter transitorio, y han sido motivo de consulta al analista desde hace años.

En el camino de la pulsión, ya que en tiempos instituyentes aun no hay producción del fantasma, la angustia se enmarca en el campo del Otro y responde a la castración del Otro con padecimientos y no como síntoma en tanto anudamiento significante. El padecimiento como intento de respuesta no engaña, tiende a revelar la presencia del cuerpo.

En la experiencia he verificado, que es en la latencia y no en los tiempos instituyentes que se construye -duelo por el falo mediante-la escenografía del despunte sintomático, emergencia del chiste, del lapsus que interroga el ‘pas de sens’,paso de sentido y quiebre del mismo. En la neurosis y en ocasiones en los latentes el síntoma puede pensarse en relación a la estructura de lenguaje, en relación a la cadena significante sosteniendo la dimensión del sujeto representado entre significantes. Punto preciso de efectuación de la definición lacaniana,:"El significante es lo que representa al sujeto para otro significante".

Sujeto que en su arquitectura de anudamiento borromeo, RSI, sostiene la red significante en la combinatoria, y cuyo germen es la letra.

En el Seminario XI Lacan, plantea una lógica a la constitución subjetiva, asentada en la lógica proposicional .Sitúa los círculos de Euler para graficar las dos operaciones fundantes de la subjetividad, unión e intersección concernientes a la alienación y la separación respectivamente. 

Como corolario de la primera operación de alienación emerge la primer pareja de significantes, surge el efecto sujeto, en el entre-dos. ¿Qué aconteció?La afánisis, desaparición, eclipsamiento del sujeto, que nos indica que, el ser viviente se pierde en la medida que pasa a estar representado entre significantes .Se ha producido en la pulsión la afánisis del sujeto, entre el S1 y el S2 se produjo un intervalo donde el sujeto como significado, en tanto efecto de significado, petrificado entre significantes construirá su alfabeto vivo.

En ese mismo Seminario, Lacan avanza, a partir de estas dos operaciones constitutivas, y aborda el transtorno psicosomático en esta arista. Nos dice:"..En la medida en que se conserva ese eslabón,-el deseo ‘pero ya no podemos tomar en cuenta la afánisis del sujeto”. 

Se produce una detención en el tiempo de la alienación que impide el acceso .."a ese otro lugar donde el sujeto se manifiesta en su desaparición, no se produce la separación, porque el sujeto no puede poner en juego su propia pérdida¨".Es asique el eslabón del deseo no oficia su juego en la cadena, y " la esencia ausente del cuerpo deviene presencia encarnada"

El niño encarna con su cuerpo el objeto, mirada, del campo pulsional del Otro , ocupa encarnadamente el objeto en el fantasma materno , si no hay significante fálico que lo represente, su cuerpo clausura el movimiento de demanda de la madre . La clínica nos testimonia que por ejemplo en los niños con accesos asmáticos la madre es hiperdemandante ,los pediatras las nombran sobreprotectoras ,que no es lo mismo .

Es desde esta perspectiva que podemos plantear, que el fenómeno psicosomático no puede reducirse a la estructura de sustitución y metáfora en el que se despliega el síntoma, que abrevado en el deseo, desliza en la significación. Por el contrario lo psicosomático, en la escena de un tratamiento se presenta con un discurso que en ese punto es pobre, rígido, sin deslizamiento. Ya que no atañe a la combinatoria significante no hace metáfora, se coagula en el cuerpo, manifiesta un real que en lo viviente se atascó en su propia pérdida.

En tiempos instituyentes se atasca lo atinente a la operación de separación , pero separación del objeto que representa en el campo del otro ,separación de cuerpo, se atasca en el movimiento de pérdida.

La letra que en la red significante pasa a la combinatoria en su orilla simbólica, irrumpe en tanto letra en lo real del cuerpo. Escrito en la piel, en "las tapicerías de la piel”, letra en el cuerpo que en su borde de goce, no encuentra lector Escrita con tinta sangre del corazón , es una escritura que en tanto letra coagulada no halla las condiciones de estructura que posibiliten al sujeto lector.

Escritura en el cuerpo, escritura sin lector.

En la Conferencia de Ginebra antes mencionada, Lacan compara estas tapicerías del cuerpo con un jeroglífico, pero jeroglífico antes de que Champollion revele ese sistema de escritura.

El trastorno psicosomático funda sus raíces en lo imaginario, la imagen queda excluida de lo simbólico, parece eludir su tramitación de lalangue, cuerpo de lo simbólico, manteniéndose cristalizada en lo imaginario.
A diferencia de Juanito, que tramita ,su pasaje de la angustia al síntoma fóbico, en los niños con presentación psicosomática, la posible emergencia de angustia se tramita por ejemplo como vomito ,urticarias, etc.. 

Letra que en su borde de goce, produce dibujo en la piel cuando concierne a una psoriasis. En este último caso el dibujo tampoco es descifrable, dibujo-escara en la piel. Letra no legible, pues no termina de enlazarse a la cadena significante, diferencia del trazo unario que nos propone la huella y su borramiento, esta letra de la afección no se procesa como borradura de huella sino que se cristaliza en un atajo del cuerpo orgánico, antes que como cuerpo pulsional, cuerpo escrito por las pulsiones que engarza cuerpo-libido y lenguaje. 

En la afección psicosomática hay fijación de letra sin constituir una configuración simbólica-imaginaria. El trastorno psicosomático no es desordenado sino que siempre es el mismo. Debemos entonces diferenciar esta fijación de la fijación fantasmática. En la primera encontramos una fijación de goce mientras que en la segunda una condición de goce.

En síntesis, en la afección psicosomática no hallamos la "fijación descripta por Freud en relación al encadenamiento: pulsión-cuerpo-lenguaje en el campo subjetivo del niño, sino por el contrario solo fijación de goce del cuerpo o una parte del cuerpo del niño a los padres o a uno de ellos. Anidado en el goce del Otro sin anclar en el goce fálico.

Ahora bien, en lo relativo a estas afecciones en la niñez podemos considerar según lo antes mencionado algunas variantes:

*-Cuando por razones atinentes a los tiempos de inscripción no se ha tramitado aún el deseo en el orden simbólico , el niño responde con angustia o con padecimiento al capricho del Otro. Presenta cuadros diversos que alojados en el cuerpo reconocen un abanico de gradaciones del malesttar .Cuestión propia de los tiempos instituyentes, asimismo situable cuando el niño cuenta con un número limitado de significantes para responder a la pregunta por el deseo del Otro, o ante la presión incoercible de la demanda del otro. Exceso de goce no elaborable que queda estañado como padecer corporal.

*-Cuando el intervalo producido por la operación de separación no culmina, congelando la afanisis. Conlleva a la aparición del fenómeno psicosomático en niños que están en condiciones estructurales de producción sintomática. La afección se dirige al “papá o a la mamá" pero no al lugar del Otro de la batería significante.

Un breve relato clínico.

Consultan los padres de Rita, cuando la niña tiene ocho años. Manifiestan que Rita grita, padece "ataques de nervios”, contesta a los maestros y otros adultos con altanería y mala disposición. Es una niña que no encajan, no entra en caja. Su padre padece una afección psicosomática, digestiva. Su madre "grita todo el tiempo”. La abuela materna se encuentra internada en un hospital psiquiátrico, presumiblemente psicótica.
Luego de comenzadas las entrevistas agregan, sin otorgarle demasiada importancia que Rita padece psoriasis. No consultan por este tema. Sino por los ataques y caprichos, la psoriasis queda muda, silenciada."Lo peor son los gritos". Las manchas en la piel ,"Ni siquiera la afea”. Luego en el tratamiento quedará claro que los gritos son su punto de revelación y no solo de rebelación-rebeldía.

Rita es muy bonita cuenta con un cierto parecido a una actriz que fue princesa en la década del cincuenta. Este dato no es sin importancia pues gravita en el lugar que ocupa Rita para la familia. Sin embargo esta figura bella tiene los brazos, el cuero cabelludo y las piernas plagadas de manchas, escaras, grietas, llagas. Cuerpo dibujado, escorado que visten cuidadosamente los modistos para que Rita desde pequeña "trabajé" en desfiles publicitarios. Encabeza los llamados "castings”,es una figura bella entre las bellas. Debajo de la ropa la psoriasis reina, la ropa de manquen cubre con sedas cualquier aspereza.

Desde el comienzo del tratamiento Rita juega, en la actividad lúdica insiste una maniobra, Rita hace trampas, tanto en el juego de naipes como en u n juego con muñecas las trampas, “las mulerías"-como ella las denominó después, se convierten en el centro de su interés. Son inevitables. No reconocidas por ella, sino que conscientemente negadas. En ocasiones debe ganar su juego a cualquier precio, incluso modificando las reglas de juego varias veces en el transcurso de una misma secuencia lúdica. Cuando se pone al descubierto su maniobra rompe el juego, decide pasar a otro para reiterar la misma posición. Mantiene una firmeza indeclinable: burlar al otro. No se trata solo de la transgresión sino de burlar algo del orden del encierro, burlar al otro custodio de su cuerpo para salir de allí .Salir de la jaula de oro de las locas.

A los pocos meses de iniciado el tratamiento sus gritos ceden, su psoriasis también. Pongo en juego un lugar, un lugar para los gritos de Rita. Es así que estos se transforman en enojos. Dando lugar a su vez, a una nueva serie de juegos semejantes al conocido "Dígalo con mímica”. En ese nuevo tiempo se trata de adivinar frases escondidas, letras de un ahorcado, películas, escenas de teleteatro. Escenas, sitios, límites y fronteras entran en juego.

En ese mismo tiempo la madre de Rita me solicita "facturas" para presentar en su Obra social en la que le reintegran una parte del importe del costo del análisis de Rita. DGI mediante, resuelvo escribirlas .Comienza así un difícil y crítico tiempo de trabajo con la madre de Rita, quien en razón de dichos papeles concurre a mi consultorio en cualquier momento del día, sin anunciarlo previamente, sin conocer si ese día o si a esa hora me encontraría. 

Cada vez insiste con el timbre, interrumpe, llama por teléfono en horarios insólitos, etc. Tiempo kafkiano. Cada factura que en razón de la DGI le extiendo es rechazada, pues le falta un número o el sello que acompaña la firma, o que el .........etc. Solicita que le extienda más "facturas”, para que le otorguen un mayor "reintegro”. Si bien cada uno de estos episodios merece una lectura, es Rita y no la madre quien se encuentra en tratamiento allí, ya que la madre se encuentra en análisis en otro ámbito. No obstante pese a remitirla a su análisis, sus solicitaciones a veces caóticas insisten en el espacio de Rita.

En cierto momento la invito a la señora a que solicite en su obra social el reglamento concerniente a la contratación de servicios que efectúo allí, le propongo que lo lea y si lo desea lo puede leer en mi consultorio. Asimismo invito al padre de Rita a participar de esta lectura para que pueda quedar en claro que les demanda la obra social y distinguir por ende la demanda que efectuaban en el espacio de Redilar un contrato .

Mientras sostengo con la madre de Rita ese tiempo tan complicado y difícil, la niña avanza en la dirección opuesta a su madre, mejora ostensiblemente su psoriasis, escribe cartas de amor y comienza a plantear con claridad que no seguirá trabajando en desfiles publicitarios. Dice¨:"Esa ropa no me la pongo más¨".

En algunos meses de tratamiento solo le restan dos manchas psoriasicas, una escara detrás de cada lóbulo de la oreja. No se reducen ,sin embargo Rita puede comenzar a hablar de ellas, comenta que :·"Esta cansada de los gritos de su madre, que le van a romper los tímpanos”. Rita finalmente rehúsa participar en los desfiles, y que su madre reciba un dinero por su trabajo. De hecho la situación económica de la familia es más que holgada, ese dinero del trabajo de Rita la madre lo usa para sus propios gastos en ropa.

En el breve recorte que les propongo de este tiempo de análisis una frase de la niña queda resonando, “Esta porquería no me la pongo más”. Frase que resume un inicio posible de acotamiento de la presión de una demanda irrefrenable a la que ella estaba sometida.

Liliana S. Donzis