LO FALLIDO Y EL ACTO. J. Marcelo Esses.

Tiempo de lectura: 10 min.

En la lección 2 del Seminario del Acto Psicoanalítico Lacan realiza un contrapunto entre acto y acto fallido. Este trabajo intentará transitar un recorrido que partiendo del acto fallido vaya cerniendo lo fallido del acto.

El acto fallido en Freud forma parte de una serie de producciones del inconsciente, ellas portan en común un tiempo de falla de la represión, punto de ruptura por donde el saber del inconsciente realiza su puesta en acto en su decir deformado por su propia legalidad.

Sin embargo se podría precisar que mientras en el sueño se revela la propia estructura del inconsciente, acentuada como su vía regia, en el chiste su chispa se hace presente en la relevancia que cobra la sanción del Otro, para que cobre su status. Cabría destacar que en el acto fallido es posible ubicar en su dimensión de equívoco de la intencionalidad, una cierto rasgo de torpeza y error, donde junto a una vacilación de sentido, se presentifica lo fallido mismo como marca de la inadecuación, de lo inadecuado de este acto para el sujeto, delimitando un campo de sin sentido como su propio ombligo.

En la lección 4 Lacan dirá: "que nunca es tan bien logrado como cuando es un acto fallido". El discurso paradojalmente se torna logrado cuando el saber hace falla, vigencia del fallo legalizante de la castración sancionado sobre la unión sexual, fundante de lo interdicto de goce y lo entredicho de la verdad.

El acto psicoanalítico recortará ya no el equívoco y la generación de un efecto de sentido propio del acto fallido, sino la puesta en acto de la falla, marca de la inadecuación, de lo inconmensurable entre el goce y el significante. Contrapunto entre las producciones del inconsciente y la actualización del objeto a.

En el Seminario 20, Aún Lacan expresará: "...inscribí...el S, y el f que como significante es su soporte, lo cual se encarna igualmente en el S1, que, entre todos los significantes, es el significante del cual no hay significado, y en lo que toca al sentido, simboliza su fracaso."

El acto psicoanalítico es el que lleva el discurso de un analizante hasta los límites de su decir, allí donde inscribe el fracaso en lo que toca al sentido, punto fallido de la significación, encarnado en el f como significante asemático. Acto de soporte de la hiancia entre el saber y la verdad, entre el sujeto del enunciado y el de enunciación.

Luego en el mismo Seminario agregará: "Por otra parte, S(A), ¿qué es, si no la imposibilidad de decir todo lo verdadero...?

Recorrido de la experiencia analítica donde propicia poner el saber en el lugar de la verdad y lo real en el lugar del semblante.

Nassif dirá en la lección10: "El lenguaje en efecto, que reduce la polaridad sexual a un tener o no tener (la connotación fálica) hace matemáticamente fallo cuando se trata de articular esta negación que es, en definitiva, la que funciona en la castración."

Versión matemática del fallo presente en el objeto a , como número de oro, en tanto número irracional, quien tiene cifras decimales infinitas no periódicas. El número irracional escribe, como número algebraico inconmensurable, la función de desgarro propia de la estructura simbólica, agujero constitutivo inscribiéndose en los intervalos significantes y en la causa del movimiento deseante. Doble versión del sujeto tanto en lo que representa un significante para otro significante como en lo que remite a la falta bajo las especies del objeto a.

En la lección 9 Lacan expresará: "Acá, permanece, la apertura, si se puede decir hiante, como puede operarse, como podríamos llamarlo, ese salto mejor como lo hice en un texto de propuesta a explorar lo que resulta de ese salto que llamé más simplemente el pase."

Singular versión del acto psicoanalítico que ante el fallo matemático, hace tope a lo infinitesimal vía un salto al límite, atravesando la cobertura del fantasma alcanza y se dirige hacia un nuevo significante, que refunda y renueva al sujeto, operando en él un cambio de posición, cobrando la envergadura de un pase. Acto como acontecimiento subjetivo, instante de la emergencia del sujeto barrado, en su específica temporalidad de futuro anterior del habrá sido.

El acto analítico es el único lugar donde el sujeto está representado por su propia división, ubicando Lacan en Radiofonía a la barra como el borde real, dimensión de corte del sujeto y de pase al des-ser.

Otra versión de lo fallido que se articula al acto es la repetición en tanto reiteración de un fracaso, insistencia que remite a la búsqueda del objeto perdido, inaugurando una propagación en el intento de inscribir la marca primera, donde paradojalmente la inscripción escribe la imposibilidad de la inscripción, causando un constante contrapunto entre lo repitente y lo repetido, entre corte y sutura.

El acto aparece como la repetición en un solo rasgo, y donde el significante tiene la apariencia de significarse a si mismo.

Es por vía de la repetición que se transita el camino de lo escrito, que desde una lógica de la disyunción sustituye la del fantasma luego de su atravesamiento regida por la de una copula entre significante y objeto. Repetición como una nueva juntura entre igualdad y diferencia en los trayectos de lalengua, ensamble entre letra y goce.

El desfasaje marcado es tanto en la insistencia significante, como en la disyunción temporal entre satisfacción obtenida y repetición perseguida, entre la cara satisfactoria y la decepcionante del acto sexual. Escritura de la inadecuación entre los sexos y sus goces, como entre el sujeto y el Otro y lo disyunto entre S1 y S2.

Ya que mientras en el inconsciente hay relación sexual suturando la falta, vía sus producciones, en la repetición que propicia el acto psicoanalítico, se encuentra tallada de un permanente y escriturante corte.

En Respuesta a Marcel Ritter Lacan dirá: "La represión originaria se especifica por no poder ser dicha en ningún caso, por estar en la raíz del lenguaje."

El acto anuda una vuelta de la función de la palabra, con el status de letra, al campo del lenguaje, contorneando el traumatismo primordial, bordeando el agujero simbólico de la represión primaria como destino de un análisis. Escritura de la modificación de la estructura y del límite de la representación y el reconocimiento de un sujeto.

El fin de análisis establece una disyunción de -j Ú a, regida no por una negación complementaria de la gramática y la cópula, sino por una negación fundamental, puesta en juego en una doble negación, operación de pase hacia una primacía de la lógica en el intento de cernir un vacío. Doble negación como escritura tanto de la inconsistencia donde no hay universo de discurso como de la incompletud donde no hay todo de goce.

El acto propicia un reanudamiento entre letra y goce, y lo que resta y prosigue haciendo diferencia presente en la voz en desproporción al campo del lenguaje y la insatisfacción en inadecuación al campo del goce. Marcas de la no representación de la muerte y la sexualidad en el inconsciente.

Es a destacar que Freud en el capítulo X de la Psicopatología de la vida cotidiana, denominado Errores enumera los tres primeros; habiéndolos cometido en su libro fundacional La Interpretación de los sueños; quién había tomado Marburg por Marbach, Asdrúbal por Almílcar, y donde Zeus estaba en el lugar de Cronos.

Freud dirá en relación a este tercer error: "También afirmé por error que Zeus había castrado y arrojado del trono a su padre, Cronos. Por error retrasé ese crimen en una generación, pues, según la mitología griega, fue Cronos quien lo cometió en la persona de su padre, Urano."

Luego expresará: "Los tres casos citados se refieren al mismo tema fundamental, y los errores son resultantes de pensamientos reprimidos relacionados con mi difunto padre."

Sorpresa que no concluye allí ya que cuando Lacan los enumera en la lección 2 del Seminario sustituye el último citado diciendo: "y de no sé cuál Médicis que atribuyó a la historia de Venecia..". Fallido de Lacan que sustituye el cuarto ejemplo dado por Freud por el tercero donde hace referencia nada menos que a la muerte simbólica y mitológica del padre. Relación ineludible y punto de cita entre el acto y el nombre del padre. Cabe destacar que en el Seminario X se ubica el toque del shofar, como el acto recordatorio de que el padre efectivamente está muerto, y siendo desde la voz que se anuncia la dimensión performativa del acto.

Fin de análisis como punto de cita con el S(A), horizonte sin el Otro propio del acto psicoanalítico, siendo reabsorbido el SsS por la lógica, destitución que abre el encuentro con lo traumático de la castración del Otro y con un tránsito del nombre del padre al nombre propio.

El acto psicoanalítico; que desde una relectura y distancia con el recorrido filosófico del acto; desubstancializa, negativiza, corta, pone en referencia a una causa, promueve la transformación y el devenir deseante como salto de la potencia al acto renovador y creador de un sujeto.

J. Marcelo Esses.

Texto presentado en las VIII Jornada de Carteles, II Jornadas de Grupos de Investigación, "Veinte años de Carteles", Escuela Freudiana de Buenos Aires, 2005