Los sueños tienen la misma estructura que el síntoma. El sueño se sirve de los pensamientos oníricos y de dichos realmente pronunciados y pone a trabajar tales elementos al servicio de la figurabilidad del deseo inconsciente. El pensamiento inconsciente es desfigurado en el sueño por obra de la censura y la interpretación le devuelve la posibilidad de incluirlo en una articulación.
Lacán dice en Escritos refiriéndose al sueño de la zorra y las uvas "el hijo para quien las uvas son demasiado verdes por ser las de la decepción... revestirá su rostro con la máscara de la zorra."
Enstellung es deformar, desfigurar. La censura hace a lo desfigurado pero no meramente como disfraz. Este trabajo – inverso al de la interpretación – Freud lo nombró de elaboración onírica. Se trata de una elisión, de una sustracción, pero no de la verdad del sujeto, sino justamente es una desfiguración para que la verdad pase. Decimos entonces que gracias a la censura le está permitido al sujeto un despertar, aproximarse a la verdad de la manera en que le es posible, o sea veladamente.
Podemos establecer cierta relación entre el juego del niño y el soñar. Por un lado el juego es un trabajo de elaboración: el niño se sirve de pequeños objetos para simbolizar la falta de objeto. El jugar en el niño posibilita un despertar para confrontarse con la verdad del sujeto. Una verdad que no implica una consistencia yoica, sino una verdad en el sentido de ligar una experiencia vivida, esto es, repetir la experiencia pero con un cambio en la posición del sujeto. Se trata en el juego de un saber que toca lo real. En el juego algo pasa y es del orden de la satisfacción en el sentido de redistribución de goce. Hay ahí un acotamiento del goce del Otro a partir de un saber hacer que adviene en una ganancia de goce para el sujeto. La simbolización, la metaforización que hace que el juego sea posible, toma su relevo en el adulto en la posibilidad de soñar. Es por eso que los niños que juegan no nos relatan sueños y sólo contamos con relatos de pesadillas que es la producción que se les presenta con mayor frecuencia cuando son muy pequeños o cuando no pueden jugar.
En la historia del PSICOANÁLISIS los sueños surgieron en el interior de la cura cuando los pacientes asociaban libremente siguiendo la regla fundamental, pero no siempre nos encontramos con formaciones de lo inconsciente y el sueño es una de ellas.
Para ello nos tenemos que preguntar cuáles son las condiciones para que el sujeto pueda soñar. Para hacer estas reflexiones me voy a servir de un recorrido de viñetas clínicas del análisis de un joven para ubicar un tiempo en el que no podía soñar, otro tiempo en el que la imagen onírica no presentaba la deformación suficiente para preservar el reposo, y otro tiempo en el que empezó a soñar. Pero lo que más me interesa ubicar es que a partir de que empieza a poder soñar, o sea a partir de la figurabilidad del sueño empieza a interrogar su percepción de la realidad y a preguntarse si no alucina.
Me llama una señora para consultarme por su hijo de 21 años, le digo que venga ella y viene acompañada por el esposo. Para una segunda entrevista les propongo que lo inviten a M. Conozco así a un joven muy tímido, que desde pequeño a partir de un episodio de convulsión – un único episodio – fue iniciado en una carrera de psiquiatrización con tratamientos varios de estimulación temprana, psicopedagogía, psiquiatría complementada ahora a esta edad con tratamiento con un sexólogo. Estuvo en tratamiento con un psicólogo hace seis meses que lo interrumpió porque los padres dicen que no había cambios en él. Presenta múltiples fracasos en el ingreso a la universidad y en su encuentro con chicas. El joven confirma lo que los padres dicen y plantea que quiere un cambio de analista. Le propongo entrevistas y sugiero a los padres entrevistas con otro psicoanalista. Toman la sugerencia y continúan con un tratamiento de pareja. Por su parte M comienza conmigo tratamiento.
Durante el primer tiempo de tratamiento M habla permanentemente de las mujeres con las que tuvo algún contacto, de lo que pudo hacer, de lo que no pudo hacerse refiere a algunas oportunidades en que su tío lo llevó a un prostíbulo. Pareciera ser que en este tiempo se trataba de tener una mujer, de poder cogerla, "reventarla con su pito." El no poder llevarlo a cabo era su único problema, por eso iba a un sexólogo.
Pero se le presentaba en su recuerdo permanentemente las frustraciones que había tenido con las mujeres al abordarlas. Nunca había tenido erecciones, salvo en una oportunidad en que sí la tuvo (con una amiga, no en un prostíbulo) y salió huyendo porque la chica quiso tener relaciones sin preservativo, cuestión que él – y sus padres – interpretaron como que quería engancharlo con un hijo porque sabía de la posición económica de ellos. El se piensa como lo piensan sus padres. Así como hizo el colegio primario, luego el secundario (el padre fue a hablar con la directora y no están muy claros los medios por los que logró M. certificado del secundario) pareciera que al igual que los padres busca un conocimiento técnico pero no muestra interés en conocer o hablar con chicas, tampoco tiene ningún amigo porque dice que lo boludean y él es cobarde. Permanece encerrado en su casa.
Al poco tiempo de iniciado el análisis empieza a traer a las sesiones como consecuencia de una ruptura en sus rutinas estereotipadas, dificultad para ordenarse: no tiene ritmo en las comidas, tampoco en el sueño, permanece conectado a internet hasta altas horas de la noche y duerme de día. Tiene desorden en el comer y en el beber.
El padre en la primer entrevista había dicho que su hijo se manejaba con "la ley del mínimo esfuerzo" . Este papá cuyo trabajo se relaciona con el poder judicial, era un visitante en la casa y no intervenía más que en lo social. La entrevista conmigo tuvo el mismo sentido, la que sabía de M. era la madre.
M. refería sus problemas con el estudio a un diagnóstico de "disfunción cerebral mínimo". Se ubicaba prácticamente como discapacitado. Podríamos decir que él para sus padres y para él era "mínimo". Su sufrimiento es terrible porque se da cuenta que tiene muy buen físico, es alto, con muy buena conformación, se viste muy bien (la madre y la hermana le eligen la ropa) las chicas lo miran pero él no puede responder. Si le hablan se pone a hablar haciendo gala de una información intelectualoide que apabulla. En otro tiempo de su análisis dirá que habla solo. Cuando se emborracha puede conectarse más pero termina también caído de la escena.
En un momento de su análisis escucho que si bien permanece encerrado en su casa, no puede estar solo en su cuarto. Pasa muchas horas mirando televisión en compañía de su madre. Cuando lo interrogo al respecto me dice "y qué voy a hacer solo". Le digo que él tiene sentimiento de su existencia sólo si su madre lo mira. A partir de esta intervención me habla de sus trastornos en el sueño (encubiertos hasta el momento por su gusto por conectarse a internet). Dice que tiene insomnio, que sólo puede ir a la cama cuando está "muerto de sueño". Que en realidad le tiene miedo a los extraterrestres, y que por eso no puede dormir. Que él piensa que no existen pero en esos momentos dice, tengo el mismo miedo que cuando era chico. En otra sesión dice que procuró controlar cuando iba entrando en el sueño y en eso aparecieron los extraterrestres y él dijo "si existís vení y arrancame los ojos, si no venís es porque no existís". "O sea que como no vinieron, no existen y me dormí."
Voy a ubicar el antes y el después de este tiempo en su análisis. El antes está en relación a que no podía soñar. Ahora me pregunto: no podía soñar porque vivía en un sueño con los extraterrestres? O sea nunca despertaba?
Un día que tiene sesión a la mañana viene de muy mal humor, le pregunto si ha soñado y me dice que mientras dormía (no antes de dormirse) apareció una figura sin cara, sintió que venía con todo su pasado, se despertó indignado porque era alguien que le usurpaba su lugar. (Un doble?) No pudo descansar, era como si no hubiese dormido. Por esa época en que había comenzado a soñar, sus sueños como los sueños infantiles reproducían escenas de la vida diurna y se enojaba porque decía que no podía descansar porque era una continuidad muy displacentera. No obstante establece una diferencia con el tiempo anterior en que estaba siempre "enchufado" dice en un estado de excitabilidad permanente y que sólo podía dormir medicado.
Hasta ese momento nunca había hablado de su historia, sólo de su deseo de coger mujeres. Entiendo que en el momento en que le digo "que él sólo tiene sentido de su existencia cuando está bajo la mirada de la madre" me dirijo al lugar de fijación en que se encuentra retenido como objeto del goce del Otro. Esta intervención apunta a hendir ese lugar en que se encuentra identificado al Ideal como objeto a de un Otro no barrado, produciéndose entonces una hiancia
A pesar de su sentimiento de rechazo en el sueño por esa figura que porta todo su pasado, que lo horroriza porque no hay, por fallos en la función del Nombre del Padre censura que desfigure para poder ver y no tener que arrancarse los ojos, viene un tiempo de análisis en que empieza a ubicar otro jalonamiento temporal. Se ha constituído una hiancia que le permite ubicar otro tiempo que el actual. Dice: "No tengo raíces, cuando sos chico sabés quién sos. En la adolescencia no me bancaba el olor a leche..." Se refiere a que lo enloqueció la masturbación que se le transformó en compulsiva. Tuvo episodios de crisis de excitación psicomotora por lo que fue expulsado de dos colegios. Aparecen relatos de escenas incestuosas... El que dormía era su padre.
Luego viene un período en que se encuentra con un amigo del secundario que es gay, empieza a tener encuentros con personajes muy raros, va a fiestas del ambiente gay, tiene un encuentro con un travesti, y con un dolor infinito me dice que siempre tuvo pánico de ser homosexual como un primo que se fue a Europa para vivir su sexualidad. Pero, me dice, ahora estoy decidido a enterarme si soy o no soy homosexual. Va interrogando a través de experiencias qué siente en su cuerpo, si se le para o no se le para y con quien.
Me cuenta que tiene la fantasía del infierno, con el diablo y las torturas. Tiene también una fantasía del paraíso, si alguien hace algo que está mal se le cae un pedazo de pito. Si todo va bien puede ser inmortal. M. no ha contado con el paraíso de la prohibición. Está tratando de dejar la masturbación compulsiva y se empieza a excitarse con las mujeres
Me habla de sus padres que viven diciéndole que es un vago, claro ellos son tan exitosos dice. Yo le digo que nadie sabe cómo él sufre porque no es ningún vago. En ese momento en que reconozco su sufrimiento me dice: Cuando vengo para acá veo un montón de gente de (la ciudad en que él vive que está a 80 kilómetros de Capital). Me la paso saludando, no puede ser porque en los horarios que vengo la gente tiene que estar trabajando. Me parece que yo alucino. Dice: debe ser por eso que no me concentro para estudiar, no por la disfunción cerebral que nunca salió en ningún electroencefalograma. Lo que yo tengo es mucho más jodido, deben decir ahí viene el loco cuando me ven saludar. Vos te dabas cuenta que yo alucino?
Empieza a hablar de las diferentes imágenes, de las estrellas de rock que se disfrazan, él a diferencia de ellas dice es convencional "pero no vivo en la realidad". En ese momento produce un sueño.
Soñó con la líder de Bandana. Grupo de rock bien popular. Ella estaba en el camarín con él y le decía "dale boludo, porqué no me cogés, mirá que si no, me voy. Señala el escenario que da a una platea llena de gente. Mirá que me pagan 3000 dólares, pero yo me quiero quedar con vos." Se despertó en el momento en que se abría el telón y ella se iba. Se despertó con mal humor pero era un humor muy diferente al otro sueño en el que se condensaba todo lo que quería sepultar. Ahora él se despertó con la sensación de que valía mucho para ella.
Luego dice "cuando me encontré por primera vez con una chica yo tuve una alucinación, J. de la que tanto te hablé no existió. Fui a la casa de una amiga ví a una chica inglesa, yo pensé en solucionar mi problema pero no pensé en ella. Necesité crear un vínculo con una europea porque yo tengo sangre celta. (Inglaterra está en directa relación con un dato biográfico). Me parece importante cuando dice "no pensé en ella" y "yo necesité crear un vínculo con una europea" porque recién en este tiempo de análisis puede interrogar el percepto, lo que lo lleva a decir que hasta el momento él vivía colgado en sus pensamientos. A partir de la escena onírica, de la figuración del sueño interroga el percepto.
Es muy importante lo que Lacan trabajó en los últimos seminarios en que divide el simbólico, porque en el tiempo de la constitución subjetiva sí hay un predominio de lo simbólico, S1 significante amo. Pero a partir de que se instaura el significante de la falta en el Otro se constituye el agujero que posibilita el anudamiento de RSI: cada cuerda le pone tope a la otra, cuando las cosas van bien.
Hay una primera operación que debe darse para que el sujeto pueda percibir la realidad como exterior a él. Está en relación a la identificación primaria, a lo Real del Otro Real , que corresponde a la fase expulsiva del juicio de atribución que puede darse si del lado del Otro hay castración y que implica la identificación al lenguaje. Cuando Freud habla en el sueño de Traumgedenken nos muestra la relación del sujeto con lo real, ahí está el sujeto como sujeto a advenir alienado en el lenguaje como yo no pienso.
El sujeto que sostendrá el percipiens de la realidad constituída es el reverso de su propia desaparición .El sujeto se constituye como retorno de su elisión y en disyunción, "soy donde no pienso y pienso donde no soy" Reverso de su propia desaparición, el sujeto se constituye como retorno de su ser. Si todo va bien el inconsciente en su esencia poética y de Bedeutung viene al lugar de este "yo no pienso". Esto se produce cuando la pulsión de Vida se enlaza con lo imaginario y lo simbólico. Se da el recorte del a como lugar de goce ofrecido al Otro (operación de separación) anudado en el empalme R S I.
Acá el retorno es la lectura de la letra y podrá soñar. En cambio cuando falta la falta el significante funciona como letra mortífera, el significante se congela, produce enredos a predominio de lo imaginario como los fenómenos de borde. En este caso la separación del a no se produce y no se forma la hipótesis del inconsciente. . Se trata de un fenómeno que al retornar clama por su inscripción: lo no simbolizado retorna desde lo real.. . En ambos casos la posición del sujeto es diferente. Lacan en el Seminario de La Psicosis habla de los fenómenos de franja que son fenómenos elementales pero de un orden diferente a los clásicos de las psicosis. Mucho más alucinatorios que las alucinaciones ya que éstas hacen irrupción en el interior de la realidad, se imponen como percepción o por lo menos en las llamadas por la semiología psiquiátrica pseudoalucinaciones verbales- como palabras interiores. En cambio en estos fenómenos el significante se nos presenta "con una franja más o menos adecuada de fenómeno de discurso""en el borde del campo de la experiencia""
Al principio de esta comunicación clínica yo había ubicado tres momentos: un tiempo en el que no soñaba, otro en el que el sueño no le permitía el reposo, de inmediato despierta (o él o la figura del sueño) y otro tiempo donde lo figural en el sueño implica un disfraz que le permite un despertar. La censura, obra de la represión había empezado a operar. El pasaje del primero al segundo tiempo lo relaciono con un corrimiento en su posición subjetiva que le permite caer de ese lugar de ser objeto de la mirada del Otro, retenido como a del goce del Otro, ubicando en el Otro un lugar de falta, que implica el poder faltarle al Otro, pero sobre todo ubicar ese objeto "a" en el intervalo entre S1 y S2. Entiendo que se ha constituído la hiancia entre percepción y conciencia que da lugar al enigma propio de lo inconsciente.
Aurora Favre. Escuela Freudiana de Buenos Aires, Octubre de 2002