DE LA POSICION DEL INCONCIENTE A LA POSICION DEL ANALISTA. Cristina Calcagnini.

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Si aún hoy nos habitara una pregunta sobre ¿qué es el inconsciente?, no vacilaría en responder como dijera Lacan:.... “No es en la teoría sobre el inconsciente donde vamos a recoger la esencia de este concepto sino en lo vivo de la práctica donde podremos dar cuenta de él..."

Parto de un ejercicio de lectura que he realizado del escrito Posición del Inconsciente, que J. Lacan escribió a pedido de Henry Ey, en el que resume las intervenciones que hiciera en el congreso de Bonneval, sobre el inconsciente freudiano. Texto que fue escrito el 3-11-60, y que fue publicado 6 años después.

Voy a remarcar la articulación entre la posición del inconsciente y la posición del analista, que realiza Lacan en ese trabajo.

Comienza definiendo al inconsciente como un concepto forjado sobre el trazo que opera para constituir al sujeto. Es lo que decimos, enfatiza, si queremos entender lo que Freud presenta en su tesis. Y allí nomás plantea que los psicoanalistas formamos parte del concepto de inconsciente pues constituyen aquello a lo que éste se dirige.

Cito textualmente: .... "No podemos dejar de incluir nuestro discurso sobre el inconsciente en la tesis misma que enuncia que la presencia del inconsciente por situarse en el lugar del Otro ha de buscarse en todo discurso en su enunciación. El sujeto mismo del pretendiente a sostener esa presencia, el analista, debe en esta hipótesis con un mismo movimiento ser informado y puesto en entredicho, o sea debe experimentarse sometido a la rajadura del significante..."

.. "el efecto del lenguaje es la causa introducida en el sujeto, gracias a ese efecto no es causa de sí mismo, lleva en sí la causa que lo hiende.."

... "El sujeto cartesiano es el presupuesto del inconsciente. El Otro es la dimensión exigida por el hecho de que la palabra se afirma como verdad. El inconsciente es entre ellos el corte en acto..."

Siguiendo el eje que se va desplegando remarco entonces que los psicoanalistas formamos parte del concepto de inconsciente ya que es aquello a lo que éste se dirige, leo en este movimiento, el fundamento de la transferencia. Y también que se trata de que los analistas nos reconozcamos atravesados por la eficacia del inconsciente.

Avanza el texto situando dos operaciones fundamentales de las que depende la causa del sujeto. Operaciones que se ordenan en una relación circular pero por ello no recíproca. La primera es la operación de alienación, específica del sujeto y su relación al significante.

Cito textualmente: ... "La división del sujeto no procede de otra cosa sino del juego de los significantes. , recordemos que el significante representa al sujeto para otro significante. Es la estructura de todas las formaciones del inconsciente y también lo que explica la división original del sujeto. El significante produciéndose en el lugar del Otro todavía no ubicado, hace surgir allí al sujeto del ser que no tiene todavía la palabra, pero al precio de coagularlo. Lo que allí había listo a hablar..."

.. "No es pues, que esta operación tome su punto de partida en el Otro, lo que hace que se lo califique de alienación. Que el Otro sea para el sujeto el lugar de su causa significante o hace aquí sino motivar la razón por la que ningún sujeto puede ser causa de sí. No solo porque no es Dios, sino porque ese Dios mismo no podría serlo.

La alienación reside entonces en la división del sujeto que acabamos de designar en su causa. Introduce la estructura lógica. El vel de la alienación solo impone una elección entre sus términos eliminando uno de ellos siempre el mismo sea cual sea esa elección...." "Este vel sobre el vel de la reunión funciona lógica.

... "El inconsciente no tiene sentido sino en el campo del Otro, y menos aún esto que resulta de ello: que no es el efecto de sentido el que opera en la interpretación, sino la articulación en el síntoma de los significantes (sin ningún sentido) que se encuentran allí apresados....”... " La cosa vale la pena de decirse, pues califica al campo del inconsciente a tomar asiento en el lugar del analista, entendámoslo literalmente en su sillón... hasta el punto que debemos cederle ese sillón en un gesto simbólico"

La segunda operación, es la separación, ... " operación en la que se cierra la causa del sujeto, para poner a prueba en ella la estructura de borde en su función de límite pero también en la torsión que motiva el traslape del inconsciente, es la operación de la separación , en la que ubica a la metáfora del padre como principio de la separación.(2)

La forma lógica que viene a modificar dialécticamente esta segunda operación, se llama en lógica simbólica la intersección.

Remarco en el texto lacaniano la siguiente afirmación:... "Es esta una operación cuyo diseño fundamental volverá a encontrarse en la técnica. Pues la escansión del discurso del paciente en cuanto que el analista interviene en él, es la que se verá acomodarse a la pulsación de borde por donde debe surgir el ser que reside más acá.

La espera del advenimiento de ese ser en su relación con lo que designamos el deseo del analista en lo que tiene de inadvertido hasta la fecha, por su propia posición, tal es el resorte verdadero y último de lo que constituye la transferencia.

Por eso la transferencia es una relación esencialmente ligada al tiempo y a su manejo".

Leo entonces en esta ubicación que Lacan realiza cuando habla de la operación lógica de la alienación, en el gesto simbólico de cederle al inconsciente el sillón del analista, lo que desde la transferencia escribimos hoy como Sujeto supuesto Saber. Sujeto y saber supuestos, sujeto y saber inconscientes.

Enfatizo en el recorte que realicé que ubicamos en la operación de la separación en la que ponemos como principio la metáfora paterna, la posición del deseo del analista, comandando como verdadero y último resorte la transferencia.

La transferencia uno de los pilares del descubrimiento freudiano, da cuenta de la posibilidad de operar en nuestra practica que se orienta a lo real. Lo real, fundamento conceptual que Lacan acentuó en su relectura del texto freudiano, y que lo llevó a poner sobre el tapete la esencia de su invento el objeto a.

Objeto a, resto de la relación de alienación del sujeto al campo del Otro, es una construcción que el análisis produce, transferencia mediante, para que el analizante pueda anoticiarse del objeto que causa su deseo.

La transferencia podemos definirla de diversas maneras. Podemos decir que imaginariamente es la transmisión de los poderes del sujeto al Otro, pero Freud también nos advierte que es el momento de la resistencia, el momento del cierre del inconsciente. Cuando las asociaciones cesan, seguramente es porque alguna ocurrencia referida al analista se atraviesa. Lacan nos advierte que la presencia del analista, forma parte del concepto de inconsciente.

Cierre y apertura del inconsciente, pulsación temporal. Es a través de la presencia del analista que se producirá el llamado a la beldad que está tras las cortinas para que vuelva a abrirse. Esta es la metáfora que utiliza Lacan para dar cuenta de este juego transferencial y es en el momento del cierre en que va a ubicar al objeto a.

La transferencia, es la puesta en acto de la realidad del inconsciente, que es sexual, y se dirige al analista.

Lacan inventó una escritura para hablar de la transferencia: S. s. S. Suponer que hay un sujeto y un saber supuestos que se transfieren al analista es la llave, el punto de inicio para que pueda descifrarse el mal decir, inscripto en el malestar del sufrimiento, cifrado en el síntoma. El analista acepta encarnar ese lugar, cubre, que pueda decirse algo que ningún sujeto sepa. Transferencia simbólico imaginaria que se funda, por estructura en la creencia en los efectos de la palabra, sin este eje no hay análisis posible.

Se trata de un saber que no sabe cual es, que ningún sujeto sabe cuál es pero que produce efectos. Se trata de un saber que aloja la falta en su interior. (Es por este camino que la posición del analista en la transferencia le permitirá alojar al objeto a).

Se trata de lo no sabido que sabe. El analista como Sócrates puede decir: "Sólo se que no sé nada". Pero de lo que sí sabe,(como Sócrates) es sobre las cuestiones del amor y del deseo. Es por la vía del amor - odio, en la transferencia que se podrá recortar en el discurso del analizante cuál es el objeto tan preciado, el agalma que se aloja en la presencia del analista. El amor nos lleva al corazón de la posición del analista. Es desde esta posición de semblante de objeto a, que se va a jugar uno de los momentos claves en la dirección de la cura: la operación de separación, de corte con ese trazo del objeto que viene del campo del Otro.

El analista sostiene esta posición, amparado en la abstinencia de satisfacción de la demanda de amor –odio de su analizante y sostenido en lo que llamamos la función x, deseo del analista que como decíamos al comienzo es "el resorte verdadero y último de lo que constituye la transferencia".

La ética del análisis, que sostenemos en la dirección de una cura implica conducir al analizante por el camino que lleva al encuentro con la causa del deseo. Ética analítica que es diferente de la ética estoica, que va en la línea de la vigencia absoluta del deseo del Otro, y de allí hay un sólo paso al "hágase tu voluntad", que retoma el cristianismo.

Pero, precisamente en tanto el deseo humano nace alienado al deseo del Otro. Si el deseo del sujeto sólo puede reconocer su deseo a nivel del deseo del Otro, y como deseo del Otro, se entiende entonces que ese sujeto en la transferencia, en la dimensión del amor apunte al deseo del analista.

El deseo del sujeto se constituye cuando ve el juego de una cadena significante a nivel del deseo del Otro, tiempo lógico de la alienación, como situábamos en el que el amor al saber, momento fundante de la transferencia, da cuenta de la creencia de que en el sufrimiento del síntoma que atraviesa al sujeto hay un decir, una verdad apresada.

Avanzar por el camino que marca la operación lógica de la separación implica situar en la posición del analista, soportada en el deseo de analista, lo que por la vía de la formalización que posteriormente va a realizar Lacan en el discurso del analista, la cara real de la transferencia. Allí donde por la vía del semblante de la serie de los objetos, voz, mirada, heces, dejando bajo la barra el saber referencial del que dispone el analista, se dirige al cifrado de goce y letra del síntoma de su analizante para interrogarlo produciendo, pariendo el significante que lo represente.

Como decía el texto lacaniano, momento clave en el que la operación analítica, ha de producir el corte, la escansión.

Una breve viñeta clínica de Lacan me permite desplegar lo dicho teóricamente desde la práctica. Se trata de un breve recorte que tomé del seminario de la angustia de la clase del 20 –3-63 (3 años después de la escritura de Posición del Inconsciente). Veamos entonces como nos trasmite desde su clínica su posición.

Lacan comienza ubicando la posición sintomática de su analizante en relación a su partenaire. Dice así: ... "Se trata de una mujer que un día le comenta a Lacan que su marido, cuyas insistencias son de cimiento en el matrimonio, la deja de lado desde hace un tiempo demasiado largo como para que lo haya notado, dada la forma en que ella siempre recibe lo experimenta como una torpeza. Eso más bien, la consolaría.

Sin embargo nos dice Lacan voy a extraer una frase, no se precipiten de inmediato a saborear una ironía que se me atribuiría indebidamente, en la que se expresa como sigue: "Poco me importa que él me desee, dado que no desea a otra."

No llegaré a decir que aquí tenemos una posición común ni regular. Esto sólo cobra su valor en la continuación de la constelación tal como va a desarrollarse por las asociaciones que constituyen este monólogo. Hela aquí pues hablando de su estado con singular precisión. Como la tumescencia, no es privilegio del hombre no me sorprenderá que ella, cuya sexualidad es totalmente normal, hablo de esta mujer, afirme que si, por ejemplo mientras ella conduce surge la alerta de un móvil que la hace monologar: - Dios, un coche -, y bien inexplicablemente esto es lo que ese día la impresiona: advierte la existencia de una hinchazón vaginal que observa responder en ciertos períodos al surgimiento extraño a las imágenes o al espacio sexual. Ese estado, dice no desagradable sino más bien de la naturaleza de lo molesto, cede por sí mismo".

Leemos el desencuentro sexual de esta mujer en la indiferencia frente al deseo de su partenaire y su encuentro con este objeto molesto que la excita.

Cito textualmente "- Me fastidia conectar con lo que voy a decirle porque desde luego que no hay ninguna relación- Me dice entonces que cada una de sus iniciativas está dedicada a mí. Lo digo, dice Lacan, su analista soy yo.

-"No puedo decir que se las consagre, eso querría decir que lo hago con cierto fin. No, cualquier objeto me obliga a evocarlo a Ud. como testigo, aunque no para obtener la aprobación de lo que veo. No simplemente la mirada. Al decir esto me comprometo un poquito demasiado, digamos que esa mirada me ayuda a hacer que cada cosa cobre su sentido".

¿Conoció ella en otros momentos de su existencia, nos dice Lacan esa referencia al Otro?

Esta pregunta la hace trasladarse al comienzo de su vida matrimonial, y después remontarse más allá y dar testimonio de lo que fue aquél que no se olvida su primer amor.

Se trataba de un estudiante del que muy pronto resulto separada y con el que quedo en correspondencia en el pleno sentido del término. Según dice, todo lo que ella escribía era verdaderamente un tejido de mentiras. "Yo creaba hilo por hilo, un personaje, lo que deseaba ser ante sus ojos y no era de ninguna manera. Sospecho que se trató de una empresa puramente novelesca que proseguí de la manera más obstinada" Envolverme dice, en una especie de capullo. Y agrega muy graciosamente: Ud. sabe, le costó confiar en eso..."

¿Qué era lo que ella deseaba ser y no era? Es en función del interrogante que Lacan le formula que ella va dando cuenta del entretejido en el que como la telaraña intenta atrapar al otro en su interior.

... "Ahora vuelve sobre lo que produjo para mí:... " Es todo lo contrario de lo que aquí me esfuerzo en ser: me esfuerzo en ser siempre verdadera con usted. Cuando estoy con Ud. no escribo una novela, la escribo cuando no estoy con Ud.".

De la heroína de la novela, cual es la verdad de la que habla.

Vuelve al tejido, siempre hilo por hilo, de esa dedicatoria de cada gesto que no es forzosamente un gesto hecho para complacerme, ni siquiera para dejarme forzosamente conforme. No hace falta decir que ella forzaba su talento. Lo que al fin y al cabo querría no es tanto que yo la mire, sino que mi mirada venga a sustituir a la suya, acota Lacan.

"Lo que invoco es el auxilio de Ud. mismo, la mirada, la mía es insuficiente para captar todo lo que hay que absorber del exterior. No se trata de mirarme hacer, se trata de hacer por mí. (Estoy, dice, telecomandada, lo cual créame no expresa ninguna metáfora. No hay ningún sentimiento de influencia. Pero si produzco esta fórmula es para recordarles que pudo leerla en los diarios a propósito de ese hombre de izquierda que después de haberse hecho voltear es un falso atentado creyó deber darnos este ejemplo inmortal el de que en la política la izquierda siempre es teleguiada por la derecha. Así es además como una relación estrechamente paritaria puede establecerse entre estas partes.) (4)

El deseo del psicoanalista, en tanto ofrece escucha crea demanda.

¿|Que le demanda su paciente a Lacan? Le demanda su mirada. Es por la vía de este objeto que ella recorta en la presencia de su analista, que algo para ella empieza a jugarse de otro modo. Ella se tienta tentando al otro. El posee ese objeto que ella desea. No sabemos cómo operó allí Lacan, pero si podemos comentar que no se trata de que ella efectivamente se apropie de eso que demanda, sino que se trata de que ella pueda por este sesgo, en tanto la falta viene a jugarse allí lo que es la causa de su deseo.

...Ella se tienta tentando al Otro,.....lo que le interesa es el deseo del otro.

Observamos en la posición del analista, como en su intervención va llevando a su analizante en su discurso a dar cuenta de su relación al Otro, por un lado y por otro la lleva a formular su demanda.

Ella le demanda su mirada. Lacan aloja para ella esa mirada que ella desea. No se trata de que el satisfaga esta demanda, de esto Freud nos ha advertido suficientemente.

La posición del analista de dejarse tomar por el fantasma de su analizante, es lo que va a permitir producción significante para tejer un borde a lo real del goce.

Esta posición de semblante de objeto., es lo que Lacan plantea que es la posición del esclavo (5), el analista no puede disponer de su deseo sino que pone en juego en la serie de las demandas, no satisfechas, la posibilidad de acceso a la causa del deseo del analizante.

Concluyo, con la reflexión que me evoca el planteo que Lacan realiza cuando hablando de los no incautos, los que no se dejan capturar, lo que no pueden imaginarse incautos del inconsciente, se pregunta si él es lo bastante incauto como para no errar, si se ajusta al discurso analítico. (6)

Se trata entonces, de recordar allí que la ética psicoanalítica pone en juego la dimensión que implica ser cada vez más incautos del saber inconsciente ya que es nuestro único patrimonio de saber.

Saber del inconsciente, que es un saber en lo real, única posibilidad para bordear el agujero de la no relación sexual. Ese real que mana por la ranura del decir verdadero. El inconsciente no descubre nada porque en lo real hay agujero y no hay nada que descubrir.

Es lo que tropieza con lo que no es hombre es mujer, y a la vez lo que abre camino no es otra cosa que ese decir.

Hace falta inventar para bordear el agujero de lo real, hace falta inventar el objeto a, y no tenemos que olvidar que el discurso analítico sirve para inventar ese saber en lo real.

Cristina Calcagnini.

Jornada de Carteles de la E.F.B.A, 2003.

Referencias bibliográficas

1-Posición del Inconsciente, J. Lacan, en Escritos 2

..... "Esta disyunción se encarna en la demanda o en la oferta: la bolsa o la vida, o en la libertad o la muerte.

Se trata de saber si queremos conservar la vida o rehusar la muerte, pues en el otro termino de la alternativa: la bolsa o la libertad, nuestra elección será en todo caso decepcionante.

Lo que queda está descornado, será la vida sin la bolsa y será también por haber rehusado la muerte, una vida un poco incómoda por el precio de la libertad...."

... Como queda que a más largo término habrá que abandonar la vida después de la bolsa y que no quedará finalmente más que la libertad de morir.

Del mismo modo nuestro sujeto está colocado en el vel de cierto sentido que ha de recibirse o de la petrificación. Pero si se queda sin el sentido es en ese campo (el del sentido) donde vendrá a morder el sin sentido que se produce por su cambio en significante. Y es ciertamente al campo del Otro al que corresponde ese sin sentido aunque producido como eclipse del sujeto..."

2- De posición del inconsciente... "... "A esto quería llegar en este discurso, que la sexualidad se reparte de un lado al otro de nuestro borde en cuanto umbral del inconsciente, como sigue:

del lado del viviente en cuanto ser apresable en la palabra, en cuanto que no puede nunca finalmente entero advenir, en ese más acá del umbral que no es sin embargo mi dentro ni fuera, no hay acceso al Otro del sexo opuesto sino por la vía de las pulsiones llamadas parciales, donde el sujeto busca un objeto que le sustituye esa pérdida de vida que la suya por ser sexuado.

..Del lado del Otro, desde el lugar donde la palabra se verifica por encontrarse con los intercambios significantes , los ideales que soportan, las estructuras elementales de parentesco, la metáfora del padre como principio de la separación, la división siempre vuelta a abrir, en el sujeto en su enajenación primera de ese lado solamente y por esas vías que acabamos de decir, el orden y la norma deben instaurarse, las cuales dicen al sujeto lo que hay que hacer como hombre o como mujer.....

3- Esta función aquí se modifica por una parte tomada de la carencia a la carencia, por la que el sujeto viene a encontrar en el deseo del Otro su equivalencia a lo que él es como sujeto del inconsciente.

Por esta vía el sujeto se realiza en la pérdida en la que ha surgido como inconsciente por la carencia que produce en el Otro según el trazado que Freud descubre como la pulsión más radical y a la que denomina pulsión de muerte.

Un ni a, es llamado aquí a llenar otro ni a.

Separere, separar, aquí termina que se parere, engendrarse a sí mismo....es de su partición de donde el sujeto procede a su parto.

..Separere, se parere: para guarescerse del significante bajo el que sucumbe el sujeto ataca la cadena en su punto de intervalo.

El intervalo que repite, la más radical estructura de la cadena significante, es el lugar frecuentado por la metonimia, vehículo del deseo.

En todo caso bajo la incidencia en que el sujeto experimenta ese intervalo, Otra cosa para motivarlo que los efectos de sentido conque lo solicita mi discurso, es como encuentro efectivamente el deseo del Otro, aún antes de que pueda nombrarlo como deseo, mucho menos imaginar su objeto. Lo que va a colocar allí es su propia carencia bajo la forma de la carencia que produciría en el Otro por su propia desaparición.

Desaparición que tiene a mano, de la parte de sí mismo que le regresa de su enajenación primera.

..Sin duda el puedes perderme es un recurso contra la opacidad de lo que encuentra en el lugar del Otro como deseo, pero es para remitir al sujeto a la opacidad del ser que le ha vuelto de su advenimiento como sujeto, tal como se ha producido por la internación en el Otro.

4- Seminario de la angustia, inédito, J. Lacan, clase 20-3-63.

5- Seminario 11, -Cap.

6- Seminario 21

INDICE TEMATICO: ALIENACION - CAUSA DEL SUJETO - CLINICA LACANIANA - DISCURSO ANALITICO - INCONSCIENTE - METAFORA PATERNA - MIRADA - OBJETO a - PRESENCIA DEL ANALISTA - SEPARACION - SUJETO SUPUESTO SABER - TRANSFERENCIA.