Sueños de Infancia: Etwas von Unbewussten. Liliana Donzis.

Tiempo de Lectura: 35 min.
Viena, 19 de septiembre de 1981. Sueño anotado tal cual al despertar.

He soñado que mi padre se curaba, no estaba muerto, y que nos queríamos, era una historia únicamente entre él y yo. Si había personas presentes sólo eran figurantes, ni siquiera los miraba y no intervenían para nada. Era una historia de amor, de pasión. Existía también un riesgo constante de que se muriera porque su herida podía volver a abrirse en cualquier momento y él no era prudente. Yo tenía miedo pero no dependía de mí. Este fue mi último sueño.
Sibylle Lacan, (1)

Sigmund Freud postulo que los sueños, el chiste, el olvido y el lapsus participan de la misma estructura que el síntoma constituyendo formaciones clínicas en las que se pone de manifiesto el inconsciente.


La producción onírica, los sueños, no son sin algo nuevo, algo viejo, algo sexual, algo del padre y algún retazo de infancia.


Destaco de la frase precedente una palabra frecuentemente mencionada por Freud, etwas- algo. No escapo a su intelección que algo, un sedimento, un residuo siempre diferente, pero no por eso auténticamente nuevo, penetra entre las palabras y se filtra en los sueños.
Esta palabra común, pero necesaria, etwas esta mencionada en varios de sus textos, por ejemplo Freud en Inhibición, Síntoma y Angustia subraya que algo resta entre la huella y su borramiento así como también nos dice que la angustia es ante algo, Angst vor etwas, intenta mencionar con ese algo lo que no se alcanza a significar ni a nombrar.


Freud remite etwas a objektlos, objeto perdido, ausencia de objeto si mantenemos la traducción literal, que es eficaz y se presenta como algo que es sedimento de la ausencia en la presencia. Algo que como tal es inespecífico pero nos permite formular un predicado y nos conduce también a das ding, carozo-hueso de real.


En la sesión de seminario del 6 de marzo de 1963 Lacan nos dice: Solo la noción de real, en la opaca función de la que saben que parto para oponerle al significante, nos permite orientarnos y decir ya que ese algo/etwas, ante lo cual la angustia opera como señal es para el hombre algo necesario….es también esa espera de algo.


Es notable que haya algo que esta a la espera y que en ocasiones asedie mediante el afecto de angustia con una presencia que patentiza el real del objektlosskeit- falta de objeto, que no es nada sino algo, que puede vestirse con imágenes y palabras. Esta matriz vacía pasa desapercibida, siempre y cuando se enmascare por medio de imágenes puestas en el carril de la cadena significante, arista imaginaria del fantasma.


Para Freud la falta de objeto se viste con sueños, con deshechos, con restos de la vida amorosa y sexual. Algo-etwas concierne al objeto por medio del representante representativo –pulsional- y algo concierne a la representación inconsciente que se reprime.


Lacan retoma estas ideas freudianas de la diferenciación entre afecto y representación enlazándolas al objeto y a la serie significante, plantea que los significantes toman el relevo de estos residuos a los que también se prende la imagen produciendo en su camino transformaciones. Operaciones para las cuales el inconsciente se presta como raíz real.
A que aludo con la raíz real? Al inconsciente que como función opaca que es tanto simbólica como real. El inconsciente es el discurso del Otro en el que la pulsión hace su obra. El inconsciente no es sin la falta de objeto introducida por la discordancia radical del lenguaje que constituye su condición.


Freud al plantear el ombligo del sueño (2) nos propone la existencia de una raíz real a la que no es posible acceder, punto en el que sitúa lo unerkannt, lo imposible de reconocer; por un lado lo simbólico en el que la letra contingentemente hace lazo con en el saber, y por otra parte y al mismo tiempo es borde orilleando lo real. (3)


La letra que perfora el torrente del sueño se prende haciendo peripecias entre los significantes mientras se enamora de los restos de infancia para perpetuarse en la repetición. Dicho de otro modo la repetición que no es sin estos restos que alimentan los sueños en la infancia ,repetición que al mismo tiempo los torna inalterables, pese a su transformación, es así que ese algo- etwas se transfigura por medio de la memoria poética del lenguaje para abordar al sujeto en cada noche y en cada despertar.


El deseo también conlleva ese algo que del inconsciente se umbilica en lo real y que desde los residuos de deseos infantiles estructura los sueños del adulto, tal como lo testimonia Sibylle Lacan en el sueño de amor y pasión con un padre que al mismo tiempo, según sus propias palabras, la ha abandonado.
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De manera que soné capitanes y ataúdes de colores y ahora tengo miedo (4).


Los sueños de infancia le ofrecen pulpa al vacio del objeto para que en el limite de la letra emerja la significación; esta operación que cursa entre real, simbólico e imaginario es para el niño estructuralmente necesaria pues permite cubrir la función opaca de la que nos habla Lacan aludiendo a la oposición entre real y simbólico(5),función opaca que no cesa se no escribirse mientras que los significantes que emergen de la cicatriz de la represión otorgan algo de vestidura a lo real.


La niñez es temporalidad, es un tiempo de escritura y velamiento, el niño requiere que ese algo de la raíz real cese de no escribirse.


En los sueños infantiles insisten algunos temas entre los que podemos mencionar el amor y el abandono de y hacia los padres. Se ama a los padres a los que al mismo tiempo se teme y va con ello el temor a la perdida de su amor, el temor a perderlos es uno de los modos de hacerlos presentes. Por la vía del temor ya no hay ausencia real sino que la ausencia es simbólica e imaginaria. El temor a la perdida se viste de presencia significada y coloreada. Los relatos de las producciones oníricas de los niños testimonian, en muchas ocasiones, que sus padres están con ellos, asedian entre los significantes incidiendo e incrustándose en significaciones indelebles, duraderas y tocantes al inconsciente. Sueños y padres, sueños de hijos con sus padres que como lo testimonian los análisis de los neuróticos siguen produciendo y remiten a significaciones que permanecen a lo largo de la vida del sujeto porque con ellas cobra vida lo real, bedeutung-significación- que designa la relación con lo real. (6).


Por su parte los niños relatan sus sueños en el análisis, en ocasiones a instancias y por pedido de los padres que informados de la importancia del sueño y su relación al inconsciente le demandan a su hijo que lo cuente al analista. Es también harto frecuente que con aparente candidez le soliciten a su hijo que nos muestre un dibujo para exponerlo a nuestra interpretación.Los sueños, vía regia al inconsciente, camino a lo real, proponen un cifrado mediante artificios del lenguaje tanto por el carril de la palabra así como por el carril de lo lúdico y lo grafico permitiendo al niño producir nuevos enlaces.


Los encadenamientos que se promueven en el artificio del juego y de las producciones plásticas son una de las consecuencias más interesantes del relato de los sueños en la cura de los niños pues le permiten seguir escribiendo, seguir cifrando, seguir soñando para dar a leer los efectos del lenguaje, …es lo que ocurre cuando garabatean algo.(7)


Freud plantea que los sueños de niños conllevan tanto el genitivo objetivo como el subjetivo, de los niños como de niños expresando tanto lo infantil de un sujeto como al infantil sujeto. Son sueños simples y sencillos que transparentan el deseo que le es inherente, tal como lo expresa Freud en la octava Conferencia de Introducción al Psicoanálisis en la que nos dice: “Si nos circunscribimos a la edad en que comienza la actividad anímica observable, hacia el cuarto o quinto año de vida, recogerán una serie de sueños que poseen el carácter que ha de llamarse de niños. Son breves, claros, coherentes, de fácil comprensión, unívocos”…”El sueño del niño es una reacción a una vivencia del día, que ha dejado tras si un lamento, una añoranza, un deseo incumplido. Los sueños de los niños sirven de demostración de que los complicados sueños de los adultos también son una realización de deseos “.


Los llama sueños sencillos porque en ellos casi no hay enigma y los diferencia de los sueños complicados por su incomprensibilidad que remite a los misterios de la trama de lo traumático, es decir el misterio de cómo puede llegar a escribirse el goce, el goce que se escribe en el límite del saber.


Lo infantil proviene de esos titanes que insisten desde la forja inconsciente, tener presente el trabajo del sueño y lo que en él se transmita, da cuenta de lo que se pone en juego cuando se consulta por un niño pues mas allá de la vida onírica el niño es el lugar de la actualización de un tiempo primordial de los padres que se transforma en inquietudes, ansiedades y elaboraciones que casi al modo de un sueno los padres se hacen del niño y su historia. (8)


El niño como objeto en el discurso de los padres comporta lo anhelado. Si me permiten decirlo a mi manera, un niño es el sueño de los padres y por ende puede constituir el síntoma de los padres. Síntoma propiciatorio y enigmático así como por el contrario puede constituirse en cuerpo de padecimiento. Los hijos, tal como lo testimonia la clínica, son los sueños, metáforas mejor o peor enhebradas de los padres.


Entre hijos y padres hay sueños, no sólo anhelos sino sueños enlazados en redes de palabras, lenguas que no siempre coinciden porque así como la lengua es lo que transmiten los padres, lalengua-lalangue es el invento que cada quien puede hacer con esa transmisión. La lalengua, ese alfabeto vivo de cada uno de los parletres es la modulación que el sujeto puede imprimir con escansiones, sonidos, bramidos, amores y odios a la lengua llamada materna que se transmite también entre bramidos, ronroneos, palabras, interjecciones, y que en lo que se escucha y en lo que se oye cada quien en tiempos instituyentes teje contingentemente la trama de su combinatoria. Entre hijos y padres las identificaciones montan los tiempos instituyentes del sujeto para hacer eslabon y diferencia en la cadena de las generaciones Lo instituyente no es lo evolutivo ni lo constructivista genetico sino que es el producto de ese instante del acto en el que se produce el enlace RSI, y que se advierte por sus efectos apres coup, entre los cuales la producción onirica es uno de dichos efectos.


Es así que en tiempos instituyentes en los bordes imaginarios de la historicidad los sueños de niños manifiestan lo actual, una actualidad que no conoce ni el antes ni el después sino la fugacidad del instante de las operaciones fundantes del tiempo primordial .
Los enlaces no son ajenos a la entrada en el lenguaje por efecto de la identificación primaria que aporta el real necesario que permite que luego se asiente la identificación especular , en esta operación encabalga tanto el trazo de lo simbólico como la imagen. Tiempos instituyentes que se perfilan en la sencillez que portan los sueños producidos por la compleja operatoria de la transmisión de la lengua materna. Trazos que hacen agujero en lo simbólico, cuna de la literalidad. Cortes y empalmes de la estructura, anclajes que brindan los nombres del padre.


Ejemplo ejemplar de los sueños infantiles que patentizan los tiempos instituyentes y lo primordial del enlace es el sueño pronunciado en voz alta por Anna Freud mientras dormía. No es un sueño sin sonido, es un sueño que se relata con sonidos, es Sigmund Freud, su padre, quien lo hace pasar. El la escucha y nos lo pasa, no lo cuenta la niña. Anna Freud sueña en voz alta con la realización de deseos provenientes de un impedimento, realiza su deseo verbalmente. Magia maravillosa descubierta por Freud, un deseo se puede satisfacer verbalmente sin rehallazgo factico con algún objeto.


Anna tenía apenas diecinueve meses, soñó y su padre nos relata que ese sueño transparente era el cumplimiento de un deseo. Deducimos que soñó ya que sólo pronunció palabras, esas que había visto y oído el día anterior. Quien lo escucha supone un sueño al que además le otorga sentido y que constituye una demostración de la satisfacción verbal del deseo.


Cito a Freud. Admitiendo que las palabras que los niños suelen pronunciar dormidos pertenecen también al círculo de los sueños, comunicaré uno de los primeros sueños por mí reunidos. Teniendo mi hija menor diecinueve meses hubo que someterla a dieta durante todo un día pues había vomitado repetidamente durante la mañana. A la noche se la oyó exclamar, decir con toda energía, en sueños, Anna Freud, fresas, frambuesas, frutos, papillas. (9)


La niña utilizaba su nombre y el patronímico para expresar posesión y el menú que a continuación detalla contiene todo lo que podía parecerle una comida deseable, el que la fruta le apetezca y aparezca reiterada en el sueño constituye una rebelión contra la policía sanitaria casera, la niñera había achacado la indisposición que había tenido Anna por el consumo excesivo de fresas.


Destaco una silaba reiterada Fr, en castellano encontramos esta partícula verbal tanto en frambuesa como en fresa y fruta pero no es así en alemán. Frambuesa es Himbeere, fresa es Erdbeere, frutas Früchte. La partícula fr. es tanto inicial de Fruchte como del patronímico Freud. Subrayo que Anna se anuncia nombrándose, produciendo esa escritura, se anuncia sumándose como en el ejemplo que da Lacan, tengo tres hermanos: Pablo, Ernesto y Manuel ,el niño no puede descontarse y sustituir el nombre propio por el pronombre personal, “Pablo, Ernesto y yo” .El sujeto se anuncia como un tercero o bien se descuenta. En el anuncio de la hija de Freud aún no está instituido plenamente el yo del pronombre, ella no puede descontarse motivo por el cual se nombra con su nombre en tercera persona con su nombre de pila y su apellido. En la frase el niño se cuenta dos veces, como moi y como je. En la simultaneidad de ambas dimensiones se cuenta en el conjunto y se incluye a la vez en él. Anna está tomada entre los dos pisos del grafo y algo tendrá que producirse para que se desacople.


Que quiere decir este descuento? Desembarazarse del Otro, sustraerse como significante de la batería del Otro, descompletarlo. La niña no relata el sueño, se anuncia en el sueño como un intento de desacoplarse del Otro.


Anna tiene un impedimento, por el que le prohíben comer las frutas, pero el impedimento aparece realizado a condición de negarlo. No se trata, para Anna en el sueño de las frambuesas, de la rivalidad edípica ni de la prohibición sino de sostener algo. Sostenerse en la ignorancia de lo que no puede para poder sostener que ella no lo sabe, es decir, en la enunciación propia del inconsciente, en un no-sabido, goza de algo que no sabe, en el sueño no dice “tengo prohibido y por eso sueño” sino que pronuncia Anna Freud, fresas, frambuesas, frutas, puré, papillas nombrando satisface un deseo y goza de el. No conocemos cómo aparecieron las frutas, las frutillas y las frambuesas ni si éstas eran rojas o violetas. Sólo es una realización verbal que se enuncia, enunciación tanto del sujeto como del yo y del patronímico. Anna Freud en su sueno anuncia tanto el sujeto como el nombre del padre.


Freud. Fresas. Frambuesas. Früchte (frutas). Fräulein (señorita). Freud, nombre del apellido de su padre. Anna está anunciando, en su sueño un padre. Esta aparición del patronímico nos dice de la proximidad a la represión tomando la letra, por primera vez de un modo onírico pero con sonido bien real en el que se reitera una silaba fr.


El patronímico efectivamente pronunciado intenta poner distancia a los objetos pulsionales que estaban impedidos de comer pero que Anna los satisface por medio de la expresión verbal no exenta de lo pulsional. Ana Freud se subjetiva al nombrarse y aunque aun no se descuente mediante el uso del pronombre produce un contorneo a la vuelta-tour pulsional. El nombre del padre anuda como condición de estructura el enlace borromeo del sujeto. De este enlace surgirá como efecto a posteriori la nominación y las diferencias entre el nombre propio y el nombre común.


Según mi criterio el sueño en los niños, sobre todo en niños pequeños, concierne a ese tiempo en el que se anuda la estructura, el sueño es la demostración en acto de dicho enlace que es a su vez un descompletamiento del Otro.


Los sueños de infancia nos transmiten las huellas de la cifra del Otro, escriben para seguir soñando y ponen un velo a lo real del goce del que emergen. Cifran ese algo que pasará a la memoria del olvido y que ya no retornará sino al precio de lo sintomático en la neurosis.Los sueños infantiles a veces despiertan hilaridad entre los adultos, son los indicadores de la proximidad de lo actual, no responden a la estructura neurótica sino que transmiten su limite de origen e imprimen imágenes de un olvido inolvidable mientras que nos indican que entre el despertar y el dormir aun no hay una frontera delimitada.


Cortan, empalman, deletrean desde lo real del Otro. El testimonio de estos sueños de infancia nos permiten palpar esas” Primeras palabras oídas que hacen que cada quien tenga su inconsciente” (10).


Lo oído y lo visto primitivo, bramido, ronroneo, no implica aun la articulación de la discontinuidad de las palabras sino que son las operaciones de corte y empalme las que permiten articular los sonidos que harán que cada quien tenga su inconsciente. En la clase conocida como “Lituraterre” ,mencionada anteriormente, Lacan retoma la cuestión de la umbilicación de ovillado del sueño y de la letra, nos propone ejemplarmente el sueño de la inyección de Irma y su relación a la represión primordial . Según mi lectura, verificada en la clinica con ninos es con la operación de la represion primaria que se umbilica la pulsión anudándose con los restos, los detritos de estas primeras palabras oídas.


Lacan dice que se goza con los artefactos de goce, entre ellos la palabra. Tanto en el encadenamiento que puede producir un sueño, como en los eslabones que las palabras producen mediante el artificio del juego, del dibujo y del relato se encadena el saber, si entendemos por saber eso que no se sabe que se sabe, umbewussten, inconsciente.


Angustia, sueño y dibujo.


Conjeturo que Anna Freud sueña con el nombre del padre mientras que Alejandra Pizarnik suena con encontrar el miedo que le salve de los tormentos , miedo que eventualmente se organizaria con lo fallido del padre . Sibylle Lacan nos dice que suenia con el amor al y del padre. Padre, nombres del padres, real, simbolico e imaginario que pueden vertebrarse en cada vuelta de la estructura.


Estas breves referencias al padre en sus diferentes dimensiones nos invitan a formular nuevas preguntas.


¿Cómo es que el sueño, portador del deseo puede hacer resurgir repetidamente la angustia y al mismo tiempo llevarnos sin velamientos al meollo de lo real ?


Estos sueños tocan una punta de real sin imagen ni palabra que el niño al igual que el adulto relata como sueño de angustia, en la que lo perceptivo visual se transforma en grito, llamada, invocación, por ende lo pulsional se pone en juego.


Son sueños en los que no se transparenta la función que Freud describía del sueño como guardián del dormir sino que patentizan ese fulgor espectral y siniestro en que lo familiar se convierte en extraño e inquietante. Siniestros, ominosos y pesadillescos despertares a lo real.
La angustia es un hilo que perfora la constitución subjetiva, - Lacan dixit-, produce sueños que arrastran vivamente lo pulsional escenificando lo incestuoso del goce infantil. Ello se muestra y a veces el niño dibuja los monstruos en los que se visualiza el terror, siendo este ultimo uno de los temas repetitivos y característicos de estas figuraciones oníricas. El monstruo y sus diversas presentaciones son imágenes siniestras que inician frecuentemente el camino de la fobia infantil.


Juan sueña con personajes de terror mientras los hombres huyen gritando. Es el monstruo el que está destruido, tiene agujeros y fuego. Se despierta angustiado.


Como puede ser que el que tiene por misión destruir es el que aparece destruido? (ver grafico )
Juan relata su sueño, la riqueza asociativa surge a nivel del gráfico. La superficie de la hoja le brinda los bordes que le permiten delinear un contorno en el que circunscribe el goce. Se alivia del peso de sus monstruos en el pasaje al relato pictórico. La función del dibujo permite contornear lo real haciendo del dibujo puente entre la angustia y la imagen con palabras.
Anudando y reanudando lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario pasa escamoteadamente algunos significantes. La identificación especular, subsidiaria de la primera identificación a lo real y de la segunda identificación a lo simbólico, presta imagen al sueño así como correlativamente la represión primaria y la identificación al trazo prestan los recursos simbólicos con los que también se nutren los sueños.


El inconsciente está estructurado como un lenguaje en el que opera lo simbólico por vía del nombre del padre, que a su vez se pone en juego en el sueño al igual que en el chiste y el lapsus resonando en el sonido, la letra y el sentido. El sueño de Juan dibujado presta imagen y lazo al sonido y a la escritura. El sueño dibujado y también relatado pone de manifiesto la eficacia concerniente al nombre del padre. El contorno del dibujo pone en juego la imagen en su empalme simbólico, sin embargo esta operación deja entrever un resto que no entra en la imagen, que no es especularizable, tal como lo plantee en los párrafos precedentes la angustia es ante algo-etwas que Lacan denomino objeto a .


El sueño de Juan revela tanto el nombre del padre como el objeto a desplegándose en el marco edipico de ese tiempo de la niñez. Ahora bien, la angustia ante algo que se dibuja como monstruoso, no es la amenaza de castración sino la angustia que convoca a un padre para que el goce incestuoso caiga. El sueño de angustia, cercano a la pesadilla, corresponde a un tiempo diferente del tiempo estructural de Anna Freud , el suenio de angustia no transparenta un impedimento sino que convoca a un corte que no siempre llega a tiempo, manifestando la otra cara del deseo.


El sueño de angustia ya no es un sueño sencillo sino que cumple un deseo no avizorado sino escondido, entramado, anclado en la prohibición y sus efectos. El deseo se encadena a la castración y nombra el nombre del padre, o al menos una versión del padre. Alimenta con goce fálico el síntoma, no todo formación del inconsciente. Este sueño constituye uno de los tropiezos de L’unbevue, launaequivocacion, ligado a la adquisición de lalengua. El sueño no solo es una formación del inconsciente, tal como Freud nos enseñara sino que al igual que el lapsus se produce en la superficie en la que se da a oír y leer el inconsciente.


Es interesante el cuidado que algunos niños mantienen respecto del sueño, el olvido y el lapsus que no siempre relatan espontáneamente. Quien haya atendido niños habrá notado que los padres, a veces, le dan el dinero para que ellos paguen la sesión, los niños pagan, entregan ese dinero al analista generalmente al comienzo de la sesión. En cierta ocasión un niño me dice que lo paga antes porque no quiere olvidarse de lo encomendado por sus padres, su equivoco no equivoca, el no olvido es un modo de proponernos que el lapsus puede acometer y hacerlos olvidar.


¿Por qué? En la orden o en la sugerencia de no olvidar, lo que dejan de lado es que el inconsciente trabaja. Los niños no desean olvidarse pero tampoco quieren que se les olvide, que nos olvidemos de ellos. Algunos niños tienen la creencia, más que verificada en los tratamientos, que si no cumplen con el Otro, sea quien sea quien encarne esa función éste los olvidará y los abandonara. Por el contrario los padres pagan por el análisis, lo sepan o no, para que se preserve una función, la del olvido, la del lapsus, el sueno y el síntoma. Si preservamos estas funciones, es decir las trabajamos, preservamos el sujeto, el inconsciente.
Cual es el estatuto del inconsciente en tiempos instituyentes?
Los tiempos instituyentes demarcan las operaciones por las cuales el baño del lenguaje construye en cada vuelta identificatoria la estructura del parletre, surgimiento de un sujeto descentrado y condenado a sostenerse dividido.


Algo inconsciente se resta de la imagen, algo del inconsciente se pone en marcha por efecto de la mortificación que el significante imprime. Algo que sin embargo acompañara de por vida.

Etwas von Umbewussten
Freudiano? Lacaniano?


El 26 de septiembre de 1922 en el séptimo Congreso Psicoanalítico Internacional realizado en Berlín, el último al que asistió el maestro, Freud leyó un breve trabajo que denomino Etwas von Umbewussten, traducido como Consideraciones Sobre lo Inconsciente. También se lo puede traducir Algo de Inconsciente.


En este breve texto Freud llama la atención sobre la variedad de propuestas que ha generado su descubrimiento, nos recuerda que planteo el inconsciente descriptivo, el sistemático, el tópico y que en estas diferentes notaciones se advierten las diversas dimensiones de esta cuestión crucial del psicoanálisis así como también la flexibilidad del concepto.
Para Freud en 1922 la instancia del yo también puede enraizarse en el inconsciente. El yo conlleva algo inconsciente y sin estar exento de la imagen narcisistica hunde sus raíces en el inconsciente conjugando a su vez el reservorio pulsional del ello. Freud articula el inconsciente tanto con el yo como con el ello y el superyo.


El maestro invita a seguir abriendo con rigurosidad el campo por el descubierto. En el texto mencionado como asimismo en el Yo y el Ello nos demuestra que el inconsciente esta articulado. Esta articulación conocida como la segunda tópica no es sin la primera en la que indica que el inconsciente se manifiesta en sueños, en lapsus, en olvidos como un lenguaje con leyes que le son inherentes. Algo de inconsciente se da a leer y a escribir. Algo inconsciente participa en las vicisitudes del objeto de la pulsión y también entre las palabras que el sujeto pronuncia en un análisis en transferencia, algo del inconsciente se prende en el narcisismo que circula entre las imágenes que porta el sueno que a su vez es el camino real al inconsciente.


¿El inconsciente puede nombrarse freudiano o lacaniano?
Lacan responde que el inconsciente es freudiano.


He planteado en un texto anterior titulado jugar , dibujar ,escribir de 1998 que Los sueños de infancia son un excelente ejemplo de la vocación de síntoma a la que aspira la producción onirica que en calidad de formación del inconsciente es estructurante del sujeto en la niñez.(11)

Los tiempos instituyentes anuncian el nombre del padre como resorte estructurante del trazo así cómo también en el marco de las operaciones de la sexualidad infantil la función del padre es convocada en los sueños de angustia ante los tormentos que pueden extraviar al sujeto en su despertar. El padre primordial, que surge y se enlaza con la represión primordial enmarca los sueños de infancia, sueños freudianos como el de Anna, sueno de angustia como el de Juan, así como también merecen nuestra atención psicoanalítica los insomnios pertinaces de algunos niños.
Lacan en el Seminario XI plantea una diferencia entre el inconsciente freudiano y el que denomina el nuestro. Nos dice, El inconsciente, el nuestro.


En principio podemos mencionar que el niño construye con sus sueños, sus síntomas y sus olvidos el meollo del inconsciente, hilachas que residuales harán a la repetición y a lo real del fantasma.


Cuando Lacan dice el nuestro, no alude a un inconsciente lacaniano, aun cuando el fue proponiendo a lo largo de su enseñanza diferentes lógicas para abordar las cuestiones cruciales de la praxis psicoanalítica entre las que destaco la lógica del significante y la lógica de modos con las que intento escribir sus matemas.


Asimismo formulo que el inconsciente se produce en lo que se oye de lo que se escribe en lo dicho del decir bajo el imperio de la transferencia que, a su vez, pone en marcha y promueve el avance de un análisis , es así que el inconsciente cobra una existencia verificable precisamente en su despliegue en la cura.


El inconsciente, el nuestro es el que se espera, también, del testimonio que se pueda aportar del atravesamiento de la experiencia del análisis. Asimismo, según mi criterio, el nuestro concierne a las operaciones que hacen al pasaje de analizante a analista. Lacan esperaba de quienes oficiaban en el lugar del analista que hayan efectuado la experiencia de pasaje por la existencia del inconsciente, a este procedimiento lo denomino Pase.


Me he preguntado mas de una vez si en la experiencia del final de análisis testimoniada en el procedimiento del Pase así como en las reflexiones que suscitan las experiencias llevadas a cabo surgen nuevas hipótesis, nuevos relámpagos al descubrimiento del inconsciente.
En 1975 en una conferencia que Lacan ofreció en Londres, en la clínica Tavistock, planteo que la interpretación de los sueños, el chiste y psicopatología de la vida cotidiana nos permiten ver de entrada la práctica psicoanalítica y nos damos cuenta que se trata de palabras, que eso juega entre las palabras con el equívoco, el tropiezo y lo imprevisto. Una palabra puede servir para decir lo que sea, no hay ni un sueño ni un olvido que no sea un juego con las palabras.
Si lo reducimos a términos económicos, el carácter fulminante, como un rayo, que tiene la conducción de las palabras, es ante esto que hay que detenerse para que la palabra provoque su efecto. La economía de la que se trata es la economía de las palabras. (12)


Agrega en la Conferencia citada, Esto me ha llevado a hablar de una vuelta a Freud, de centrar la cuestión en esto que él ha descubierto: la existencia del inconciente. Tal como Freud lo indica en la Metapsicología el inconciente es una hipótesis a verificar en ciertas condiciones, un inconciente radical es el que se efectúa en un análisis.


¿El análisis terminable subraya el pasaje del inconsciente que en sus tropiezos muerde lo real, implicando una existencia formulable en el testimonio que se forja en el Pase?


Si nos interrogamos sobre el inconsciente, cada quien hipotetiza entre lo singular y lo generalizable según los pliegues de su decir. Lo interesante de esta cuestión es que podría haber diferentes proposiciones, incluso hasta diferentes ideas acerca de esta hipótesis y de que modo formularla, no obstante podemos afirmar que su existencia en un análisis no es sin la presencia del analista que se deduce del imperio de la transferencia enraizada en la función deseo del analista.


En cada experiencia y en cada pase algo inconsciente –etwas von Umbewussten se transmite ante la falta de significación fundante por efecto de la discordancia radical que introduce el lenguaje.
Lacan retoma a Freud y lo atraviesa.Para Lacan se trata de esa chispa, ese relámpago, que demuestra que el inconsciente es una superficie y no es una psicología de las profundidades. La materialidad de la palabra es una superficie sin profundidad. No se trata del adentro y del afuera ni de una oposición entre interior-exterior sino de un sujeto cuyo borde es moebiano. El dicho lo busca en los sonidos, el sueño es el relato del sueño. En el sueño de Anna Freud solo hay lo que se dice. Para Juan hay trazos que garabatean lo real, superficie en las que aparecen tropiezos, deslices, sonidos. El dibujo es el relato del sueño buscando un marco para el fantasma. Productos mixturados entre la lengua que nos trasmiten los padres, que nos parasita y las chispas fonemáticas que el sonido, las homofonías y las transliteraciones arrastran hasta el extremo del sin sentido. El bla bla del inconsciente se produce entre sonido, significante y letra en los sueños, los dibujos, los garabatos y los síntomas. Los fonemas se articulan tanto en los sonidos como en la ortografía. En lo que se dice y en lo que se oye y también lo que se escribe del lapsus.

En los diferentes tiempos de un análisis puede de modo contingente detenerse ante el objeto que al mismo tiempo se enlaza a la sustancia gozante operando con la legalidad del síntoma y el goce fálico en los sueños, en los lapsus, palabra tras palabra parloteada. Bavardage-parloteo y puntos de detención en los que se ancla el objeto a .


Sexo y muerte se manifiestan en el parloteo en el que las especies pulsionales del objeto a se multiplican. Las palabras se sexualizan haciendo un tope al bla bla , es así que el chiste, el síntoma y el equívoco portan el sedimento de la letra , real que detiene el decir que ya no solo se escribe sino que se oye en el sonido y el bramido de la letra misma.


Paso de sentido ,pas de sens, cincelado por la palabra. Cinematografiado, como en los sueños poetizado, por la pulsión entre palabra e imagen. Fragmentamos lalengua para que de sus detritus, sus residuos, sus algos de infancia pase y emerja mientras que se descompone lalangue en sus sonidos y letras.


Lacan no olvida lo propuesto por Freud pero descubre que no es en la localización topográfica donde hallamos el relámpago del inconsciente sino en los traspiés, en los sedimentos de lalengua que hacen límite al saber bordeando el goce.


Ahora bien la hipótesis del inconsciente se verifica en un análisis en la medida que se produce una apuesta a los finales de análisis.


La experiencia del Pase, la apuesta a una ética del final de análisis me involucra, no me es ajena, en la misma con economía de medios y de tiempo lo dicho vuelve a conmover desde la raíz hasta la flor, otra vez y nuevamente conmueve la economía de goces.


La transmisión del inconsciente es la existencia en acto del inconsciente y su historia de síntoma que se parapeta en las vueltas del fantasma, participando del equívoco que es su principio y jugando con el sonido y el sentido, la homofonía y la letra reinventando lalengua y apostando a otro goce que prescinda de los dioses, siempre próximos al padre de la niñez.
Faire, hacer con las vicisitudes de la pulsión una reinvención de le savoir, el saber y sus imágenes para que tomen consistencia en el cuerpo de lalengua. Saber y hacer con el sínthom-a reinventando el amor que enlaza.


El inconsciente, el nuestro, transmitido en el testimonio de pase hace diferencia con la constitución infantil del deseo, el sueño en el pase puede tener transparencia para el sonante, quien fuera el analizante lo oye y lo palpa en sus sonidos mas íntimos y arcaicos, en la verdad que porta y horada al síntoma pero ya no es equivalente a un sueño de infancia.


El pasante del inconsciente transmite la existencia siempre renovada del lapsus. Transmite las palabras y letras en su desnudez real y que antiguamente fueron soñadas vestidas.


Cada vez…. pasando el pase de las fresas, frutillas, frutas, fr…..de un padre cuyas resonancias provienen de los márgenes de la fobia y los sueños de infancia porque en ellos era esperado.

Padre que vira a lo contingente. Match point.
Padre que en su final no oye, no ve, y ya no sabe…. que estoy ardiendo.
Padre que en la ninez fue necesario para despertar a lo real, construir el síntoma y los sueños de infancia.


La más mínima vigilancia clínica permite atisbar sus consecuencias aun incalculables. (13).

Liliana Donzis.

Notas
1-Sibylle Lacan. Un Padre (Puzzle).Ed.Lumen 1998. Pag 85. El ultimo suenio.
2-Sigmund Freud. Traumdeutung. La interpretación de los sueños Capitulo IX. El sueño de la inyección de Irma. Editorial Biblioteca Nueva.
3-Jacques Lacan. Seminario XVIII. Clase conocida como Lituraterre. Inédito. De circulación interna de la Biblioteca de la EFBA
4-Alejandra Pizarnik. Extracción de la piedra de la locura. Apartado IV. Fragmento Pagina 53.Editorial Sudamericana. 1968
5-Jacques Lacan. Seminario X. Clase 6 de marzo de 1963. Versión Inédita. De circulación interna de la Biblioteca de la EFBA
6-Jacques Lacan. Conferencia en Ginebra sobre el síntoma. Ediciones Manantial. Buenos Aires 1993
7-Jacques Lacan. Seminario XX. Aun. Capitulo Los redondeles de cuerda. Editorial Paidos
8-Isidoro Gurman. Interlocución personal.
9-Sigmund Freud. Traumdeung. La Interpretación de los Sueños. Editorial Biblioteca Nueva
10-Jacques Lacan. Apertura de la Sección Clínica. Ornicar?.
11-Liliana Donzis. Cap. Un ligero despertar. Del Libro Jugar,Dibujar, escribir. Psicoanalisis con ninos .Homo Sapiens 1998
12-Jacques Lacan. Conferencia en la Clinica Tavistok de Londres.
13-Jacques Lacan. Breve Discurso en la O.R.T.F. Entrevista difundida el 2/12/1966.Ediciones Manantial. Buenos Aires 1993