ACTO ANALITICO, PASAJE AL ACTO Y ACTING OUT. CRISTINA MARIA CALCAGNINI

Tiempo de Lectura: 12 min.


(*) JORNADA DE LA ESCUELA FREUDIANA DE BS AS. 31 de Octubre de 2008.-

Comienzo ubicando la pregunta sobre la relación entre acto, pasaje al acto y acting out. Delimitemos en primer lugar que entendemos por acto.

Hablar sobre el acto es hacer diferencia con lo que es simplemente manifestación de movimiento o descarga motriz. El acto se articula con la repetición cuyo motor es la pulsión, la sexualidad y su característica esencial es que funda al sujeto.

.... “ El sujeto del acto es equivalente a su significante y no queda por eso menos dividido. ......El acto es el único lugar donde el significante tiene la apariencia, la función de significarse a sí mismo es decir funcionar fuera de sus posibilidades. El sujeto está representado en el acto como pura división.” (1)

El acto como división y último soporte del sujeto no es otra cosa más que la forma velada bajo la cual el pensamiento intenta dar cuenta de la verdad del sujeto que se reconoce en que no le es dado otro goce que el de su cuerpo. Recordemos que la verdad no puede decirse toda, se medio dice, ya que hay disyunción entre lo que pasa con el cuerpo y la palabra allí donde la eficacia de lo imaginario va haciendo su lazo.

El acto en tanto es instauración del sujeto como tal es verdadero en tanto el sujeto surge diferente en función del corte que produce, se lee aprés coup.

En el marco de nuestra tarea que es el psicoanálisis, el acto es por lo que en tanto analistas nos comprometemos a responder. El deseo del analista es quien empuja de la tarea al acto (2)

Nuestra tarea es amplia va desde el desciframiento del síntoma hasta el sinthome, pasando primero por la construcción de la demanda de análisis, haciendo lugar a la interpretación del deseo, acotando los excesos de goce mediante las intervenciones pertinente. Descifrar, construir, interpretar, intervenir son m omentos lógicos del acto analítico que se dan a leer en el despliegue de un análisis desde el comienzo al fin. (3)

Interrogar nuestra praxis es poner en juego como nos hacemos soporte en la transferencia no sólo en su vertiente simbólica, que ubica al sujeto supuesto al saber, (S.s.S). sino esencialmente como se produce el giro discursivo que instaura el discurso del analista porque sabemos que muchas veces ofrecemos resistencia discursiva al acto.

En este sentido el acting out se dirige al analista, reclama su presencia, lo sube a escena, lo pone en causa mostrando desde una escena la verdad que habita al analizante.

Recordemos que nuestra tarea es en transferencia, y la transferencia es la puesta en acto de la realidad del inconsciente, que es sexual.

Lacan plantea que el gran secreto del psicoanálisis es que no hay acto sexual. Hay sexualidad, y podemos decir que no hay acto sexual donde el sujeto se inscriba como sexuado, instaurando en el mismo acto su conjunción al sujeto del sexo opuesto. En el acto sexual está en juego el goce, está en juego el objeto. El sujeto tiene que medirse con la dificultad de ser sexuado, que pone en evidencia la castración que tiene función de nudo. Definimos a la castración como ... “la operación real introducida por la incidencia del significante, sea el que sea con relación al sexo y que determina al padre como ese real imposible”. (4)

Lo importante es ubicar que la estructura lógica, nos da la posibilidad de transformar en acto eso que en un primer abordaje no podría ser más que pura y simple pasión.

El análisis propicia en transferencia el viraje discursivo de la gramática pulsional a la retórica del inconsciente. Podríamos decir que somos artífices de como se inventa el inconsciente a partir de que en la lectura que hacemos recreamos el enigma. El estatuto del inconsciente también da cuenta que lo rechazado en lo simbólico retorna en lo real.

Aquí es donde entramos en el campo de la angustia, a la que definimos como ese sentimiento que no engaña, que no es sin objeto, surge frente al deseo del Otro, y que para el sujeto es señal de la intervención del objeto a. El campo de la angustia está enmarcado en la estructura del fantasma, por eso es un fenómeno de borde en el campo imaginario del yo.

Cuando alguien duda, como se suele plantear en la inhibición es porque está tratando de evitar la enojosa certeza de la angustia y cuando alguien toma la vía de la acción es que intenta producir una transferencia de angustia. Cito textual:...... “actuar es arrancarle a la angustia su certeza, es operar una transferencia de angustia”. (5)

Me interesa poder ubicar siguiendo el despliegue de conceptos, las coordenadas en torno a las que circunscribe Lacan el pasaje al acto y al acting out recorriendo el historial freudiano de La Joven Homosexual. Historial muy interesante para nuestro tema porque nos permite también hacer una lectura de la posición del analista y su acto.(6)

La joven paciente llega al análisis luego de haber intentado suicidarse, la lleva su padre quien le demanda a Freud que la cure de su “orientación” hacia la homosexualidad. Freud advierte la difícil encrucijada en la que se encuentra porque del lado de la paciente sólo había sintomatología muda. Freud, se pregunta ¿cómo puede ser que frente a tan profunda tormenta emocional reaccione con tanta indiferencia cuando poco tiempo atrás esta muchacha hizo un intento de suicidio.

Reaccionó frente a la mirada del padre, no fue indiferente, corrió y se dejó caer. Niederkomen. Lacan lee en ese pasaje al acto, el significante que da cuenta del acto que fallidamente el sujeto intenta producir. Parirse.
¿Cual era la situación que la arrojó fuera de la escena?

El pasaje al acto se produce en el momento en que se cumple la conjunción del deseo y la ley. Choque de deseos. Como no hay lugar para la falta, la muchacha identificada al objeto se arroja fuera de la escena.

Con el máximo movimiento que produce ese gran embarazo que ella tiene del falo, confrontada en la escena con la posición del padre que detenta el falo absoluto, y con el agregado de la máxima dificultad, que plantea el rechazo de quien la sostenía en el juego del enamoramiento, presa de una profunda emoción por la sorpresa de ese encuentro, se precipita, desde ese lugar, en la escena, “donde no puede mantenerse en su estatuto de sujeto historizado, y cae de la escena”. (6)

Remarco las dos condiciones esenciales del pasaje al acto: la identificación absoluta del sujeto con el a, al que se reduce, y la confrontación del deseo y la ley. Aquí se trata del deseo del padre, en base a lo cual se construye su conducta, con la ley que se presentifica en su mirada. Esto que la hace sentirse identificada con el a y al mismo tiempo rechazada, expulsada fuera de la escena.

El historial nos permite leer la posición de Freud con esta analizante.

Freud se encuentra frente a una encrucijada ya que lo que él captaba es que su paciente le había transferido la misma hostilidad que sentía frente al padre. También había muestras de transferencia amorosa, cuando le cuenta el sueño, que Freud califica de mentiroso. Podríamos decir que es un sueño inventado, un sueño en el que se casaba y tenía hijos.

¿De que habla en ese sueño? De lo que ella cree que es el sueño del padre: que su hija se case, tenga hijos. Recordemos que ella dice que ya se las arreglaría, complaciendo al padre por un lado y siguiendo a su dama por el otro.

Ella le cuenta a Freud, sobre su sueño con el que tal vez intentaba agradarle, pero él no se dejo tomar por esto y la deriva a una analista mujer.

Reflexionemos sobre esta posición de Freud, donde plantea que es difícil trabajar en una situación donde no hay demanda ni angustia y encima, sueños mentirosos. Sin embargo como él mismo aclara, hay pensamiento que pasan a través del sueño, y que dan cuenta de la posición del sujeto, del soñante.

La posición de la muchacha da cuenta también del problema con el que se encuentra: por un lado planteando lo que era del orden del deseo del padre, en un intento de complacerlo, y por otro lado estaba frente a este despertar que para ella había significado la contemplación de la mujer que tiene sus raíces en el amor a la madre.

Con Lacan leemos que Freud respondió sosteniendo la misma posición que el padre: la dejó caer, haciendo jugar la misma mirada furibunda. Interrupción del análisis ¿acting out o acto sostenido por la ética del analista que plantea su límite?

De alguna manera a nosotros nos interesa, la cuestión del acting out; porque nos permite advertir cuando por alguna razón se nos tapa la oreja, “el analista es partero del acting out”.

El acting out tenemos que pensarlo con relación a la cura analítica.

Se trata de una escena, en la que el sujeto muestra, y en esa demostración se plantea el deseo de mostrarse como otra cosa, con la que intenta designarse.

Cuando se trata de la resistencia del analista, es porque el sujeto supuesto saber cae, el analista no puede registrar que está pasando y el acting out es un intento de rectificar esta posición del analista. Podemos agregar a lo que Lacan plantea que en verdad se trata de que la transferencia cambia de registro.

Ya no se trata de la vertiente simbólica de la transferencia sino que se trata de la cara real, que pone en juego al dimensión del objeto a. Es una transferencia sin análisis, porque allí, de alguna manera, el analista desfallece en su función simbólica , y se pone en juego la vertiente real : se trata de que el analista pueda ofrecer su presencia como sostén de esa escena, alojando al objeto a.

El acting out es una demanda de interpretación, que no siempre es eficaz. Se puede reprimirlo, prohibirlo o reforzar al yo; Lacan nos advierte que ninguna de estas tres maneras nos van a servir”; y el insiste en que apuesta al inconsciente.

Eso que se muestra en la escena, tenemos que pensarlo en relación al objeto a.

El acento está puesto en lo que se muestra y la orientación es hacia el Otro, son las dos cuestiones que tenemos que tomar en cuenta.

Es un amago de transferencia; es transferencia salvaje, transferencia sin análisis. Recordemos que es una transferencia de angustia.

Nuestra apuesta es al inconsciente por eso hablamos de Presencia del analista, siguiendo los lineamientos que Lacan nos propone en el Seminario 11, cuando dice que se trata de que el analista cuando se produce el cierre del inconsciente, vuelva a llamar a “la beldad” que está tras las ventanas cerradas. Para eso tiene que poder hacer lugar al enigma, que la falta en el saber habilita, y abrir al saber hacer con lo real.

Se trata de transformar un acting out en síntoma, es decir dándole valor de enigma a la situación por la que un sujeto está atravesando y nombrando el deseo que allí puede vislumbrarse en esa acción de la pasión desbocada.

Evoco una breve viñeta de una analista, (en un grupo de estudio que coordino) quien relata una escena de un paciente adolescente de 14 años quien con su novia, se hacían pequeños cortes en el cuerpo, se lastimaban y además luego se echaban agua caliente sobre las heridas. La analista contaba con gesto de dolor lo que había escuchado, se trataba de un chico al que la madre goleaba como era golpeada ella por su propia madre. El padre ausente, si bien no estaba de acuerdo con la locura de la madre no intervenía, lo cual es consentir el maltrato. Además a la analista la angustiaba pensar que podía matarse, porque a veces se preguntaba para que vivir. Lo que yo le propuse en esa ocasión es que nombre el dolor de su cuerpo y además le haga saber que a ella también le duele su dolor.

Entiendo que es una manera de intervenir que pone en juego los sentimientos y sobre todo sanciona que lo que duele no es solo la violencia del otro, sino la indiferencia materna que tanto estrago produjo en este chico. Por otro lado se trata de dar nombre, nombrar el dolor por un lado y por otro el atisbo de deseo que puede leerse en producir un corte. La apuesta es a nombrar el deseo que en esa acción se muestra. Así como en La joven Homosexual, estaba en juego el deseo de engañar, o en “el caso de los sesos frescos” el deseo de plagiar.

Se trata, entonces de interrogar nuestra angustia para dejarnos tomar por el juego transferencial, que no sabemos muy bien cual es, pero que si sabemos que si erramos en el blanco, si no encauzamos la situación, puede derivar hacia un pasaje al acto.

Recordemos lo que Lacan nos advirtió más de una vez, con relación a no retroceder frente a la angustia que algunas presentaciones clínicas nos despiertan cuando vislumbramos esa despiadada arista de lo real en la transferencia.

Un acto es comprometer a los otros allí, por poco que ceda el acto, nos recuerda Lacan (1) es el analista quien deviene el verdadero psicoanalizado, según se aperciba de ello, y así es cuanto mas cerca está a la altura de la tarea. La tarea es el psicoanálisis y el acto es por lo que el analista se compromete a responder de él.

María Cristina Calcagnini

NOTAS:

(1) J. Lacan Seminario inédito La lógica del fantasma, en Biblioteca EFBA, clase 10.
(2) J. Lacan, Conferencia de Roma, Razones de un fracaso, (1967) inédito en Biblioteca EFBA.
(3) Cristina Calcagnini, De las estructuras clínicas al nudo borromeo. Jornada de Escuela 2004, en Biblioteca EFBA
(4) J:Lacan, Seminario 17, Cap 17
(5) J.Lacan, Seminario 10, Cap 6. Editorial Paidos
(6) J.lacan, Sem. 10 Cap 9. Editorial Paidós