De la inhibición a la realización del ser. Silvia Pipkin.

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Un golpe de tu dedo sobre el tambor descarga todos los sentidos y comienza una nueva armonía. Un paso tuyo es el alzamiento de nuevos hombres y la hora en marcha. Tu cabeza se aparta, el nuevo amor. Tu cabeza se da vuelta, el nuevo amor. Por una razón / Rimbaud

El psicoanálisis no es un psicoanálisis del Yo si no del ser, falta en ser, ser atravesado por la falta o como se dice en la jerga lacaniana manque -a- être.

Todo acto analítico y dirección de la cura apunta al corte con el objeto de goce. Acto que con lleva dos movimientos.

1) A : Rehusamiento a sostener al Otro, operación donde el Otro mostrará

a su incompletud.

2) A : -j : Castración del Otro.

a

Por esto al final de la travesía, al inicio Lacan pone al Otro, donde irremediablemente el sujeto se constituye en la alienación, el sujeto al estar eclipsado bajo el sentido del Otro, se pierde como ser. Sujeto por venir.

En la separación, el que pierde es el Otro, es el Otro que pierde el sentido, un sin sentido para el Otro, pero pleno de sentido para el sujeto.Manque -a- être

Lacan va a la filosofía de su época y la interroga, va a Descartes, que en su lógica Cartesiana, afirma: si pienso soy afirmación del ser en el pensar.

Lacan rompe con esta lógica y afirma que la estructura del sujeto y la dirección de la cura, apunta a un no pienso y no soy.

soy donde no pienso, pienso donde no soy

Liberación del soy, lugar donde soy pensado por el Otro.

Tiempo esencial del inconciente, separación del campo del Otro como sentido pero pleno de sentido para el sujeto, que produce un efecto inesperado.

Del yo no pienso al yo no soy ¿Que ventaja tiene el dejar de ser?

Siguiendo a Lacan, decimos que la castración, no se juega en el tener

sino en el ser. Dejar de ser, lo que el Otro me proponía.

No ser más ese objeto de goce para el Otro, dejar de ser la luz de sus ojos o el dulce Hamlet, que era para su madre.

Corte con el goce parasitario, que retiene al sujeto en posición de objeto y que le impide avanzar en su deseo.

El neurótico, rebaja su deseo a la demanda del Otro, produciendo, lo que vemos en la clínica como cuadros de inhibición, al confundir su deseo, a la demanda que le viene del Otro.

El analista debe estar atento a registrar en el enunciado, las marcas de la enunciación, sujeto del inconciente, en tanto lugar donde se articula el deseo.

Wo es war soll ech werden.

Allí donde el ello era, que el sujeto del inconciente advenga.

Allí donde la demanda inconciente del Otro comanda, que la ley del deseo advenga.

Gramática de la pulsión que se opone a la lógica del fantasma.

En la primera, la demanda inconciente que viene del Otro, es una fuerza que lleva al apremio pulsional $<>D en tanto, en la lógica del fantasma, con su lógica de incompletud, articula el deseo, en tanto implica un significante que representa al sujeto y un objeto causa del deseo. $ <> a

Que la pulsión tenga su objeto de satisfacción, pero no fijado a un goce parasitario, que pueda bascular entre lo real de la pulsión y el reparto de nuevos goces.

El fantasma, cuando no está degradado a la demanda del Otro, sostiene el deseo, de lo contrario reproduce la estructura de la demanda pulsional, tapona la falta.

Lacan dice: el campo es freudiano, el inconciente es lacaniano.

Distinción que hace, entre el ello y el inconciente.

Si bien el ello, es topológicamente inconciente, igual que el super- yo y el yo, el ello no se iguala a una estructura inconciente que funciona con lógica de incompletud, el inconciente como lugar del deseo.

Diferentes conceptualizaciones del retorno de lo reprimido en Freud y Lacan, para Freud, el retorno de lo reprimido, es siempre, infantil sexual incestuoso, para Lacan el retorno de lo reprimido, es el tiempo de desalienación, por lo tanto, el trazo que representa al sujeto, separación del Otro, producción del inconciente.

Para Lacan, el deseo del analista, no es un deseo puro, los análisis que conducimos, apuntan a que el sujeto pueda simbolizar su muerte y que pueda encontrar su sentido, paso de sentido, para poder advenir como sujeto.

Silvia Pipkin