EL INCONCIENTE ¿SABE A QUÉ? Gustavo Szereszewski.

Tiempo de Lectura: 12 min.

(*) Jornadas EFBA "Actualidad en la interpretación de los sueños", 11,12 y 13 de octubre de 2002.

Para Freud, la esencia del sueño es la realización disfrazada de un deseo reprimido.

Lacan, plantea que de lo que se trata en el sueño es de la suspensión de un goce.

Si la clínica psicoanalítica es una clínica de los goces, en tanto no se propone como una mántica, ¿para qué puede servir la interpretación de los sueños en un análisis, en tanto el sueño es, al decir de Lacan "la suspensión de la relación del cuerpo con el goce"?. (1)

Freud en sus primeros escarceos teóricos, parece intentar obtener el concepto de inconciente tal como su formación médica se lo permitía: desde la observación del fenómeno, es decir, desde la posición de hipnotizador.

Pero al comenzar con el análisis de sus propios sueños, el sujeto Freud, sufre una metamorfosis.

Es él el que comienza a ser el hipnotizado y lo que encuentra es un saber que lo interroga.

En la travesía de su pregunta, se encuentra con que hay algo que "sabe" más allá de su aprehensión; y lo que descubre, no es el conocimiento acabado sobre el inconciente como objeto, sino el funcionamiento de un saber.

Así descubierto, el inconciente escapa como objeto de conocimiento y plantea un límite al saber.

Planteado este límite, los analistas posfreudianos pretendieron avanzar como si Freud no lo hubiera hecho por impotencia.

Lacan indaga las razones del límite así planteado, para extraer de allí la lógica que ciñe este punto imposible delimitado por Freud.

Pero ¿qué clase de saber es el saber inconciente así descubierto?

¿Es del orden de una memoria?

¿Es algo que estaba en estado latente, a la espera de ser descifrado?

Siguiendo la huella freudiana, el inconciente tal como Lacan lo "traduce" de Freud, del "Unbewusste" pasando por el "Unbegriff" (2) al "Une Bevue" (3), implica una legalidad propia de lalangue, es decir, propia e intraducible de cada lengua, y que ubica al concepto de inconciente definitivamente en otro registro.

Es así que Freud interrogando al inconciente, parte de un método novedoso: "exhorta" al paciente "a que dirija su atención a la idea respectiva, mas no, como él tantas veces lo ha hecho, para reflexionar (o comprender algo) (4) sobre ella, sino para poner en claro todo cuanto se le ocurre(...)" (5)

La reflexión que es necesario reducir, en tanto "reflejo" especular del pensamiento, implica la suspensión del goce del sentido, que lanza "otra vía".

Con un afán ante el que no cede, Freud busca "entramar" y "anudar" pensamientos inconexos con una lógica que va articulando en su andar mismo.

Este es el inconciente que se funda "en" Freud, a través de las vías reveladas por su método.

Descubrimiento de un saber-hacer que no tiene más contenido que la trama misma en la que se constituye.

Para articular cómo se produce un saber que no existe "antes" de su lectura, me voy a servir del desarrollo que Lacan despliega en su seminario sobre "La carta robada".

Allí parte de la idea de un conjunto de elementos obtenidos a partir del lanzamiento de una moneda (6).

Una moneda lanzada al azar, cae como "cara" o "ceca", y esto se puede traducir a una serie de + y -, en el par de opuestos presencia-ausencia, tal como sucede con la oposición fonemática en el lenguaje.

Por otro lado, toma las leyes de Markov que agrupa los elementos "cara" y
"ceca", en grupos de a tres elementos.

Es decir, que exhortados por esta ley, dirigimos nuestra atención a la cadena y "descomponemos" la serie obtenida en "elementos" y los agrupamos separadamente en "fragmentos".

Así tenemos un primer conjunto que reúne tanto a tres cruces juntas como a tres menos juntos en lo que se llama la "simetría de la constancia", un segundo conjunto que llama de la "disimetría" que agrupa las series de tres que tienen dos elementos iguales y uno diferente reunidos asimétricamente, y un tercer conjunto llamado de la "alternancia", donde dos elementos se oponen al tercero pero en una distribución simétrica.

Obtiene, a partir de las leyes de Markov, tres conjuntos, a los que numera 1,2 y 3.

Partiendo entonces de la serie obtenida al azar, Lacan "lee" la primera serie aplicando las leyes de Markov.

Subrayemos que es preciso un acto de escritura para obtener una segunda serie compuesta de los números "uno", "dos" y "tres", paralela a la primera.

Aparentemente, en esta "traducción" de una serie a la otra, se conserva cierto ordenamiento paralelo; y entonces podemos suponer que si la primera serie fue obtenida al azar, esta segunda serie reflejaría el azar de la primera.

Pero esto no es así. El "descubrimiento" al que asistimos cuando estudiamos con detenimiento la segunda serie, es que ésta revela una "determinación", que la hace calculable. (7) (8)

Por ejemplo: si luego de un 1, se produce una serie de 2, esta serie de 2 se cierra con un número 1 si es una serie par , y con un 3 si es una serie impar.

Así lo dice Lacan: "En la serie de los símbolos (1), (2), (3) por ejemplo, se puede comprobar que mientras dure una sucesión uniforme de (2) que empezó después de un (1), la serie se acordará del rango par o impar de cada uno de esos (2), puesto que de ese rango depende que esa secuencia solo pueda romperse por un (1) después de un número par de (2) , o por un (3) después de un número impar. (9).

¿Pero cómo podría suceder que la serie de + y -, "sepa" que luego de una serie de 2 viene un 1 o un 3?. Tomando la primera escansión que tomamos en nuestro ejemplo, donde hay un 1 seguido de cuatro 2 ¿Cómo entender que el "+" que precede al 1 que cierra la serie (10), "sepa" que luego le sigue un "+"?

Subrayemos esta indicación de Lacan que nos dice que la serie -se refiere a la segunda-, parece "acordarse" de lo que prosigue.

De allí, la segunda serie "sabe" de la lógica de la sucesión, independientemente del azar de la primera.

Efecto del significante que ordena el azar determinándolo, e imprimiéndole una lógica, en la que queda atrapado el sujeto como efecto de discurso estructurado como un lenguaje.

El pretendido saber está en la ley misma que determina la serie.

Vemos más bien que es la ley como punto de partida la que hace aparecer un saber que no estaba antes.

¿Qué quiere decir todo esto? ¿Cual es su relación con el inconciente freudiano?.

Podemos suponer, una analogía entre las 2 series obtenidas de esta manera, con las dos series obtenidas cuando se analiza un sueño.

De manera que, si por un lado tenemos el relato del sueño (producto del trabajo del sueño), -que surge de una seriación de elementos "sin-sentido"- , por el otro, a partir del trabajo del soñante en la asociando libre, obtenemos una segunda serie que "lee" la primera (11).

Dos cadenas así formadas, desprendiéndose una de la otra, hace aparecer en la segunda, no solo una "lectura" de la primera, sino la revelación de fragmentos nuevos que surgen de la agrupación de elementos que entran entre sí en una relación tal que pueden aislarse como recortados del resto.

Este es el mecanismo de la interpretación del sueño: el recorte de un fragmento de la serie, fragmento que revela autonomía del resto, y que obedece a una ley (12) que se funda en el propio decir.

Este "aparato" formado por dos series en el que la segunda "lee" a la primera, no necesita de ningún sujeto para que funcione.

Podemos decir que funciona sola, como un molinete (13), en una lógica que le es propia (14).

He aquí, entonces, la sujeción del sujeto a la ley del significante que lo determina, y de la que es efecto; al decir de Lacan, un sujeto "absolutamente calculable". (15)

Alienación a la que el ser está "en-condenado" por ser "ser-de-lenguaje".

En este sentido entiendo lo que Lacan afirma cuando dice que de lo que se trata en Freud es de "un saber que no comporta el menor conocimiento, en cuanto que está inscrito en un discurso del cual, a la manera del esclavo-mensajero del uso antiguo, el sujeto que lleva bajo su cabellera su codicilo (16) que lo condena a muerte no sabe ni su sentido ni su texto (...)" (17)

Pero surge aquí una pregunta: Si el sujeto está condenado a sólo verse surgir en el campo del Otro como significante, implicando esto su desaparición...¿cuál es la chance que le da un psicoanálisis?

¿Hay acaso algo nuevo que aporte el recorrido por un análisis?

Para responder a esta pregunta, tendremos que dar un pequeño rodeo.

Voy a referirme ahora al artículo de Freud llamado "Sobre el sueño", en donde Freud relata un sueño propio, a continuación del cual escribe: "El reflexionar sobre este sueño no lo acerca a mi comprensión. Pero ahora anotaré (operación de escritura) sin propósito deliberado y sin crítica las ocurrencias que la observación de mi mismo me brinden. De inmediato caigo en la cuenta de que para ello es conveniente descomponer al sueño en sus elementos y pesquisar para cada uno de estos fragmentos las ocurrencias que se les anuden."

"Siguiendo las asociaciones que se anudaron a los elementos singulares del sueño, desprendidos de su trama, he llegado a una serie de pensamientos y de recuerdos (...)"

Los pensamientos mismos se compaginan "(...) en cadenas de conexión lógica en las que ciertas representaciones aparecen repetidas veces como centrales."

Y en este punto, respecto de estas representaciones centrales agrega: "yo podría estirar más los hilos y mostrar entonces que ellos convergen a un único punto nodal; pero miramientos de naturaleza no científica, sino privada, me impiden exhibir en público este trabajo. Tendría que dejar traslucir demasiadas cosas que mejor me guardo en secreto (...)"

¿Podemos elucubrar en este punto que lo que Freud censura –está en su derecho hacerlo- es algo de orden fantasmático que concierne a un goce?

Es en este punto que recuperamos la pregunta con la que empezamos nuestra interrogación: Si la clínica psicoanalítica es una clínica de los goces, ¿para qué puede servir la interpretación de los sueños en un análisis?.

Cuando Freud llega a ese punto en el análisis de su sueño, en que tiene que interrumpir su comunicación no por miramientos científicos sino "personales"; se pregunta (18) si no habrá elegido justamente uno que, si era analizado, revelaría alguna intimidad referente a su goce.

"Ahora bien, –se responde Freud- ¿por qué no escogí de preferencia otro sueño cuyo análisis se prestase mejor a ser comunicado, (...)? He aquí la respuesta: porque todo sueño del que quisiera ocuparme me llevaría a esas mismas cosas (...)" (19)

¿Podemos conjeturar que "esas mismas cosas", esas "representaciones centrales" serían escenas fantasmáticas, es decir secuencias significantes, que se repiten?. Dicho de otro modo, que tras un número par de 2 viene un 1 y que tras una serie impar de 2 viene un 3?

Si estas series forman un tejido, una trama; éstas, hacia el centro de la trama forman un tejido mas denso, y finalmente convergen en un punto: ¿Podremos suponer aquí al objeto al que el sujeto está fijado en su fantasma? (20).

Según lo expuesto, podemos sostener que recorriendo la serie de significantes en el decir de un sujeto en análisis, se puede ir deduciendo otra serie que se repite una y otra vez. Situaciones con diferentes personajes pero que parecen "calcadas" unas de otras teniendo como eje central al sujeto y éste a un objeto al que está fijado y alrededor del cual da vueltas. (21)

Al decir de Lacan, la serie obtenida "recuerda", es decir "anuncia" por su estructura, lo que "sigue" en la serie. Efecto de anticipación que produce un sujeto al que decimos "advertido".

La lectura que se va haciendo en la experiencia del inconciente, es la de la alienación a los significantes del Otro.

En este punto, la diferencia, lo "nuevo", es ver aparecer allí a un sujeto que pueda ser lector de su propia posición (22); en el sentido de que no hay otra separación que la lectura de la alienación (23) en la que está determinado (24).

Es así que Lacan plantea el pretendido azar con que el sujeto se defiende de los aconteceres de su vida. Resultando que el pretendido azar, revela una compulsión de repetición, como un "(...) "echar la suerte". Ese zwang (25) nosdirigiría entonces hacia la carta obligada -si hay una sola carta en el juego, no puedo sacar otra." (26)

"Cuando el sujeto cuenta su historia, actúa, latente, lo que rige esa sintaxis y la hace (27) cada vez mas ceñida." (28)

La insistencia de la repetición, y su lectura centrada en la relación del $ con el % , revelan la matriz que regula el "destino" del sujeto.

En este sentido la lectura de lo repetido revela, en su insistencia, la "especialidad" del inconciente.

Como quien dice "la especialidad de la casa", el aparato significante de cada sujeto, regulado por su fantasma, se "especializa" en escribir el menú de un solo plato.

Lo nuevo que aporta un análisis, es re-conocer "la especialidad de la casa", es decir, que tras una serie par de 2 viene un 1 y que tras una serie impar de 2 viene un 3.

De ahí el título que se podría formular así: Tu inconciente..¿a qué sabe?

Gustavo Szereszewski.

NOTAS

(1) "La esencia del sueño es justamente la suspensión de la relación del cuerpo con el goce." Lacan J. Ou Pire. Seminario XIX. Clase XII. 21/6/72

(2) Begriff en alemán es concepto. Unbegriff es decir el no-concepto. Lacan con Unbegriff quiere decir no el concepto que no hay sino el concepto de la falta. Cf. El Sem XI

(3) Una equivocación

(4) Este agregado es nuestro

(5) Freud, S. "Sobre el sueño" (1901). Amorrortu Editores. Tomo V. P. 620

(...) (se) gana entonces un material psíquico que pronto se anuda nítidamente a la idea patológica adoptada por tema, (...) y (...) permite sustituir la idea enfermiza por una nueva que se inserta de una manera comprensible dentro de la trama anímica". Freud, S. "Sobre el sueño" (1901). Amorrortu Editores.Tomo V. P. 621

(6) 1) Tiradas de moneda al azar

+ + + - - + + + - + + + + - - + - +

2) Leyes de Markov

+ + + + + - + - +

- - - + - - - + -

- - +

- + +

1 2 3

3) Aplicación de las leyes de Markov

+ + + - - + + + - + + + + - - + - +

1 2 2 2 2 1 2 3 2 1 1 2 2 2 3 3

4) Lectura de la determinación en la serie

+ + + - - + + + - + + + + - - + - +

1 2 2 2 2 1 2 3 2 1 1 2 2 2 3 3

serie par serie impar

cierra con 1 cierra con 3

(7) "Basta en efecto simbolizar en la diacronía de una serie tal los grupos de tres que se concluyen a cada tirada definiéndolos sincrónicamente (...) para que aparezcan, en la nueva serie constituida por estas notaciones, posibilidades e imposibilidades de sucesión que la red siguiente resume (...) "Lacan J. El seminario sobre "La carta robada". Escritos I EdSiglo XXI editores. P. 40/41

(8) En este sentido, pensé que la primera serie se puede pensar como el "significado", en tanto no tenemos acceso a él sino a través del significante en su conexión con otros significantes; en nuestro caso, la segunda serie.

Las dos series se comportarían como el algoritmo Saussuriano donde el significado está por encima de la barra y el significante por debajo. El inconciente, es el sistema de leyes que hacen que sólo se pueda leer la primera a partir de la segunda.

Luego de pensar esto me encontré con algo similar que planteó M. Safouan: "(...) darles la definición que yo doy del inconciente. Diré que el inconciente es esa parte de la memoria de las representaciones de cosas, los significados, en el sentido en que el significado figura en el esquema que ustedes conocen de Saussure, por arriba de la barra: las representaciones de cosas, por ejemplo. Para referirme a una observación célebre, el árbol de Navidad, el caballo al que al chiquito le hubiera gustado golpear, el sombrero que se vuela, las alas de la mariposa, Grusha que está agachada, la vespe, que se convierte en s p, y etc. Se trata de la operación según la cual el inconciente es el lugar donde esas representaciones de cosas están reinscriptas como significantes que se comprometen entre sí, y comprometen con ellos al sujeto (...) cada objeto como una unidad portadora de calidades visibles o invisibles, y un sistema inconciente donde sus representaciones son más bien representantes de representaciones, es decir la 2da inscripción, que no son simplemente los engramas, funcionan como significantes de los cuales se determina la realidad del sujeto."

Safouan M. El Acto Analítico. Conferencias en la EFBA en 1995. Ed. Homo Sapiens. P. 20/21

(9) Lacan J. El seminario sobre "La carta robada". Escritos 1. EdSiglo XXI editores. P. 42

(10) Nos referimos al "+" que se encuentra sobre el último 2 antes del 1 del cierre

(11) "Esta posición de la autonomía de lo simbólico es la única que permite liberar de sus equívocos a la teoría y a la práctica de la asociación libre en psicoanálisis. Pues es muy otra cosa referir sus resortes a la determinación simbólica y a sus leyes que a los presupuestos escolásticos de una inercia imaginaria (...) "Lacan J. El seminario sobre "La carta robada". Escritos 1. EdSiglo XXI editores. P. 45

(12) Así desde la primera composición consigo mismo del símbolo primordial (...) una estructura, aun permaneciendo todavía totalmente transparente a sus datos, hace aparecer el nexo esencial de la memoria con la ley. Lacan J Lacan J. El seminario sobre "La carta robada". Escritos 1. EdSiglo XXI editores. P. 42.

(13) Cf, el seminario "Lógica del Fantasma".

(14) Aquí es donde se revela que el sujeto no estaba "antes" comandando la cadena, sino que es la "resultante" de una operatoria, de la que el sujeto es efecto.

(15) El hombre literalmente consagra su tiempo a desplegar la alternativa estructural en que la presencia y la ausencia toman una de la otra su llamado. Es en el momento de su conjunción esencial, y por decirlo así en el punto cero del deseo, donde el objeto humano cae bajo el efecto de la captura, que, anulando su propiedad natural, lo somete desde ese momento a las condiciones del símbolo. Lacan J. El Seminario sobre "La Carta Robada". Escritos I. S. XXI Editores. P. 40

(16) De Códex, documento.

(17) Lacan J. Subversión del sujeto y Dialéctica del deseo en el inconciente freudiano. Escritos 2. Ed. S. XXI . P. 783

(18) Es una suposición nuestra.

(19) Freud, S. "Sobre el sueño" (1901). Amorrortu Editores.Tomo V. P. 623/4

(20) Objeto que es lo que queda "por fuera" de lo calculable del sujeto, pero que no por quedar por fuera le es menos esencial.

(21) José Zuberman propuso distinguir los concepto de "letra portada" y "letra leída". En este sentido, la segunda serie, "letra portada", "comanda" a la manera del codicilo tatuado en el cuero cabelludo del esclavo, mientras que, para que devenga "letra leída", habrá que hacer intervenir al Otro. El analista interviene con su lectura desde ese lugar para que el sujeto advierta los significantes identificatorios que comandan su goce.

(22) En este sentido, tomo la diferencia que hace José Zúberman entre "posición analizante" y "discurso analizante".

El discurso analizante es un discurso que, en tanto analista, subtiende su posición, sin la cual no habría analista; en el sentido en que no hay ningún sujeto que pueda agenciar el discurso analítico sin habitar simultáneamente la posibilidad de girar al discurso analizante.

En cambio sí se puede plantear una "posición" que no sea analizante al mismo tiempo que se podría sostener, y sin contradicción, el discurso analizante.

(23) Lo demás, sabemos, es por añadidura.

(24) "Todo lo que en la repetición se varía, se modula, no es mas que alienación de su sentido"

S.XI. El inconciente y la repetición. 12/2/64 Ed. Paidós. P.69

(25) Compulsión

(26) Lacan J. S.XI. La esquizia del ojo y la mirada. 26/2/64. Ed. Paidós. P. 75

(27) si se la lee, agregamos nosotros.

(28) Lacan J. S.XI. La esquizia del ojo y la mirada. 26/2/64. Ed. Paidós. P. 76

(29) Lacan se pregunta: "¿Qué sucede cuando el sujeto empieza a hablar al analista?"(...) " el sujeto sabe bien que, cualesquiera que sean sus apetitos, cualesquiera que sean sus necesidades, ninguno encontrará ahí satisfacción, a no ser todo lo mas, organizar su menú."

Aquí Lacan introduce una complicación y es que el menú -que surge de los significantes de la demanda del sujeto- está redactado en chino

"Entonces, -sigue Lacan- el primer tiempo consiste en pedir la traducción a la dueña.", apelación a la sanción del Otro de lo que es significado en un discurso que se porta pero del que no se tiene el menor conocimiento.

Pero más allá de la traducción que la dueña del restaurante, pueda dar, eso no diga demasiado ‘y finalmente piden a la dueña: aconséjeme, lo que quiere decir: ¿qué deseo de todo eso?"

Lacan J. Seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Ed. Paidós