SEXUALIDAD Y ESCRITURA. Aurora Favre.

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Lacan en el Seminario Encore refirièndose a la funciòn de lo escrito, plantea que la letra es algo que se lee y dice no es lo mismo leer letra y leer. Me parece interesante esta distinción porque hay autores que desarrollan como problemas clínicos de la escritura por ejemplo el problema de la dislexia que podría atender un psicopedagogo, diferencia equivalente al trabajo que hace un analista con un niño que no habla por su posición en la estructura - por ejemplo en el autismo- y el trabajo que hace un fonoaudiólogo con un niño que tiene problemas en la función del lenguaje, pero esto nos lleva al problema de la interdisciplina que no es este el lugar para tomar. Me refiero que hay problemas atinentes a la función de la escritura que es necesario distinguir de la función del escrito.

Porqué decimos que la clínica lacaniana es la clínica del escrito? Si tomamos para reflexionar acerca de esta pregunta justamente las puntuaciones que Lacan hace en este Seminario (Encore) precisamente en el punto que nombra función del escrito, se desprende que ahí Lacan retoma lo que planteó acerca del discurso en el campo del análisis en Función y campo de la palabra, lo retoma y dice que con el escrito el discurso analítico se vuelve oficiante. En ese momento dice –a modo de explicitación quizás- refiriéndose a su seminario, “hay una enseñanza que me produce, en lugar de decir yo enseño” (me parece interesante distinguir el discurso analítico como oficiante, a diferencia de la religión católica donde es el sacerdote el que oficia la misa poniendo a los fieles por su intermedio en relación con Dios) Acá es el discurso analítico el oficiante.

O sea que el objeto a es causa de un saber que está en lugar de la verdad, verdad semidicha cuyo límite es el goce. Desde ahí se interpela al sujeto tachado (hiancia entre el deseo y el goce) cuyo resultado es la producción del significante (S1) que pueda resolver la relación con la verdad. Entonces, la verdad es semidicha y el límite es el goce (límite a un saber por la cuerda de lo simbólico) goce que se elabora mediante el semblante. Pero lo interesante es que en ese momento cita a Spinoza, cuando habla de la araña y del trabajo de texto que sale de su vientre. Evoco acá el cuadro de Van Gogh “ Campesinos comiendo patatas” en el que maravillosamente nos muestra un grupo de trabajadores de la papa cuyos rostros, cuyo cuerpo se ha transformado como una escultura, en papa, en el objeto que trabajan. Aquí tenemos la vertiente de la repetición de lo idéntico en lugar de la invención en donde por fallos en la función de la nominación lo que debiera ser producción de subjetividad deviene objetalidad.

También en Encore ubica que el escrito no es de la misma calaña que el significante en tanto el significante no se refiere a nada que no sea un discurso o sea la utilización del lenguaje como vínculo. Vínculo entre los que hablan, los que son vivientes (introducir la dimensión de la vida es introducir la dimensión de la muerte).

El significante y el significado no sólo la lingüística lo ha distinguido. El significado no tiene que ver con los oídos sino con lo que se escucha del significante. El significado es efecto de discurso que funciona como vínculo. El significado es la letra que es efecto de discurso. Por eso decimos que la clínica lacaniana es la clínica del escrito en tanto de lo que se trata no es un saber significante sino un saber orientado a que el goce pueda elaborar en el sentido de hacer obra, hacer producción, producción cuyo efecto es ganancia sujeto.

Qué relación hay entre el escrito y la sexualidad? Habla de la reproducción en este Seminario dice que es la función a partir de la cual se define la vida pero a su vez que la reproducción entraña vida y muerte en tanto que sexuada (para el animal esto no es así) Por eso en el parletre el infans es el verdadero objeto a, y la mujer entra en la economía del deseo y del goce como madre. El hombre es aquél que hace de su mujer la causa de su deseo. Hombre, mujer, niño: se trata de significantes.

Con el discurso analítico hemos dado un salto respecto del discurso filosófico. Cada realidad se funda con un discurso. El ser se produce en la corriente del discurso amo. El discurso analítico introduce el joder, el coger, el sexo.

Lacan dice en este Seminario que la relación sexual jamás se podrá escribir con un verdadero escrito y que a “eso” se refiere cuando dice que no hay relación sexual, pero a su vez es la condición de que el lenguaje se articule con el discurso.

Me voy a servir de una viñeta clínica para ubicar aquello que Lacan dice en el Seminario del Acto que todo acto es esencialmente significante y lo voy a articular con lo que plantea en el Seminario Encore el significante no se refiere a nada que no sea un discurso o sea la utilización del lenguaje como vínculo.

Un niño de seis años en el primer tiempo de su análisis tenía un comportamiento muy ligado a la motilidad, no permanecía en ningún lugar, se movía en el consultorio constantemente, tomaba los coches que le ofrecía y los chocaba con fuerza contra las paredes, tendía pegar cuando desde mi posición de analista intentaba acotar esos choques. A partir de una intervención donde le digo que cuando se despega de la madre él parece un auto que se choca contra las paredes, contesta “con mi papá también”.

Efectivamente, es un niño hijo único cuya pareja de padres parecen vivir sólo para él. (esto significa que en la anterioridad significante que debe darse para que el niño pueda escribir una letra, el niño ocupa el lugar del a para la madre, pero ésta para el padre no es la causa de su deseo). O sea ambos son una madre solícita para el niño o ambos son un padre que lo ordena, hay una duplicación en las funciones pero no la estructura que surge cuando las funciones parentales no se superponen. Lo interesante es que a partir de esta intervención su comportamiento deja de ser predominantemente de acción, deja de pegar o de amagar con pegar, toma hojas que estaban para ser utilizadas en una mesita y empieza a utilizar compulsivamente la goma de pegar, pega todo cuanto encuentra.

Como analista por un lado nombro lo que el niño hace con su cuerpo que es pegar, digo que pega y por otro lado se lo ligo con su posición respecto de la madre (es en transferencia, porque me pega a mí, yo hago de soporte de ese pegar pero hay un transporte hacia su lugar en relación a la madre) él responde a esto diciendo “con mi papá también”. O sea ese pegar es significante para alguien.

Se produce una redistribución de goce, hay un acotamiento del goce del Otro –donde él estaba alienado en el pegar en el sentido de dar golpes, en una gramática pulsional como puro drang, y hay una basculación a goce fálico al quedar acotado por la significación fálica.

En la dirección de la cura –a partir del deseo del analista en transferencia- deja de ser un niño que pega para ser un niño apegado, pero esto que se dice produce una escritura que tiene relación con lo que se muestra (en el sentido de la mostración) cuando empieza a pegar figuras –ya no compulsivamente a pegar todo lo que encuentra- con la goma de pegar. Se trata de un semblante que implica una elaboración de goce.

No es el caso desarrollarlo en esta oportunidad pero en las figuras que pega va haciendo una lectura que a su vez escribe en un nuevo modo de escrituración de la falta, en una mengua de goce mortífero cada vez. Este niño me pide llevarse a la casa los elementos con los que trabaja en la sesión. Le digo que tiene que pedirle a los padres esos elementos para entretenerse. Me dice que su papá llega muy tarde y que la mamá se olvida y que lo único que tiene para entretenerse es la televisión. Lo invito a que se dirija al otro en su demanda. O sea que dirija su mirada a los padres.

A continuación en la entrevista de padres me dice la madre que el niño le dice “quisiera tener una cámara para filmar, para saber adónde estás, para saber adónde vas, para saber qué hacés” Hay un corrimiento en el circuito pulsional: deja de estar pegado al televisor donde tiene una posición de ser mirado, posición de “yo no pienso” cuya única respuesta es con un desorden pulsional (compulsividad pulsional, repetición de lo idéntico de las cifras de goce) en tanto en ese tiempo no se articulaba esta gramática pulsional con el significante de la falta en el Otro, y por tanto el niño no podía en ese tiempo hacer algo con eso.

La estructura de la frase un niño es pegado se muestra, no hay ningún sujeto que pueda dar cuenta. Igualmente en el otro polo, el de la motilidad no hay ningún sujeto que pueda dar cuenta. Para Lacan a diferencia de Freud el ello no es je, es un “yo no pienso”, cifra de goce que no es je, no es una enunciación inconsciente (desciframiento) En el Seminario de la Lógica del fantasma habla de lo inconsciente como un “yo no pienso” en tanto muerde en un “yo no soy”. Para que èsto se produzca (que es producción de hiancia, de un saber no sabido, una normalización de goce y la constitución de un sujeto parlante) es necesaria la función de la negación que justamente en Encore dice Lacan que es en ese lugar , que lo nombra lugar de la barra entre significante y significado donde tenemos la chance de escribir con lo que viene del significante.

Decíamos que el significado no tiene que ver con los oídos sino con lo que se escucha del significante. Entre el significante y el significado tenemos la barra. Que es en ese punto donde en todo uso del lenguaje existe la oportunidad de que se produzca lo escrito.

Acá el niño está en el punto de interrogar lo que viene del Otro, que ya implica un “no ser ahí” o sea la función de la negación. Este punto que en la Lógica del fantasma Lacan nombra de caída del objeto y que en el caso del infans el infans es el que cae de la posición de objeto, en este Seminario (Encore) este punto es el tiempo donde podemos situar –como decíamos – la oportunidad de escribir algo nuevo con lo que viene del significante.

El niño responde al significante que viene del Otro a partir de la función de la negación que es el lugar del escrito. Pero decíamos que el significante no se refiere a nada que no sea la utilización del lenguaje como vínculo entre las personas que hablan, entre los vivientes. Pero esto –que es el significado, es letra como efecto de discurso- no tiene que ver con los oídos sino con una escucha que es deseo, de que? No de un saber significante sino de un saber orientado a que el goce pueda elaborar en el sentido de hacer obra, hacer producción, producción cuyo efecto es ganancia sujeto.

Aurora Favre. Jornadas de Escuela “Cuerpo, Síntoma, Goces”, Escuela Freudiana de Buenos Aires, 6, 7 y 8 de Octubre de 2006.