INTRODUCCIÓN AL ACTO ANALÍTICO. Mariana Davidovich

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El trabajo realizado a lo largo del año pasado en cartel con Elsa, Marcelo y María Rosa, me permitió un espacio de trabajo compartido donde me detuve especialmente en el cuadrante de Klein. Agradezco a Elsa el texto de Barbut y a todos que me hayan ayudado a sostener las preguntas.

El antecedente de lo que es en Lacan el acto psicoanalítico aparece en Freud en "Psicopatología de la vida cotidiana", del lado del acto fallido. Los actos fallidos no son inocentes, son interpretables y tienen significaciones, es decir, están coordenados a lo simbólico. En este sentido son distintos de un hacer. Son interpretables, al igual que los sueños. El acto, tiene que ver con la determinación de un comienzo, con algo nuevo, y con un cambio de posición en el sujeto, que es una renovación. No hay acto sin Otro - es decir, sin las coordenadas simbólicas en juego - para ir más allá de ese Otro. En el momento del acto, no hay Otro ni hay Sujeto. El acto excede la articulación significante, hay acto donde la cadena significante falla. Cada acto tiene relación con la verdad e implica la puesta en juego de la función paterna bordeando el vacío del objeto a. En el acto se repite el significante que representa al sujeto, es donde el significante estaría más cerca de representarse a si mismo.

Lacan trabaja dos temas centrales en este seminario: por un lado la cuestión del acto del analista en el sentido del pase de analizante a analista. Y por otro lado, el acto en relación a la dirección de la cura. Son dos cuestiones que lo atraviesan a lo largo de todo el Seminario. Este seminario empieza, de hecho, un mes después que "La proposición", donde Lacan propone que en el pase es que el analista no se autoriza en el saber referencial, sino que se autoriza en lo que aprende en su propio análisis, en lo que atraviesa en su propio análisis.

Lacan toma como punto de partida de todo su desarrollo el cogito cartesiano. En "La lógica del fantasma", plantea que el cogito se presenta como una aporía, como una contradicción radical al estatuto del inconsciente. El cogito ergo sum –va a decir- "es el anverso del inconsciente porque todo es posible en el inconsciente, salvo articular entonces soy". La división subjetiva no da ninguna respuesta al que soy más que estar representado entre dos significantes.

El psicoanálisis admite un parentesco entre el ser y el pensar, pero radicalmente distinto al que plantea Descartes para quien la esencia del ser es el pensar. Lacan parte del "pienso, luego soy" cartesiano y retoma a Freud: "wo es war, soll ich werden" "donde ello estaba, que el sujeto del inconsciente advenga". Aquí hay una ruptura que vale la pena subrayar, entre el ello y el yo. No se trata ni del ello pulsional ni del yo del dominio. Lacan abre una brecha en ese sentido: Se trata del sujeto del inconsciente, el analista lo que hace es suponer a esas fisuras del discurso -que se presentan en las formaciones del inconsciente, en los sueños, en los olvidos, en eso que abre discontinuidad en el discurso- suponer a esos significantes, un sujeto. Es decir, le supone a ese saber no sabido que es el inconsciente un sujeto y lo pone a trabajar. Entonces, por la asociación libre propuesta por el analista al analizante vacila el ser. ¿Quién habló? "Yo no fui, no quise decir eso." Recordemos que en el sueño, yo aparece disperso en todos los personajes. De esto se trata cuando Lacan dice que" El soy está constituido por el conjunto vacío, no contiene ningún elemento". El estatuto del sujeto en su punto de partida es tal que ni es ni piensa. Es Aristóteles quien sitúa el ser en imperfecto, es "toti en einai", lo que estaba siendo.

La primera operación, la alienación ES LA PENDIENTE POR LA QUE SE DESLIZA UN SUJETO, LA DEL NO PIENSO, AFIRMáNDOSE EN UN FALSO SER. El pasaje a la operación verdad es posible por la transferencia, sólo si se pone en juego la transferencia, querría saber algo de su condición de sujeto. De lo que se trata cuando un sujeto se embarca en el proceso analítico y asocia libremente, lo que se pone en juego es que no sabe lo que dice ni quién es. Justamente algo del ser vacila inmediatamente, se entra en contradicciones, y el sujeto intenta porque el significante no le da ningún ser, ser el objeto que le falta al Otro, constituyendo un falso ser, Si opera la función deseo del analista, y el analista no interviene desde la contratransferencia, entonces vamos a llegar a algo que tiene que ver con la operación verdad.

Volvamos a Descartes, si lo pasamos a la lógica de conjuntos, se tratara de subrayar la intersección del conjunto del ser y el conjunto del pensar. "Pienso, luego soy". Lacan dice que la intersección entre el ser y el pensar es vacía, entonces el ser es equivalente al no pensar, y el pensar es equivalente al no ser. El sujeto en el punto cero, es tal, que ni es, ni piensa. Sólo los significantes copulan entre sí, el pensamiento no copula con el ser.

El punto de partida del recorrido analítico es "o no pienso o no soy".. Del lado del ello, que decíamos corresponde al vector alienación, ubica el "no pienso". ¿Qué quiere decir no pienso? Se trata de "no soy yo quien los piensa, sino que soy pensado, o -podríamos decir- soy gozado, soy ese objeto". Ello piensa, lo demoníaco de la pulsión comanda. Se trata de un sujeto a advenir. El je aparece únicamente como efecto gramatical. Entonces el ello es todo lo que en la gramática no es el je.

Del lado del inconsciente, en su esencia poética, Lacan va a ubicar el "no soy, al interrogar el analista el discurso del analizante subrayando enigmas para que algo de ese ser vacile, lo que va a empezar a ponerse en juego es algo de la verdad del sujeto que emerge en el trazo que lo representa. Es el movimiento de separación en la medida en que se vacía el sentido del otro vía el pensamiento. Porque se pone en juego el pensamiento, se vacía el ser, lo que aparece es el "no soy". No soy el objeto del otro." Se pone en juego ese saber no sabido que es el inconsciente si hay un analista que hace de soporte de la transferencia.

En el ello lo que está ausente es el sujeto del deseo. Justamente el acto del analista a donde va a apuntar es a que el sujeto se reencuentre con su deseo, vaciando el ser, vaciando la demanda del otro.

Lacan retoma el grupo de Klein que son vectores orientados. Vectores que pueden volver al punto de partida, es decir son involutivos y se mantiene la estructura. Al aplicarles la operación contraria e inversa, se conserva la estructura, esto significa que si yo le vuelvo a aplicar a –x la operación contraria, vuelvo a llegar al punto de partida, o sea a x. Lo mismo con la operación inversa. El recorrido del acto analítico es planteado por Lacan a partir de este grupo con algunas modificaciones: las flechas van en una sola dirección, o sea que ya no es reversible y no es involutivo, no se puede volver atrás. Finalmente como resultado de la operación hay un producto.

Este "no pienso", que es el punto de partida del proceso analítico, es un punto de estructura. El "no pienso" es el ello. La alienación en el proceso analítico es, en parte favorecida por la invitación a asociar libremente, y si se instala la transferencia, deseo del analista mediante, va a emerger algo de su verdad como sujeto, su no ser más que falta en ser. Más precisamente a lo largo del análisis se reconstruye el objeto que se fue para el Otro y esto posibilita el pasaje del falso ser al vaciarlo al no soy, acotado por la castración. Vale la pena subrayar, que para Freud, el límite del análisis, la roca viva, es la castración fálica; Lacan sin dejar de tenerla en cuenta, rota la eficacia de la castración al objeto a.

¿Qué sucede una vez hecha la experiencia de la falta en ser? El analista hace de soporte para que se ponga en juego la verdad del analizante.. Que el sujeto, en tal caso, se realiza como falta en relación a la castración, a la caída del a como objeto de goce y por lo tanto el objeto a que el analista representaba como efecto del discurso del paciente.

Recordemos "que el sujeto advenga, soll ich werden, puede ser tan impracticable como el deber kantiano" ya que no se trata de asumir un ser sino como falta en ser. Tampoco se trata de que el je tiene que desalojar al ello, ni de eliminar el goce. Lo que pone en juego el proceso analítico, es una lógica subjetiva a la Pulsión, utilizando la fuerza motriz de la pulsión para el deseo. En definitiva se trata de que el ello se avenga a admitir el je en la gramática, o lo que es lo mismo, que haya un goce pero en la escala invertida de la ley del deseo, es decir, en la escala de la castración... A eso va a apuntar el acto del analista. El no pienso va a estar acotado por el no soy. Juntados el no pienso con el no soy en la mordedura, lo que aparece es el objeto a, mordido por el menos pi , es decir caído. La verdad de la estructura es el objeto a.

Entonces cito a Lacan en lo que venimos trabajando del recorrido del acto analítico: "Supone una cierta realización de la operación verdad, a saber, este recorrido del sujeto instalado en su falso ser, -allí en el ello- le hace realizar un pensamiento que implica no soy. El no soy supone la operación verdad. Encontrando su lugar más verdadero, bajo la forma de allí donde era ese objeto del falso ser a nivel del no soy. -Esa es la verdad del sujeto, vía pensamientos inconscientes - se encuentra su verdad en ese objeto a. Al fin del análisis ese objeto -dice- se traduce por la castración, correspondiente a la letra -pi. Hay un pasaje de la inversión del no pienso, del sujeto alienado, al nivel del inconsciente, al no soy del pensamiento inconsciente". porque el pensamiento vacía el ser.

El pensamiento es una operación que tiene que ver con pensar el saber inconsciente. Uno puede tener un fallido y no pensarlo. El pensamiento requiere pensar ese saber no sabido para negativizar el a y que sea causa del deseo. Que sea un vacío apunta a lo real del sujeto. Ahí donde no es identificable por el otro. En el cuadrante de Pierce, sería el cuadrante 1, que dice que todo trazo es vertical, y es verificado e ilustrado por el cuadrante vacío, el cuadrante 4, donde si no hay vertical no hay trazo. Es allí donde Lacan ubica el nombre del padre, allí donde el trazo apunta al vacío, rotando del Flo al objeto a. Pero tiene que existir el sentido del otro para constituirse. El problema es que ese sentido no se haga religión, que se pueda interrogar.

Respecto al analista dice Lacan: "El sujeto supuesto saber queda reducido al final del análisis al no ser allí que es característico del inconsciente mismo. Al igual que el sujeto del acto, es un sujeto que en el acto no es." El analista puede ser soporte de la transferencia primero como sujeto Supuesto Saber, Y luego si lo habita el deseo de analista, se deja tomar como semblante de a, funcionando como causa.

Y que decir que se empieza a ser psicoanalista al final de un análisis? Entiendo que esto supone que se produzca algún movimiento en relación al ser, que tenga cierta advertencia, cierto pasaje por la falta en ser. "El sabe que en ese momento que llame el pase, el sabe que allí está el des ser que para el, el psicoanalizante ha golpeado el ser del analista, el sabe lo que el deviene, ciertamente el cae."

Lo que se revela en el momento del acto es que el objeto a cumplía la función de darle consistencia al Otro en el fantasma, entonces lo que se revela es la inconsistencia del Otro Se reconstruye que si hay algo del ser es algo del ser en tanto vacío. El ser no tiene ninguna sustancia. No se puede predicar nada del ser, más que en tanto siendo este vacío. El S1 es el significante que simboliza el fracaso de sentido y por lo tanto, la emergencia del sin sentido. De lo que se trata en el acto es de la inconsistencia del Otro, se precipita el momento de concluir en el momento en que surge la inconsistencia del Otro, el Otro no puede darle un .sentido a quien soy.

Entonces, la sustancia del sujeto, es el objeto a, el trazo que apunta al vacio. El análisis devuelve al S1 la función señalizadora del vacío, -1, poniendo en función el agujero de la causa perdida en la raíz del sujeto.

Mariana Davidovich

(*) Presentación en el Seminario de la Escuela Freudiana de Buenos Aires "El acto psicoanalítico", Clase Nro 3 – 20/01/05