El Seminario XI, al cual remiten estas jornadas, marca un tiempo histórico fundamental en la enseñanza de Jacques Lacan, tiene relación inmediata con la ruptura definitiva con la I.P.A. y es contemporáneo a la fundación de la Escuela Freudiana de París.
En este nuevo escenario Lacan va a dar continuación a su enseñanza abordando lo que denomina en ese momento "los fundamentos del psicoanálisis", va a nombrar cuatro: Inconsciente – Repetición - Pulsión y Transferencia. El Fantasma no aparece mencionado como tal.
En este contexto son solo 4 los conceptos fundamentales. Hay cierta religiosidad. Cuando remitimos a tal seminario, tal párrafo ¿Todos entendemos lo mismo cada vez que lo leemos?
Como Picasso dice que: no busca sino que encuentra. ¿Dónde? En el campo freudiano, basta agacharse para recoger lo que allí hay. Nos encontramos, de lleno, en el tiempo que denomino: "del retorno a Freud" Este seminario ha marcado de una manera fundamental la formación de los primeros psicoanalistas lacanianos aquí en la Argentina. Es por esos años que comienzan a aparecer los primeros grupos de estudios de Lacan aquí en Buenos Aires las primeras lecturas de las enseñanzas de Lacan y este es uno de los primeros seminarios "completos" que llega a nuestras manos, que leemos con avidez y que deja marcas imperecederas en nuestros discursos.
A lo largo de este seminario Lacan no trabaja el concepto de fantasma, hay en todo el seminario solo algunas menciones colaterales a la cuestión del fantasma. Podríamos, sin embargo decir, que el concepto de fantasma está implícito en cada uno de los cuatro conceptos aquí desarrollados.
Inconsciente – Repetición – Pulsión y Transferencia, son conceptos freudianos. El Fantasma en cambio remite más directamente a la enseñanza de Lacan, no quiere decir que en Freud no este, por ejemplo en "Pegan a un niño", entre tantos otros textos donde aparece planteada la cuestión del fantasma, pero el desarrollo y su articulación teórica la produce Lacan en distintos tiempos de su enseñanza.
Justamente con su inscripción en el llamado "grafo" que aparece en su escrito sobre la "Subversión del Sujeto" y particularmente en el seminario El Deseo y su Interpretación, hacia el final, trabaja extensamente la cuestión del fantasma.
¿Es el Fantasma un concepto fundamental del psicoanálisis? ¿Hay tal vez otros conceptos fundamentales? Seguramente. ¿Qué es el Fantasma?
Trataré dentro de los límites de mi exposición de responder a algunas de estas cuestiones.
El fantasma -cuya escritura Uds. conocen $?a- es la respuesta que el sujeto encuentra frente al deseo del Otro. Frente al enigma que ese deseo le plantea al sujeto, el fantasma es su respuesta. Está íntimamente ligado a la constitución del sujeto por lo que se articula, se anuda a los otros conceptos fundamentales como represión primaria, castración y deseo.
Me remitiré a algunas de las referencias explícitas en el texto del seminario que nos ocupa. En la clase del 27 de mayo de 1964 y la subsiguiente, al tratar la cuestión de la Alienación y la Afánisis del sujeto, Lacan habla insistentemente de dos faltas, estas dos faltas en primer lugar las remite al propio sujeto. Una de dichas faltas, se debe a lo que él llama "el defecto central en torno al cual gira la dialéctica del advenimiento del sujeto a su propio ser en la relación con el Otro", debido a que el sujeto, se refiere al sujeto del inconsciente, está primero en el campo del Otro. Dice que esta falta retoma la otra falta real anterior, que ha de situarse en el advenimiento del ser viviente en la reproducción sexuada. La falta real es lo que pierde el ser viviente, por reproducirse por la vía sexuada. Esa falta es real porque remite a algo real, que el ser viviente, por estar sujeto al sexo, queda sometido a la muerte individual.
Destacamos de esta formulación, en primer lugar dos faltas, una Simbólica, la falta de significante, el significante le viene del Otro y otra Real referida al sexo, en este caso Lacan se refiere a la reproducción sexuada porque aun no contaba con las formulas lógicas de la sexuación es decir con la división, de un lado hombre y de otro lado mujer, recién allí podrá referir, la falta real a aquello que desde entonces va a proponer como el verdadero y único fundamento del psicoanálisis: "El no hay relación sexual". En el seminario de referencia lo anticipa de la manera que puede hablando de la reproducción sexuada o mejor cuando señale de un "defecto central" son palabras de Lacan, ese defecto central podríamos traducirlo en otros términos como "no hay relación sexual". No hay armonía ni complementariedad entre el ser humano y su medio como se encuentra en el animal.
Continuando con el seminario XI y con la cuestión de las dos faltas –Real y Simbólica; una retomando la otra, va a hablar de la superposición de dos faltas, la del sujeto y la del Otro. Pero ahora haciendo pone el acento en lo que nos va a interesar en esta ocasión en que tenemos que hablar del Fantasma: "el sujeto, dice, encuentra una falta en el Otro", el encuentro del sujeto con esta falta es fundamental para su constitución, es decir que sino se encuentra con esta falta del Otro, la constitución del sujeto en tanto tal no se produce. ¿Qué quiere decir esta falta del Otro de la cual el fantasma viene a resultar su respuesta?.
Fue nombrada, esta falta, como castración del Otro, no se trata de la castración del $ sino de la castración del Otro nos enseña Lacan. Sin embargo ubicar esta castración del Otro ni es fácil para el sujeto ni lo es tampoco en la teoría psicoanalítica. Freud planteo la castración como límite del sujeto, Lacan la extendió como castración del Otro ¿Qué quiere decir la castración del Otro? ¿Cuál es esta castración del Otro? Por ejemplo: a partir de las formulas de la sexuación lo que se demuestra es, por un lado que para admitir la castración del sujeto debe de existir uno, el padre, que le dice no a la castración, x x, en ese sentido el Otro no está castrado y si nos vamos del otro lado de las formulas lo que encontramos es que "no hay Otro" eso es decir que inexiste, esto hace que la mujer sea no-toda fálica. Pasamos entonces de Otro absoluto, del padre castrador estando él no castrado, a la inexistencia del Otro. Es un poco extremo ¿no podría haber otro que sin ser absoluto exista? Esta es la cuestión, eso es el Otro Real que es a su vez R.S.I.
Veamos como a partir de aquí se constituyen dos faltas que no debemos confundir y que ambas forman parte de la estructura, una falta se deriva de la entrada en función del padre, cuyo resultado es la castración del sujeto es decir que el sujeto se inscribe en el universo fálico y su escritura en la teoría es el O, phi mayúscula, falo simbólico. Lo que no hay que confundir con S(A) significante de la falta en el Otro, que remite a la inexistencia del Otro, es decir a lo real del Otro. Esta falta es real y se presenta como imposibilidad de nominación. Agreguemos, de todos modos que a lo Real no le falta nada y a las mujeres tampoco. Son tal vez cuestiones elementales. No es lo mismo una prohibición que una imposibilidad.
Llamar a la falta del Otro, castración, puede llevar a algunos a malos entendidos o confusiones teóricas. El sujeto requiere que el agente de la castración no este a su vez castrado, esa es la suposición neurótica.
Estas dos faltas están presentes, en el discurso del Otro, de la madre. El niño las advierte, de muchas maneras, no solo en la presencia-ausencia de la madre, ella puede estar bien presente y su presencia significar más aun la falta. "En la experiencia del niño, es algo que puede detectar radicalmente. Él, le dice a su madre, me dices eso, pero en realidad ¿qué quieres? Él, la intima a que ella responda sobre el objeto de su deseo", que ella a su vez ignora, aunque, en el buen caso el hijo venga a ocupar el lugar de objeto de ese deseo, hay en ella un más allá.
"Todos los ¿por qué? del niño no surgen de una avidez por la razón, más bien constituyen una puesta a prueba del adulto, un ¿por qué me dices eso? Resucitado siempre de lo más hondo ¿qué es el enigma del deseo del adulto?". El deseo tiene esta doble raíz no es solo la falta del significante, de que el significante está en el Otro, sino que además el Otro no dispone del significante que nombre su deseo y ese es el punto que revela la inexistencia del Otro, que es con la que se confronta el sujeto en el fin del análisis.
Es gracias a esta inexistencia que algo de invención le es posible al sujeto, inclusive le da lugar a su propia existencia.
Lacan va a hondar en este seminario, en esta interrogación mostrando como el sujeto puede llevar al límite su demanda al Otro, al límite de poner en juego, responder con la falta antecedente, con su propia desaparición, para situarse en el punto de la falta percibida en el Otro. "El primer objeto que propone a ese deseo parental, cuyo objeto no conoce, es su propia perdida. El niño se propone como objeto y en falta. ¿Puede perderme? El fantasma de su muerte, de su desaparición, es el primer objeto que el sujeto tiene para poner en juego en esta dialéctica y en efecto lo hace. La clínica nos lo muestra de las más variadas manifestaciones que van desde la anorexia mental al acto suicida, en estos casos, donde la respuesta fálica intenta agotar el deseo, este muestra su incolmable satisfacción de los modos más insólitos (la infinita producción de objetos en nuestra sociedad son también una muestra más de este real).
Esto señala: solo hay deseo en tanto hay falta, aunque lo contrario no se verifique, es decir, puede haber falta sin que se constituya un deseo. Para esto hace falta que exista uno, Padre.
Freud ha puesto de manifiesto que el neurótico tiene fantasmas perversos con estos fantasmas el sujeto intenta resolver aquello que la castración ha producido. Pero hay algo que en la operatoria lacaniana se denomina S(A), significante del Otro tachado, que quiere decir que el significante en su imposibilidad de dar cuenta de esta falta, lo que hace, es hacerla presente, presentificarla como insuficiencia de la palabra. Porque Lacan habla de significante (A) es un Nudo en esa época no podía no hablar de Ste. ¿el sin sentido es del significante o de lo Real?
El niño demanda ser nombrado y de alguna manera es nombrado por un significante del Nombre del Padre y este significante que opera la represión no alcanza a decir la falta, el niño, como el significante, viene a ser "uno en más" en relación a la falta real que habita a esa madre. Habíamos dicho que en tanto mujer no le falta nada. Ahora como madre tiene un hijo, uno en más, en relación a esa nada que la habita.
Es el intento simbólico y también real de suturar eso que se lee, desde el lugar del padre, como falta.
En el buen caso, la falta persiste, eso que hoy llamamos el defecto central y el sujeto encuentra el lugar donde constituirse. Es decir, que el niño, para que la falta persista no llega a realizar el proyecto materno no llega a realizar el proyecto materno, el ser nombrado para taponar esa falta, cuando la voz de la madre amoneda el decir del padre, el no, que nombra esta falla del Nombre de recubrir lo real, pero que alcanza para detener el proyecto materno, la boca de cocodrilo. Eso es el palo, el falo, que no sutura la boca del cocodrilo sino que la deja bien abierta para que no se devore a la tierna criatura.
Qué es lo que ocurre entonces, el Otro materno no puede nombrar su deseo, e inexiste el Otro paterno no solo dice no para no transformarse en un A absoluto, sino que además hace intervenir su "pere-versión", hace de la mujer objeto a causa de su deseo. Es decir aparece su castración. Algo acude, entonces, en sostén de ese sujeto, de ese niño, desfalleciente, en afánisis: El objeto a. De esta manera construye su fantasma en respuesta al enigma del deseo del Otro. Es el engaño que le permite sostenerse en relación a esa falta del Otro que se produce por efecto de la castración del Otro y del sujeto.
¿Cómo es que el fantasma siendo respuesta del sujeto en su constitución al deseo del Otro, deviene luego sostén del deseo de sujeto?
La constitución del fantasma implica que la falta no es colmable más que fantasmáticamente, este se constituye, primero, en relación al Otro real y es en un segundo movimiento que el sujeto apropia a través de su fantasma, así constituido, sostiene su deseo como deseo del Otro. Es en esta interrogación por el deseo materno y en el intento de obturar su falta que el niño constituye su fantasma fundamental. Aquel fantasma mediante el cual, si por un lado logra estabilizar su neurosis, a partir de allí, ese fantasma será la medida de su realidad, realidad fantasmática, también a partir de allí establecerá una relación al Otro que solo el fin del análisis alcanzará a remover.
Benjamín Domb.
Jornadas Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis. Convergencia, Movimiento Lacaniano por el Psicoanálisis Freudiano; 2000.