LA ANGUSTIA: INDEFENSION Y PERTURBACION ECONOMICA. Juan Carlos Cosentino. (Teorico 6 - 1994)



Vamos a tomar como eje de estas puntuaciones el texto de Freud: Inhibición, síntoma y angustia.
De todas maneras, en principio, si uno se encuentra con Inhibición, síntoma y angustia no es un texto fácil como para ubicar los ejes. Como nuestra idea es poner el énfasis y centrarnos en la angustia, brevemente, podría comentarles que en Inhibición, síntoma y angustia aparece la última de las formulaciones de Freud con respecto al concepto de angustia. En cierto sentido, este texto que acompaña los textos de la época de la segunda tópica y de Más allá del principio de placer, aparece casi como una tercera ordenación metapsicológica. La primera es la que coincide con La interpretación de los sueños que se redefine en la época del '15 con Lo inconsciente y La represión, después viene la segunda tópica que se acompaña de Más allá del principio de placer y esta tercera formulación de la angustia casi introduciría una tercera ordenación metapsicológica.
Por lo cual, desde el punto de vista de las formulaciones de Freud y de sus alcances con respecto a la clínica y los ejes de la dirección de su práctica, ubicarnos en Inhibición, síntoma y angustia es importante.
Voy a tomar como referente clínico algunas cuestiones del historial de Freud del año 1909: el pequeño Hans. Les aclaro que este historial está ubicado justo en la época en que formula su segunda versión de la angustia, vuelve a retomarlo con su ultima reformulación sobre la angustia, en algunos capítulos, fundamentalmente el IV y el VII, de Inhibición, síntoma y angustia.
Muy brevemente, con la segunda versión de la angustia, Freud sostenía que aquello que estaba afectado por la represión y particularmente en relación a la libido, se descargaba como angustia. Con la última reformulación abandona esta concepción (la segunda versión podría ser revisada y reinterpretada), y sostiene que la angustia se anticipa a la represión.
Los tres capítulos importantes de Inhibición, síntoma y angustia (no que los otros no lo sean) para esta cuestión que vamos a trabajar, son el IV, el VII y el VIII. Después es muy importante la "Addenda" de Inhibición, síntoma y angustia, los dos complementos a la teoría de la angustia.
Para encontrar cierto eje articulador que nos de cierta inteligencia del texto y, al mismo tiempo, que nos permita ubicarnos con respecto a esta última concepción de la angustia, vamos a tomar un primer comentario que Freud hace en el capítulo VII, con un pasaje rápido por el historial de Hans. Luego nos detendremos en un segundo comentario que hace en el cap. VIII. Finalmente vamos a hacer las últimas referencias sobre Hans y a continuación discutimos sobre lo que hablamos.
Hace poco, a raíz de una correspondencia, que por lo menos en Bs. As., en la Argentina era desconocida, entre Freud y Rank sobre el trauma del nacimiento, hice un comentario en el cual me voy a basar ahora, sobre estos dos párrafos (uno en el cap. VII y otro en el cap.VIII) que son los ejes articuladores para entender cómo está ubicada esta última teoría de la angustia en Freud.
En el Cap. VII, en un momento determinado, Freud sostiene, hablando de la famosa angustia del nacimiento o lo que también llama la primera vivencia de angustia, "que la primera vivencia de angustia, o sea, la del nacimiento, podría compararse (este término de la comparación es importante) a una castración de la madre y agrega, entre paréntesis, de acuerdo a la ecuación hijo=pene", o si ustedes quieren en términos más amplios, él ya tenía la fase fálica que la agrega en el '23, vale decir, hijo=falo de acuerdo a las ecuaciones simbólicas que ya había establecido. Entonces, lleva a cabo esta comparación entre esa primera vivencia de angustia y la castración de la madre.
Cuando comentemos, después que pasemos por Hans, la segunda observación de Freud, vamos a ver que en vez de comparación va a establecer una analogía entre esta angustia del nacimiento y lo segundo que Freud introduce, que es muy importante, lo que va a llamar la angustia traumática. Van a ver que no hay identidad entre la angustia del nacimiento y la angustia traumática, así como ahora tampoco hay identidad, a Freud le sirve la angustia del nacimiento para hacer una comparación con la castración de la madre.
)Cómo ubicarnos (hay otros comentarios en el cap. VII que son útiles para esta cuestión) con esta comparación que lleva a la castración de la madre?
En los textos que dedica a la sexualidad femenina que son: Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos, Sobre la sexualidad femenina y La feminidad, dice que, como pasa en la niña, cuando la niña se encuentra con el complejo de castración, la libido de la madre se desliza de nuevo (este de nuevo remite al Edipo de la niña) a lo largo de la ecuación simbólica a una nueva posición. Es decir, la libido de la madre se desplaza nuevamente, teniendo en cuenta la ecuación simbólica, a una posición nueva. Resigna, dice Freud, el deseo del pene o el deseo del falo por el deseo de un hijo y con este propósito toma al padre como objeto de amor; su complejo de Edipo culmina en el deseo de recibir como regalo un hijo del padre. Aquí aparece esta posibilidad simbólica de cambiar el falo por el hijo y esto la lleva de nuevo, la desliza de nuevo, como ocurrió una vez cuando niña, a lo largo de la ecuación simbólica, a esta nueva posición.
Por lo cual esta sustitución, falo por hijo, que pertenece al complejo de Edipo, reintroduce (otra vez de nuevo, pero apuntando a la estructura) lo que ya tenía que estar lógicamente antes. )Qué es esta anterioridad lógica? No se trata, a este nivel, de la castración de la madre, sino de la castración en la madre. Se comprende entonces la comparación que lleva a cabo Freud. Se inicia en el texto de Inhibición, síntoma y angustia en la castración de la madre, de acuerdo a la ecuación. Es la madre que tiene un hijo que de nuevo es confrontada, a través de la ecuación, con ese intercambio que tuvo que hacer para que, vía complejo de castración, entrara en el Edipo. Entonces, aparece este intercambio.
Pero esta comparación que realiza Freud, que se inicia en la castración de la madre, para que pueda llevarse a cabo, para que de nuevo una madre se pueda confrontar con la castración y haga este intercambio del falo por el hijo, tiene que haberse constituido previamente la castración, lógica y anteriormente, a nivel del Otro. El lugar en que se juega la castración, no de la madre sino en la madre, que va más allá de la madre del Edipo y que es este lugar estructural que tiene la castración definida en el Otro. Para decirlo con otras palabras, esa hiancia, aquello que Freud va a llamar en 1908 el núcleo de la neurosis, que se halla en el núcleo de la estructura.
Si no existiera esta anticipación lógica de la castración en la estructura no podría llegarse en la neurosis a que, de nuevo, en el caso particular de una madre, se encuentre con la castración.
En este texto Freud señala que la angustia se anticipa a la represión. La angustia crea la represión. )Cómo ubicar esta angustia, que no es: estoy angustiado, que no es una angustia observable? )Cómo ubicar esta angustia anterior a la represión? Para ubicar esta angustia hay que hacerlo a nivel del Otro. Esta angustia se ubica en el nivel del Otro. A nivel lógico, a nivel estructural, con ese término tan feliz que utiliza Freud que es el término de la indefensión, o, si quieren, desamparo. En términos de la estructura, allí donde la castración apunta a nivel del Otro, el que está desamparado, indefenso, es el Otro.
Cuando esto hace crisis en el sujeto, la indefensión queda del lado del sujeto, el sujeto se confronta con su propia castración. Pero en este punto más estructural, donde la castración se define a nivel del Otro, la indefensión (sin que sea observable) es del Otro. Entonces, se comprende la comparación que realiza Freud. Se inicia en la castración de la madre, de acuerdo a la ecuación, pero apunta a nivel del Otro, el lugar en que se juega la castración en la madre, esa hiancia que se halla en el núcleo de la estructura.
La angustia crea la represión. Esta angustia que se ubica en el nivel del Otro, retroactivamente, señala Freud, es una angustia de separación. "La privación del falo en el cap.VII, equivale a una nueva separación de la madre"(en Algunas consecuencias psíquicas escribe de nuevo, ahora se refiere a una nueva separación). Una cosa es la castración definida a nivel del Otro y otra cosa es encontrarse de nuevo, porque la castración está definida a nivel del Otro, con la propia castración. En su diferencia esta nueva separación "podría compararse a una castración (en) la madre".
Constituida lógicamente la castración en la madre, esto hace posible que se juegue la castración para el sujeto. En su diferencia esta privación del falo que equivale a una nueva separación podría compararse a la castración en la madre. Y como se trata de una nueva separación se sostiene en los principios que Freud ya había establecido (como le escribe a Rank en 1924): el Edipo y el rol del padre.
La castración en la madre va más allá de la madre del complejo de Edipo. Es un momento lógicamente anterior a la propia constitución del sujeto como sujeto sexuado, pero se ordena alrededor del falo. En el texto de 1923 escribe: "sólo puede apreciarse rectamente la significatividad del complejo de castración si a la vez se toma en cuenta su génesis en la fase del primado del falo". Sólo tomando en cuenta la fase del primado del falo se puede, retroactivamente, articular el complejo de castración. Por lo tanto, podríamos llegar a esta conclusión: la inscripción particular de dicha castración (no hay una castración, por el lado de la inscripción particular de dicha castración, hay castraciones) es lo que Freud va a llamar el complejo de castración.
Este es un eje muy importante para ubicar esta última teoría de la angustia. Esta necesariedad de definir la castración lógicamente para que pueda operar después, como crisis subjetiva, dicha castración. Si en la estructura existe una hiancia, cuya importancia es ordenar el movimiento, después, como ocurre con Hans, como tiene su particularidad, no hay una castración, sino que hay castraciones.
Ahora, ubiquemos algunos comentarios que hace Freud en Inhibición, síntoma y angustia sobre el pequeño Hans. Es interesante que después de haber trabajado muchos años sobre todas estas cuestiones, en dicho texto, vuelve a preguntarse por el enigma de la neurosis. )Cuál es el punto último que hace al enigma de la neurosis? Lo retoma no solamente con Hans, sino también con el Hombre de los Lobos. "Sin advertirlo -pág.140- nos hemos vuelto a topar con el enigmático problema, tantas veces planteado, de saber )de dónde viene la neurosis, cuál es su motivo último, particular?".
Uno de los primeros comentarios, referido a Hans, que hace en el cap. IV, es el siguiente: "no podemos designar como síntoma la angustia que aparece en esta fobia" (no es exactamente lo mismo la angustia que la fobia: la fobia es una cierta salida con respecto a la angustia). "Si el pequeño Hans, que está enamorado de su madre, al mismo tiempo, mostrara angustia frente al padre, no tendríamos derecho alguno a atribuirle una neurosis, una fobia". Nos encontraríamos, añade, con una reacción afectiva enteramente comprensible. Entonces, )qué es lo que la convierte en neurosis? Unica y exclusivamente un solo rasgo: la sustitución del padre, en términos freudianos del representante padre por el representante caballo. Y en términos de Lacan del significante padre por el significante caballo. Freud es categórico y dice: "es, pues, únicamente este desplazamiento -de padre a caballo- lo que se hace acreedor al nombre de síntoma". Aclara que, a diferencia de la neurosis obsesiva, la sustitución, punto esencial en la fobia, esta sustitución es aquel otro mecanismo que permite resolver sintomáticamente el conflicto de ambivalencia, que incluye el amor a la madre y el impulso hostil hacia el padre, sin la ayuda (como en la neurosis obsesiva) de la formación reactiva.
Freud (voy a pasar rápido, pero es interesante y lo pueden encontrar en el texto) va a decir que este desplazamiento está facilitado por la circunstancia de que a la edad de Hans están prontas a reanimarse las huellas innatas del pensamiento totemista. Entonces, aprovecha la poca distancia que existe entre los primitivos y el niño con los animales y la gran distancia que existe, después, a partir de los adultos. Como un elemento placentero, en el caso de Hans, tiene mucha importancia el papel que desempeña inicialmente el caballo. Aprovechando este pensamiento mágico totemista, después, se puede transformar en el objeto que "resuelve" la angustia y establece la fobia.
La segunda observación que hace Freud es que tampoco se entendería el cuadro clínico y tampoco se podría llegar a sostener la existencia de una fobia "si el pequeño Hans hubiera mostrado de hecho una conducta así -una hostilidad, como síntoma, dirigida sólo al caballo en lugar del padre- hacia los caballos". )A qué se refiere? Si en lugar de su angustia frente al caballo Hans hubiera desarrollado una inclinación a maltratarlos, golpearlos; si hubiera dejado traslucir de manera nítida su deseo de verlos caer, hacerse daño y, llegado el caso, reventar dando respingos (lo que en el historial aparece como hacer barullo con las patas). O sea, si la hostilidad se hubiera jugado directamente con respecto al caballo en lugar de su angustia -la inclinación a maltratarlos, golpearlos, etc.-, "no habríamos formulado el juicio de que padecía de una neurosis. Una cosa nos salta a la vista": con una conducta así hacia los caballos, "el carácter de la moción pulsional agresiva no habría sido alterada en nada por la represión, sólo habría mudado de objeto". Seguiría la moción pulsional agresiva, chocante, y, entonces, la represión no la habría alterado y tampoco podríamos hablar de una neurosis, ni de una fobia.
"Ha ocurrido -comenta- algo más". Lo que nos permite darle ese valor a la sustitución, aunque no alcanza con la simple sustitución. Esto en más surge a partir de otro fragmento de análisis. )Cuál es este otro fragmento de análisis? )Cuál es, en términos de Freud, el contenido de su fobia? No solamente el miedo al caballo, la angustia frente al caballo, sino específicamente "la representación de ser mordido por el caballo". Entonces -señala-, la explicación tiene que venirnos de otro lado: el motor de la represión en Hans es "la angustia frente a una castración inminente" (en su diferencia puede compararse con la inminencia del objeto, ver pág. 6). Por angustia de castración resigna el pequeño Hans la agresión hacia el padre e incluso la investidura de objeto-madre tierna (los dos componentes del Edipo). "Su angustia de que el caballo lo muerda puede completarse: que le arranque de un mordisco los genitales, lo castre". Por lo tanto, el complejo de Edipo, en el caso particular de Hans, choca, se estrella, en efecto, contra el complejo de castración. De ahí que el motor de la represión es la angustia -o sea, la angustia se anticipa a la represión- frente a la castración.
)Cuál será lo específico de lo angustiante? Ser mordido por el caballo. Ahora es un sustituto específico, transpuesto o desplazado (Entstellung), escribe Freud, del contenido "ser castrado por el padre". Ahora sí la sustitución tiene su apoyatura y su especificidad, y este cuadro puede ser denominado neurosis y, en particular, fobia.
Entonces, ustedes se encuentran en el cap. VII de Inhibición con este comentario: Freud nos indica que la exigencia pulsional (esta exigencia pulsional que está directamente articulada aquí con las dos líneas del Edipo: el amor a la madre y la hostilidad hacia el padre) no es un peligro en sí misma; lo es sólo porque conlleva un auténtico peligro exterior. )Cuál es este peligro? El de la castración.
Por lo tanto -añade realizando un segundo giro-, en la fobia en el fondo sólo se ha sustituido un peligro exterior por otro peligro exterior. La exigencia pulsional no es un peligro interior, es un peligro exterior porque implica el de la castración. Se sustituye el peligro de la castración por el peligro de ser mordido, en el caso específico de esta fobia, por un caballo.
El peligro exterior vuelve a ser exterior a partir de la aparición del objeto que tiene valor de significante: el caballo. Por lo tanto, en relación a la angustia, el peligro es el peligro de la castración.
Vuelvo a retomar lo que decía al inicio para ubicar aquí cuál es el punto de articulación. Freud escribe que la primera vivencia de angustia, la del nacimiento, podría compararse a una castración de la madre, de acuerdo a la ecuación hijo=pene.
Ese lugar de hiancia que se ubica en el núcleo de la estructura nos lleva a que lógicamente antes tiene que estar la castración en la madre, que va más allá de la madre de Hans y de la madre del Edipo: ese momento lógicamente anterior a la propia constitución de Hans como sujeto sexuado. Como dice Freud en Inhibición, la angustia de castración que sobreviene en la fase fálica (esto sí interesa al historial de Hans) es una angustia de separación. El peligro es aquí la separación de los genitales que aparece jugado, a través de la sustitución, en este temor y en esta fantasía de que el caballo lo castre. Por lo tanto -comenta-, la privación de ese miembro, el pene, equivale a una nueva separación de la madre. Es decir, cuando Hans se separa de la madre en el nacimiento no se trata aún de un sujeto sexuado, sólo vale allí la castración que se juega a nivel de la estructura. Constituida e inscripta esa castración que se juega a nivel de la estructura, cuando Hans se confronte con el complejo de castración, a través de la reactivación del Edipo, con esa hostilidad hacia el padre (también la actitud pasiva tierna frente a él) y el amor a la madre, se constituye el síntoma. Entonces, de nuevo (ahora sí atañe a su posición subjetiva en el momento de crisis de su castración) la privación del pene equivale a una nueva separación de la madre. En el momento anterior, si tiene algún valor, tiene valor como "castración en la madre". Insisto, la castración en la madre es un momento lógicamente anterior a la propia constitución del sujeto como sujeto sexuado, pero se tiene que ordenar retroactivamente alrededor del falo, como lo comentamos antes. Por lo tanto, esa hiancia -núcleo de la estructura- , la castración en la madre (insisto que no se trata de la madre del Edipo), cuando se inscribe particularmente como en el caso de Hans bajo esa forma sintomática, vale -dicha castración- como complejo de castración.
La revisión de este historial, junto con la revisión que hace en Inhibición del historial del Hombre de los Lobos, le permite a Freud, 17 años después de haber formulado su segunda versión de la angustia, descubrir el lugar central de la angustia en la estructura. La angustia crea a la represión y no al revés.
Voy a ubicar, muy esquemáticamente, tres momentos, aprovechando el historial de Freud, que Lacan marca con respecto a cómo se articula el movimiento, con el análisis, de la sintomatología de Hans.
1) En un primer momento no hay angustia ni fobia. En ese primer momento la relación de Hans con la madre es definida por Lacan como un paraíso de engaño: se desliza en lo que es como imagen (cuerpo=falo) para el amor de su madre. Allí se da todo un juego de Hans con la madre donde se juega a que el falo está en todas partes y no está en ninguna. Este es un juego de presencia y ausencia en una dialéctica imaginaria de engaños. Se trata de engañar en la madre (a través de este juego imaginario con el falo) ese deseo de falo que, a poco de andar, se demuestra que no puede ser satisfecho. En ese momento en que vive en un paraíso de engaño, Hans intenta engañar en la madre dicho deseo de falo.
Hay muchos lugares en el historial que se pueden tomar como referencia. Les comento uno solo, que es el juego de las escondidas que juegan la madre y Hans.
Otra vez, tenso, -pág.10 del historial- Hans ve cómo su madre se desviste para meterse en la cama. Ella pregunta: *Pues, )por qué miras así?+. Hans: *Sólo para ver si tú también tienes un hace-pipí+ (las palabras con que Hans se refiere al pene). La madre, que "ayuda mucho" (por eso les decía que no hay castración sino castraciones), le contesta: *Naturalmente. )No lo sabías?+ Hans: *No, pensé que como eras tan grande tendrías un hace-pipí como el de un caballo+ (La importancia en el historial del caballo).
Interrumpo el diálogo y muestro este momento de juego y esta renegación que la madre hace de la pregunta de Hans (a pesar de que en ese período Freud tenía cierta ilusión con respecto a la pedagogía, la respuesta de la madre es particularmente complicada).
En este momento no hay angustia ni fobia, es el momento en que Hans juega este juego de escondidas y trata de satisfacer en la madre ese deseo de falo, aunque después se va a demostrar que, estructuralmente, no se puede satisfacer.
2) Posteriormente surge la angustia. No obstante, tenemos que hablar primero de la fobia porque se puede pensar la angustia a partir de la fobia; la fobia aparece en tercer lugar. En principio, en el historial, no hay un acontecimiento crítico, específico, que la explique. Hay uno que es importante, que es el nacimiento de la hermana, que tiene un rol retroactivo, pero que no es lo que verdaderamente desencadena la angustia que lleva a la fobia. La fobia surge 15 meses después. Freud también se refiere al comienzo de la masturbación activa y también, con la colaboración de la madre, a la amenaza que recibe de parte de la misma madre. Si bien tienen también un rol retroactivo, tampoco son específicamente los que desencadenan la angustia, que después va a llevar a la fobia. Retroactivamente tienen algún valor, pero ni la masturbación activa, ni el nacimiento de la hermanita, ni la amenaza de castración que recibe de la madre desencadenan la angustia que lleva a la fobia.
Lo que tiene mayor especificidad -queda señalado por Freud y es retomado por Lacan- es que la angustia sobreviene en el momento en que el pene de Hans se vuelve real, cuando (es lo que Freud llama la masturbación de la primera infancia) tiene una primera sensación de excitación sexual (no es la masturbación activa). Vale decir, se encuentra con una primera experiencia de sensaciones erógenas. Pero esta no es una experiencia como la experiencia activa placentera, la de la actividad autoerótica. Esta es una experiencia a la que ustedes tienen que darle el mismo valor que Freud le da en el Manuscrito K, con la histeria y con la neurosis obsesiva, a la que llama experiencia sexual traumática (en ese tiempo aun no había ubicado a la fobia). Esta irrupción del pene real de Hans bajo una primera excitación sexual con sus primeras erecciones, que no es una masturbación activa, tiene el mismo valor que la experiencia sexual traumática. Hans se encuentra, sin poder dar cuenta de eso, con un goce pulsional de difícil asimilación simbólica; no hay palabras que puedan pasar por allí. Todo el esfuerzo del análisis, guiado por Freud y conducido por el padre, es, en última instancia, encontrar alguna medida para esta irrupción traumática de la sexualidad en Hans.
Bien, partimos del juego de engaños. Ahora, nos encontramos con la aparición de la angustia. Retroactivamente va a tener que ver con el nacimiento de la hermanita, con la masturbación activa y con la amenaza de la madre. Pero, lo que verdaderamente la desencadena es esta irrupción de este goce pulsional ligado al pene de difícil asimilación simbólica. Por ahora, este goce pulsional, lo dejamos momentáneamente entre paréntesis.
Señalamos que en los juegos de engaño Hans podía darle una satisfacción sustitutiva a la madre. Pero si Hans trataba de engañar ese deseo de falo en la madre, la falta estaba ordenando ese juego. O sea, no estaban ellos dos, sino que había un tercer elemento que iba más allá del juego entre la madre y Hans, que ordenaba el juego mismo, que lo velaban con el juego y que era la falta.
Para ubicar esta cuestión de que no hay una castración, sino castraciones, en el caso específico de la relación entre Hans y la madre, no es lo mismo si el niño es la metáfora del amor de la madre por su propio padre (por ello les decía que en una madre se juega de nuevo la castración), o sea, cuando el niño viene a sustituir el amor por el padre y se puede hacer la ecuación del falo por el niño o ( que es lo que sucede con la madre de Hans) no es la metáfora del amor por su propio padre, sino que es la metonimia de su deseo de falo, que no tiene y lamentablemente no tendrá jamás. En este segundo caso que es específico de esta madre particular, la madre de Hans, el niño no puede aparecer como portador del falo, no puede entrar en la metáfora y en esta ecuación simbólica, sino que por la ecuación que Freud dejó abierta y que se desarrolló después por los postfreudianos, la ecuación cuerpo=falo, el niño es en su totalidad metonímico.
Cuando las cosas se complican, porque aparece la angustia, no sólo hay represión, sino que, en el discurso, aparece la regresión. Habíamos señalado en términos del punto central de la estructura el temor de ser mordido por el caballo, que Freud lo ligaba a esta cuestión de la castración. Pero en la regresión, la regresión toma la dimensión oral. En Hans aparece el temor a ser devorado por la madre, donde el caballo también sustituye a la madre, o sea, en tanto caballo que muerde. En este punto de la devoración (que es muy complicado en la paranoia y que en la paranoia también tiene que ver con esta irrupción de la sexualidad traumática): de convertirse en presa librada a la madre (la neurosis de Hans no es una paranoia, sino que es una fobia).
3) No obstante, no hay que olvidarse que ese caballo, al mismo tiempo que sustituye a la madre, es simbólico, vale como significante y suple -pues en el historial se ve que el pequeño Hans no teme manifiestamente del padre comportamientos tan abusivos como la castración- al significante del padre simbólico, según la analogía padre=animal totémico. Allí donde falla la función del padre el caballo también vale como sustitución y entonces le da alguna salida a la angustia constituyendo, como síntoma, la fobia.
Antes de la emergencia de la fobia, que es consecuencia de la angustia, el pequeño Hans se interesa por el hace-pipí para saber dónde está y no más como juego de engaño en la relación con la madre.
Entonces, se entiende, por lo menos esta es una primera explicación, la emergencia de la angustia. La comparación introduce la angustia como angustia de la insuficiencia. De la discordancia entre la imagen que representa de sí y la realidad, que le resulta miserable, nace la angustia. Ahora puede medir toda la diferencia que existe entre aquello por lo que era amado (todo su cuerpo tomado como falo, la ecuación cuerpo=falo) y su pene.
La madre sanciona en un momento determinado, a raíz de ciertos juegos masturbatorios, el pene de Hans como una porquería. En el momento en que Hans sale del juego de engaño, cuando, de alguna manera, tiene que ser representado por la emergencia de este pene que la madre sanciona como una porquería, ya no puede volver al juego de engaño y sustituir con todo su cuerpo aquello que, de todas maneras, no podía satisfacer: ese deseo de falo de la madre.
Entonces, surge la angustia -este es un término de Lacan y una primera evaluación de la cuestión de la angustia-, como una angustia de la insuficiencia. Su pene es insuficiente para representarlo con respecto a ese deseo que es imposible de colmar. Esto lo hace entrar en el complejo de castración, allí surge esa particularidad que les recordaba del padre y, entonces, la salida es encontrar alguien que sustituya al padre: el caballo. Dicho representante caballo, además, lo arranca de la angustia y lo lleva a la fobia. La fobia no hace desaparecer la angustia, pero le pone algún límite a dicha angustia.
Si el padre no está a la altura de su función, el niño puede sentirse aspirado por la falta maternal (que de todas maneras ordenaba el juego de engaño mientras no había angustia). De donde el recurso al animal fóbico como un elemento simbólico encargado de mantener la separación entre los tres términos de la relación imaginaria: Madre-Niño-Falo. Así la fobia muestra claramente que la función del síntoma (a la fobia podemos caracterizarla como un síntoma) es una función de suplencia, en este caso específicamente de la falla de la función del padre. Por esta razón, sin duda, Freud hace del animal totémico un nombre del padre prehistórico, en Tótem y tabú.
Entonces, podríamos ubicar dos momentos:
a. Los caballos, el objeto significante de la fobia, nacen de la angustia. b. Pero lo que producen no es angustia, sino miedo. Esa diferencia importante que hace Freud entre angustia, miedo y terror. El miedo, en cierta forma, es ante algo, la angustia es indeterminada. Entonces los caballos nacen de la angustia, pero producen miedo. Pueden morder, también pueden caerse, pero permiten articular algo. Se puede nombrar, respecto de la angustia, algo a través del miedo. Es esta la ventaja que el síntoma como sustituto introduce.
)Cómo hacer, ya que no puede ser asimilado simbólicamente, cómo hacer para asimilar ese pene que irrumpe allí, esa pulsión traumática que irrumpe allí? Estas sustituciones funcionan pero no terminan de asimilar ese goce al que después volveremos.
En la vertiente simbólica, como el pene en Hans no está amenazado por el padre, por la falla de esta función del padre, no lo puede soportar sin angustia. Entonces, entre las fantasías de Hans hay una que es muy importante donde hace intervenir al plomero. Hay dos fantasías. Una es del 11 de abril y la otra es del 2 de mayo.
1. En la fantasía del 11 de abril, está en la bañera, viene el plomero, destornilla la bañera, toma un gran taladro y se lo mete en la panza.
2. En la fantasía del 2 de mayo, Hans cuenta: *ha venido el plomero y con unas tenazas me ha quitado primero el trasero y después me ha dado otro y después el hace-pipí. El ha dicho: enseña el trasero y yo he tenido que darme vuelta y él lo ha quitado, y luego ha dicho enseña el hace-pipí+. Ahí termina Hans el relato de su fantasía.
Con respecto a la fantasía del 2 de mayo, la operación es incompleta porque no le quita el hace-pipí, no hay un corte que complete la fantasía. Va a tener un cierto acceso a la castración, pero va a tener cierta particularidad dicho acceso a la castración. Es cierto que el padre dice: también te ha quitado el hace-pipí y te ha dado uno más grande y Freud comenta estar totalmente de acuerdo porque en ese punto había que, de alguna manera, articular la teoría. Pero Hans se interrumpe allí: la operación es incompleta.
La fantasía del 11 de abril es muy importante. Aparece cierta posibilidad de que la bañera madre (hay una articulación entre la bañera y la madre) pueda ser destornillada ya que Hans está muy fijado a la madre. Esta aspiración de la madre, como indicamos, sin un padre que pueda poner alguna medida, lleva a que se reactive de nuevo la angustia. Entonces, aparece la posibilidad de que la bañera madre pueda ser destornillada, o sea, que Hans pueda salir de esa posición de fijación a la madre, de ser solidario con la madre. Que algún tornillo se afloje y alguna sustitución sea posible, aunque la sustitución pase por el caballo, que no solamente es la madre que devora, sino que es también el sustituto del padre que pone algún límite a esta devoración materna.
La especificidad que tiene este historial es que Hans, en realidad, no tuvo que perder el pene y entonces la castración queda, dentro de la neurosis, con esta particularidad: la operación fue incompleta.
Lacan se pregunta: )la heterosexualidad de Hans está asegurada? Sí, está asegurada, lo mismo que su neurosis. Hay algo que falta, la falta está girando allí, y él pregunta por lo que falta, pero, de todas maneras, hay un cierto resto que deja la fobia. No voy a entrar en esta cuestión, pero de alguna manera Hans va a ser un heterosexual. No se trata en este caso de una homosexualidad, pero no puede privar a la mujer de falo. Una de las fantasías que aparece es con sus amiguitas: él tiene niñas. Esto no está jugado en términos de la ecuación en el sentido metafórico, sino que está jugado en el sentido de darle niños-falos a la madre. AUn hombrecito capaz de engendrar niños en su imaginación y satisfacerse enteramente con ellos@. Este es el punto en el cual, desde la teorización que Lacan hace del historial de Freud en la época del Seminario IV, La relación de objeto, quedan las cosas.
Hago un paréntesis aquí. Dicho paréntesis es para hacer una aproximación de esta cuestión que dejaba abierta en el historial, que es ese punto traumático de la sexualidad, la emergencia del pene, no del lado simbólico, sino del lado de ese encuentro con un goce que no se puede asimilar y darles una referencia al otro término importante en Inhibición, que es la angustia traumática.
En el cap. VIII Freud introduce la angustia traumática que también sostiene en la angustia del nacimiento. Brevemente, lo que dice allí es que "la reflexión más somera nos conduce más allá de esa insistencia en la pérdida de objeto". La pérdida de objeto, en Freud, está ligada no a la angustia traumática, sino a la angustia señal que evita que uno sea llevado a la situación de la angustia traumática. En principio, se va a ubicar más allá de la pérdida de objeto. Comenta: "entonces, la situación que el sujeto valora como peligro y de la cual quiere resguardarse es la situación de la insatisfacción, el aumento de la tensión de necesidad, frente al cual es impotente" (con lo cual introduce el desamparo del lado del sujeto).
Que el yo vivencie en un caso un dolor que no cesa, en otro caso un éxtasis de necesidad que no puede hallar satisfacción -en relación con el principio de placer-, la situación económica es, en ambos, la misma y el desvalimiento motor encuentra su expresión en el desvalimiento psíquico. Vemos ahora, agrega Freud, que la situación de la insatisfacción en que las magnitudes de estímulo alcanzan un nivel displacentero cercano al dolor, sin que se las domine psíquicamente, tiene que establecer para el lactante "la analogía (no dice identidad) con la vivencia del nacimiento, la repetición de la situación de peligro; (...) lo común a ambas (angustia de nacimiento y angustia traumática) es la perturbación económica por el incremento de las magnitudes de estímulo en espera de tramitación".
O sea, lo que Freud descubre es que cuando el aparato psíquico puede ligar las magnitudes de estímulo no se produce esta perturbación económica. Cuando falla la ligadura se produce esta irrupción económica que no es idéntica, sino que, por analogía, se puede comparar con la angustia del nacimiento de la cual el niño no puede dar ninguna noticia.
)Por qué se puede comparar? En principio porque la perturbación económica constituye para Freud el núcleo genuino del peligro.
)Cómo ubicar esta perturbación económica, núcleo del peligro y ya no de la castración en la madre? (que era el otro punto de comparación). "La angustia del nacimiento, como la angustia del lactante (angustia traumática) -dice Freud- no puede ser interpretada psicológicamente". )Qué quiere decir con esto? Quiere decir, son palabras de Freud, que psicológicamente no nos dice nada.
Entonces, esta ausencia de significación ubica a la perturbación económica como uno de los nombres freudianos del goce y, al mismo tiempo, fuera de la función de la palabra. La emergencia de ese goce pulsional que no se puede asimilar simbólicamente y que les señalaba en Hans: lo que desencadena la angustia. A esto se refiere Freud en Inhibición al comentar que la angustia traumática como tal "carece aún de todo contenido psicológico o psíquico".
Aparece la analogía, no se trata de identidad, la angustia traumática no corresponde al trauma del nacimiento salvo en un punto. )En qué punto? En que el trauma del nacimiento también vale, aunque el niño no lo pueda leer, como irrupción económica o irrupción de goce, y en ese sentido solamente se puede establecer esa analogía. La angustia traumática indica pues para Freud ese momento en el cual se produce lo que la diferencia del miedo y de la angustia señal: el terror. El sujeto no está preparado y hay sorpresa.
)Por qué no podría ser posible, se pregunta Freud en la 320 conferencia, que la angustia no se provocara como señal, sino que naciera como algo nuevo con un fundamento propio? Contesta que la experiencia clínica dice de manera tajante que es así. Ustedes cuentan, en Freud, con la experiencia de lo siniestro, del unheimlich, con los sueños de angustia e, incluso, con los sueños que aparecen en la neurosis traumática. En el instante del despertar irrumpe como factor traumático, en el mismo punto donde para el sujeto inauguralmente esta perdida esa satisfacción mítica de la experiencia de satisfacción, en ese mismo punto de pérdida, la perturbación económica. Freud va a decir, en una llamada a pie de página en Inhibición, que se trata de la exigencia pulsional masoquista, no está hablando del cuadro masoquista, sino de la introducción de la pulsión de muerte. "Se trata de la exigencia pulsional masoquista ante cuya satisfacción el yo retrocede aterrado, la pulsión de destrucción vuelta hacia la propia persona". A pesar del bienestar más inmediato, incontables veces, contradiciendo dicho bienestar e introduciendo el más allá del principio de placer, el sujeto se aferra a ese punto de goce que para él es traumático y produce displacer.
Una breve referencia a Hans. )Qué es lo que en Hans provoca, no esa masturbación activa, sino esa primera excitación sexual que desencadena la angustia y que después lo lleva, necesariamente, a tener que estructurar una fobia?
Aquello que quiebra su unidad imaginaria. Ustedes saben, esto lo estableció Lacan, no hace falta que esté el espejo, pero si encuentro en el espejo mi imagen reflejada, no hay angustia. Recibo cierta anticipación de la unicidad corporal, lo que Freud llama narcisismo, el objeto de la elección de objeto, el objeto de amor, y allí me sostengo, no hay angustia y creo que estoy, más o menos, bien parado en el mundo.
Esa primera irrupción de ese goce traumático, sexual, pulsional, tiene que ver con esa emergencia particular en Hans del pene. Produce la ruptura, la fractura de la unidad de la imagen narcisística especular y esto introduce para Hans un doble efecto. Aparece algo que está fuera del cuerpo imaginario, tiene que ver con el cuerpo, pero no es el cuerpo imaginario, el cuerpo libidinal narcisístico; es un cuerpo fuera-del-cuerpo y, al mismo tiempo, no tiene representación en el espejo (fuera-de-representación), tal como podemos leerlo en el Seminario X, "La angustia".
Esta ausencia, un llamado no audible (el Krawallmachen) o una mirada no visible (la mancha negra alrededor de la boca), tiene que ver con el cuerpo que no pertenece al cuerpo especular, que está afuera de las leyes del espacio tridimensional y es lo que produce angustia traumática o terror. Es ese instante en que aparece algo que me sorprende y que no tiene representación en el espejo. En el caso particular de Hans lo que fractura su unidad especular es esta emergencia de ese goce extraño que está ligado con su primera excitación sexual (cuando el pene se ha vuelto real), que no es asimilable y que, en tanto tal, surge independientemente de ningún Otro que lo pueda calmar. Tampoco el Otro puede ser garante de la emergencia de ese goce traumático.
En el año '75, o sea, muchos años después que Lacan trabajó el pequeño Hans en el Seminario IV, La relación de objeto, vuelve y hace este breve comentario: "la sexualidad es siempre traumática en tanto que tal -Conferencias y encuentros en las universidades norteamericanas-. La primera forma del trauma es evidentemente aquella de la cual Freud da testimonio. (...) )En qué consiste entonces la fobia de Hans? En el hecho de que él constata de repente que tiene un pequeño órgano que se mueve. Es absolutamente claro. Y quiere darle un sentido (esto que decíamos: que la angustia traumática carece de significado psicológico). Pero por más lejos que vaya ese sentido, ningún niño comprueba jamás que ese pene le está atado naturalmente. El considera siempre el pene como traumático. Quiero decir que piensa que pertenece al exterior del cuerpo (al exterior del cuerpo narcisístico). Es por ello que lo mira como una cosa separada, como un caballo que comienza a levantarse y dar coces". Ha pasado de la angustia de la insuficiencia a la angustia traumática: el órgano como real, la realidad sexual.
En otro comentario que Lacan realiza -Conferencia en Ginebra sobre el síntoma- en esos años, señala: "Freud insistió mucho al respecto. Creyó poder enfatizar especialmente el término de autoerotismo, en la medida en que el niño descubre primero esa realidad sexual -(la realidad sexual!- en su propio cuerpo. Me permito -esto no me ocurre todos los días- no estar de acuerdo y no estarlo en nombre de la obra de Freud mismo. (...) En ciertos seres, así llamados, el encuentro con su propia erección no es autoerótico en lo más mínimo. Es lo más hetero que hay.
Se dicen: )pero qué es eso? Y se lo dicen tan bien, que el pobre Hans sólo piensa en eso -lo encarna en objetos que son francamente externos, a saber, en ese caballo que piafa, que da coces, que corcovea, que cae al suelo-. Ese caballo que va y viene (...) es totalmente lo más ejemplar para él de aquello que tiene que enfrentar y sobre lo cual no entiende nada, sin duda gracias a que tiene cierto tipo de madre y cierto tipo de padre. Su síntoma es la expresión, la significación de su rechazo".
Pues bien "ese rechazo no merece en lo más mínimo ser etiquetado como autoerótico, con el sólo pretexto que ese Wiwimacher (hace-pipi) lo tenga enganchado en algún lugar de su bajo vientre. El goce que resulta de ese Wiwimacher le es ajeno hasta el punto de estar en el principio de su fobia. Fobia quiere decir estar amedrentado por él".
En el historial lo que a Freud le llama la atención es que en este movimiento de sustituciones, donde se trata de reemplazar al padre, de todas maneras, hay momentos en los cuales se complica el cuadro y emerge angustia. Dicha angustia se acerca un poco al terror: ese momento donde no se está preparado y que es lo que más se aproxima, no a la angustia señal, sino a la traumática. Es el momento en que Hans tiene miedo de que el caballo se caiga, haga ruido o jaleo con las patas (el Krawallmachen). Freud comenta que esto podría tener que ver con la escena primaria, pero el padre le ha dicho que no hay ningún indicio. No obstante, Hans estuvo en la habitación de los padres hasta los 4 años.
Unos años después señala en Algunas consecuencias psíquicas que la primera excitación sexual se produce por el encuentro con la escena primaria.
La excitación que produce el espiar con las orejas o los ojos la escena primaria -un no observable- puede producirse de distintas maneras. Puede producirse como en Hans una primera sensación de excitación sexual: el encuentro con su propia erección. Puede haber una micción o puede haber una defecación. La defecación es lo que le sirve a Freud, si revisan el historial, para establecer una relación entre la escena primaria y esa primera excitación con la cual el Hombre de los Lobos trata de velar ese encuentro con la castración que le viene del Otro.
En el pequeño Hans esto pasa por esa irrupción de ese goce pulsional cuando su pene se mueve y no puede darle un sentido. En el historial, después, ese goce hetero Hans lo encarna en objetos externos. Se desplaza a esos caballos que pueden caer y pueden hacer barullo. Empieza a tomar una dimensión importante el ruido. O sea, no la palabra que tiene soporte significante, sino ese ruido que está no fuera del lenguaje, pero sí fuera de la función de la palabra. Se trata de un cierto ruido que tiene cierta relación con la voz y que constituye el lugar donde más emerge la angustia traumática en el historial. El momento donde no se le puede dar ningún tipo de significación. Queda como el agujero negro del historial. )Qué es un agujero negro? Es eso negro que está alrededor de la boca de los caballos. Se trata de darle distintas significaciones, pero resiste a ser asimilado por el lenguaje, por la palabra fundamentalmente. Ese goce ligado al descubrimiento traumático del pene que no puede ser integrado, se desplaza a ese ruido, se desplaza a ese agujero negro, que es, en última instancia, lo que se conecta, en Hans, con el valor de la mirada y que no puede ser asimilado de ninguna forma.
)Cómo termina Hans muchos años después del análisis con Freud y ya en su vida adulta? Concluye inventando lo que no existía en esa época: el lugar de director de escena de ópera, lo que se llama régisseur.
Por una serie de conexiones, el padre tenía muchas influencias, él asiste a ver espectáculos de ópera y se entusiasma con inventar ese lugar, que no existía entonces, y finaliza siendo director de escena de ópera.
Dos pequeñas anécdotas. El asiste a una función de Reinhardt, a través de un amigo del padre, mediante una tarjeta de presentación que le da su padre. Pero se trata de una sola tarjeta para una función. Hans, ya a los 16 años, se entusiasma y va a otras funciones. Cuenta con otras tarjetas del padre sin firmar. Falsifica la firma del padre y llega a ver casi tres mese de producciones. El amigo del padre -Kahane- no dice nada, cada vez lo recibe. Cuando terminan las funciones, se va a despedir del amigo del padre para agradecerle. Y Kahane le dice: mire, usted no hubiera necesitado falsificar la firma de su padre, si hubiera sido su interés y su deseo de asistir me hubiera dicho e igual lo habría autorizado. Entonces Hans dice: ahí recibí un golpe muy grande y a partir de ese momento empecé a pensar que me podía desenvolver de otra manera: "fue el momento decisivo de mi vida. Sentí que podía hacer por la ópera lo que Reinhardt había hecho por el texto hablado". Se propone ser director de escena de ópera y lo logra. Estudia, e incluso inventa lo que no existía: la profesión de director de escena de ópera.
Una entrevista no psicoanalítica que le hace Francis Rizzo en una revista de ópera (Opera News) de los E.E.U.U. le sirve al periodista para titular dicha entrevista. Herbert Graf, a raíz de la pregunta inicial que le hace Rizzo, señala que el director de escena de ópera es el hombre invisible de la ópera. Entonces, en 1972 el periodista titula: "Memorias de un hombre invisible".
A partir de otra pregunta sobre el padre -A)fue también miembro del círculo íntimo de Freud y un temprano defensor de sus teorías?@-, contesta: Afue de hecho el primero en aplicar el método psicoanalítico al estudio del proceso creativo en su artículo AWagner in Fliegenden Hollander@. Y fue también uno de los primeros terapeutas freudianos. Cuando yo era todavía muy pequeño, desarrollé un miedo neurótico hacia los caballos. Freud me hizo un examen preliminar y luego dirigió el tratamiento con mi padre de intermediario, utilizando una especie de juego de preguntas y respuestas que luego se convirtió en una práctica standard de la psiquiatría infantil. Freud documentó mi cura en su artículo de 1909 AAnálisis de la fobia de un niño de cinco años@, y, como primera aplicación de la técnica psicoanalítica a la neurosis infantil, el caso del APequeño Hans@ -como se lo conoce popularmente- es aún un estudio clásico en este campo.
No recordé nada de esto hasta años más tarde, cuando me encontré de casualidad con el artículo en el estudio de mi padre y reconocí algunos de los nombres y lugares que Freud había conservado sin modificación. En un estado altamente emotivo, visité al gran doctor en su consultorio de Bergasse y me presenté como el APequeño Hans@. Detrás del escritorio Freud se asemejaba a los bustos de los filósofos griegos con barba que había visto en la escuela. Se levantó y me abrazó afectuosamente diciendo que no podía desear mayor vindicación de sus teorías que el ver al alegre y saludable joven de diecinueve años en que me había convertido@.
En las Conferencias para Lacan el caso Hans -un heterosexual con cierta resolución particular de su castración- "fue en éxito, )pero qué significa esto sino que su padre, con la ayuda de Freud, logró impedir que el descubrimiento traumático del pene tenga consecuencias más desastrosas?".
Es ese punto problemático de lo que no se puede asimilar. En este caso, en última instancia, se trata de eso negro que se relaciona con la mirada. Al inventar ese lugar de director de escena de la ópera, encuentra, más allá del análisis, la función de suplencia que tiene el sinthome, como lo define Lacan en 1975. Vale decir, una suplencia distinta a la del síntoma fóbico.
Una forma de ligar de otro modo esa mirada problemática, ese agujero negro que no se podía significar de ninguna manera en el historial. O sea, la función escópica, que también es invisible porque no aparece en el espacio del espejo, y donde la invención de un lugar -régisseur-, posibilita que se anude de otra manera, que aquella del desamparo en la fobia. Con la invención de esa actividad que no existía, puede operar, de otra forma, con ese punto problemático de su goce.
ALa profesión de director de escena de ópera -comenta-, tal como la conocemos, no existía en ese entonces. Es más no había escuela, ni indicaciones para su estudio. Tuve que inventarla@.
Vale decir, Ala intervención del profesor Freud -Conferencia en Ginebra, pág. 128-, mediatizada por el padre, no es más que una artimaña cuyo único mérito es el de haber sido exitosa@.
Con la invención -director de escena-, como Ahombre invisible de la ópera@ cuya Alabor es permanecer entre bambalinas@ (una nueva suplencia del principio de placer que había fracasado con el más allá: lo real de ese agujero negro), se produce otra articulación, que no deja de ser fantasmática, para la función de la mirada.
AEn la cañada del Lobo -comenta-, yo regresaba como uno de los espectros. En la última campanada de las doce debíamos desaparecer todos mágicamente. Desafortunadamente, la calavera que usaba como parte de mi vestuario me impidió escuchar la campanada de medianoche, de modo que el público, en lugar de ver una cañada desierta, disfrutó de la visión iluminada por la luna de un solitario fantasma pasando rápidamente con desesperación entre los arboles buscando una salida entre los bastidores@.
A partir de allí, la introducción de diferentes Atécnicas de escenificación@, como Ala novedad del escenario giratorio@, le permite a Herbert Graf, Aen medio de sus aventuras en la producción de ópera@, funcionar creativamente.
Referencias bibliográficas:
1) Freud, S.: Inhibición, síntoma y angustia (cap. IV, VII, VIII y "Addenda"), A.E., XX.
2) Freud, S.: Sobre las teorías sexuales infantiles, A.E., IX, 191.
30 Freud, S.: Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos, A.E., XIX.
4) Freud, S.: Análisis de la fobia de un niño de cinco años (el pequeño Hans), A.E., X.
5) Correspondencia S.Freud-O.Rank, Seminario Lacaniano, N16, Bs.As., 1994, págs. 4-9.
6) Freud, S.: La organización genital infantil, A.E., XIX.
7) Lacan, J.: El Seminario, libro 4, La relación de objeto, Paidos, Bs.As., 1994.
8) Freud, S.: Totem y tabú, A.E., XIII.
9) Freud, S.: 320 conferencia. Angustia y vida pulsional, A.E., XXII.
10) Lacan, J.: El Seminario, libro X, "La angustia", inédito, lección del 5-12-62.
11) Lacan, J.: "Conferencias y encuentros en las universidades norteamericanas", en Silicet 6/7, Seuil, Paris, 1976, págs. 22-23.
12) Lacan, J.: "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma", en Intervenciones y textos 2, Manantial, Bs.As., 1988, págs.126-8.
13) Graf, Herbert: "Memorias de un hombre invisible" (un diálogo con Francis Rizzo), en Opera News, E.E.U.U., 5, 12, 19 y 26 de febrero de 1972.