LA FUNCIÓN DE LA REPETICIÓN. Juan Carlos Cosentino. (Teorico 1 - 1993)



Vamos a comenzar con el primer teórico. Les quiero hacer una primera aclaración con respecto al eje de esta asignatura: Más allá del principio de placer. Este es un punto importante que lo vamos a considerar tanto en los prácticos como en los teóricos, pero que esta referido a un momento en la dirección de la práctica freudiana.
En un segundo tiempo a Freud se le impone la necesidad de pasar del psicoanálisis como un teoría del recuerdo a introducir la función de la repetición. Este trabajo de Freud específicamente se llama Recordar, repetir y reelaborar del año '14. Lo vamos a trabajar, y ustedes van a observar que en ese momento se va a encontrar con la función de la repetición como un obstáculo.
Obstáculo y motor se da la mano con la forma que él tiene de pensar la transferencia, como motor del análisis, y en ciertos casos, cuando se cierra el inconsciente, como obstáculo. Esto es válido también para la compulsión a la repetición. Cuando trabajemos ese texto, a partir de la introducción de la compulsión a la repetición, vamos a observar que va a ser posible diferenciar la repetición como motor del análisis, la repetición como obstáculo y además se va a abrir la posibilidad de pensar en el núcleo de la repetición.
El texto Recordar, repetir y reelaborar Freud lo escribe teniendo ya realizado el análisis del Hombre de los Lobos. Bien, ese texto se funda particularmente sobre el sueño de angustia del Hombre de los Lobos. Allí, se le va a insinuar el núcleo de la repetición. Lo dejo anunciado. Sólo quería dar cuenta del titulo del Seminario ya que marca un momento de cambio, en la dirección de la cura o de la práctica freudiana, cuando se encuentra con los obstáculos que impiden la curación analítica y cuando el sujeto, más allá de que quiera o no quiera, se aferra a ciertos puntos que funcionan como obstáculo para la prosecución de la cura.
La idea para hoy es abrir las cuestiones que hacen a este Seminario freudiano y las iremos retomando clase por clase para ir haciendo su desarrollo. Hoy solamente les quiero dar un pantallazo y fundamentalmente la apertura de los problemas y de las articulaciones que vamos a tener que hacer.
Como ya les anticipaba cuando Freud sigue el hilo de su experiencia se ve llevado a formular en un segundo tiempo lo que nada parecía imponérselo en el primer tiempo. )Cuál es el primer tiempo?. El tiempo de la articulación del inconsciente.
)La articulación del inconsciente qué le había permitido situar a Freud?. El inconsciente le permite situar en primer lugar el deseo. Allí se encuentra en el sentido del primer paso de Freud que está formulado y desarrollado fundamentalmente en La interpretación de los sueños.
Freud aclara que el deseo inconsciente no es una función vital, no tiene que ver con los datos de los sentidos. El deseo inconsciente está tomado en una dialéctica pues está suspendido ‑la primera referencia que hay del inconsciente‑ de la cadena asociativa. Lo que Lacan va a llamar la cadena significante. O sea que el deseo está tomado en una dialéctica ya que está suspendido, bajo la forma de metonimia, a una cadena significante la cual se transforma, como tal, en constituyente del sujeto, por lo cual a partir de allí dicho sujeto es distinto al individuo. Esta ubicación que hace del deseo está adquirida para él cuando en un segundo tiempo, aquel que le abre el Más allá del principio de placer, lo lleva a articular la función de la repetición.
)Qué es la repetición?. Hoy vamos a abrir la cuestión. Cuando vayamos leyendo el texto iremos recorriendo las articulaciones y los problemas que nos plantea. Vamos a anticipar que la repetición no va sin el más allá y, en última instancia, apunta a aquello que va contra la vida, aquello que no está del lado del bienestar del sujeto y que implica cierta relación con el goce, que no es el placer.
Es porque hay búsqueda del goce en tanto repetición que se produce ese salto freudiano en el segundo tiempo: lo que le interesa como repetición, y que se inscribe en una dialéctica del goce es, como les decía recién, lo que va contra la vida.
De allí que en Análisis terminable e interminable diga que en vez de indagar cómo se produce la curación por el análisis ‑cuestión suficientemente esclarecida‑ el planteo del problema debe referirse a los obstáculos que impiden la curación analítica.
El sujeto, a pesar de, más allá de, en esos obstáculos que impiden la curación analítica aparece aferrado a ciertos puntos que no quiere abandonar aunque no tengan que ver con su bienestar.
El placer en el displacer o el placer en el dolor, alrededor del masoquismo, en la dimensión de la búsqueda de cierto goce.
Ese destino fatal, en lo que se repite en la vida de determinados sujetos: una influencia demoniaca que rige su vida.
Ese eterno retorno de lo igual ‑no está del lado del bienestar‑ en la repetición de idénticas vivencias.
Lo siniestro (también traducido como lo ominoso). )Qué refiere Freud en Más allá...?. "La figuración poética más tocante de un destino fatal la ofreció Tasso en su epopeya romántica, la Jerusalem liberada. El héroe, Tancredo, dio muerte sin saberlo a su amada Clorinda cuando ella lo desafió revestida con la armadura de un caballero enemigo. Y sepultada, Tancredo se interna en un siniestro bosque encantado, que aterroriza al ejército de los cruzados. Allí hiende con su espada un alto árbol, pero de la herida del árbol mana sangre, y la voz de Clorinda, cuya alma estaba aprisionada en él, le reprocha que haya vuelto a herir a la amada". Como en Lo siniestro, lo inanimado cobra vida, una segunda vez, en contra de la intención de Tancredo, vuelve a asesinar a la amada.
Una compulsión de repetición que se instaura más allá del principio de placer y que, allí donde se presenta como obstáculo que impide la curación, no es sin cierta relación no con el placer sino con el goce.
Bien, es a nivel de la repetición que Freud se ve apremiado a articular la pulsión de muerte. Como señala Lacan ‑Seminario XVII: El envés del psicoanálisis, pág. 51‑ la repetición no es sólo función de ciclos que la vida comporta, ciclos de la necesidad y de la satisfacción ‑Freud parte en la experiencia de satisfacción de la satisfacción de la necesidad‑, la repetición no es, entonces, sólo función de ciclos que la vida comporta, sino de algo distinto, de un ciclo que entraña la desaparición de esta vida como tal y que es el retorno de lo inanimado.
Lo inanimado aparece en realidad como un punto de horizonte, como un punto ideal, como un punto fuera del plano, pero cuyo sentido se especifica. )Cómo? Lacan responde: se indica perfectamente en lo que hay allí del goce.
El principio de placer, que lo vamos a retomar, aparece como el principio de la menor tensión, de la tensión mínima a mantener para que la vida subsista. Lo cual demuestra que, dicho principio, en sí mismo es desbordado por el goce, o, dicho de otra manera, lo que el principio de placer mantiene es el límite en cuanto al goce, que no está del lado del placer.
Efectivamente, no se trata del bienestar del sujeto. Freud señala que la compulsión de repetición devuelve también vivencias pasadas que no contienen posibilidad alguna de placer en el sentido del principio de placer.
Tempranamente ocurre que el displacer cuando interviene la represión, reaparece como el displacer del síntoma. Cuando aparece el displacer ligado al conflicto el aparato puede utilizar la represión. Sin embargo, ese displacer del conflicto reaparece como displacer del síntoma. Entonces se queja del síntoma, padece el síntoma, y eso es lo que lo lleva muchas veces a la consulta. O sea que ese displacer que la represión trata de evitar respecto al conflicto reaparece en el síntoma.
Lo que va contra la vida; que no es del orden del bienestar, del bien del sujeto. Una vez que establezcamos un punto de pérdida en Freud y en Lacan con respecto al goce ‑lo dejamos anunciado‑ esto que no es del orden del bienestar va a implicar tanto la irrupción de goce en un campo prohibido por los movimientos del principio de placer, como la recuperación de lo que Freud va a llamar una ganancia de placer (Lustgewinn) y lo que Lacan va a llamar un plus de gozar. Interrogaremos en este línea que no es del orden del bienestar, que va contra la vida lo que aparece más claramente con los sueños traumáticos, que es la irrupción traumática o la irrupción de goce, y el otro punto con la ganancia de placer o el plus de gozar, un punto de recuperación de goce. Entonces, irrupción y plus de gozar.
)De qué se trata? Se trata de aquello... lo siniestro, ese rasgo demoniaco, lo que Freud descubre en el rostro el Hombre de las ratas cuando le está haciendo el relato del tormento de las ratas. Descubrí en su rostro ‑señala‑ horror ante un placer ignorado por el sujeto. Ese momento tan particular del relato del tormento de las ratas: se le pone en el ano a un prisionero atado una lata y adentro de la lata se introducen ratas.
Una dimensión de por qué no está en la línea del bienestar. )De qué se trata en este punto?. Se trata de algo con respecto a lo cual el sujeto desde el punto de vista de su confort biológico no tiene estricta ni verdaderamente ninguna necesidad, no hace al confort biológico del sujeto.
Dejo abiertas las cosas en este punto con respecto a la introducción el más allá.
Osvaldo Delgado la próxima clase va a tomar, como primer antecedente, el principio de constancia. "Si un ser humano experimenta una impresión psíquica en su sistema nervioso, se acrecienta algo que por el momento llamaremos suma de excitación". En todo individuo ‑agrega‑ "para la conservación de su salud existe el afán de volver a empequeñecer esa suma de excitación".
)Se logra empequeñecer esa suma de excitación?. Habrá que revisar, junto con las consecuencias de la hipótesis auxiliar, que van a trabajar en los prácticos y en el próximo teórico, el punto de fracaso de este principio, que es un principio homeostático.
Como ya se los había adelantado se trata del síntoma y junto con el síntoma habrá que revisar tanto el retorno de lo reprimido como el fracaso de la defensa. El displacer del conflicto retorna como el displacer del síntoma. Lo que pone en cuestión la regulación del principio de constancia.
Entonces, como se pregunta Lacan en el Seminario II, este principio, el de constancia )se deduce de la teoría o está en la base del pensamiento de Freud por lo que se pensaba en esa época?. Lo dejamos abierto y lo iremos trabajando durante el cuatrimestre. Sin embargo, si hay un cierto punto de fracaso allí, es un poco difícil que se deduzca necesariamente de la teoría freudiana y es más pensable que tenga que ver con algo que está en la base del pensamiento de Freud por lo que se pensaba en la época.
Ya entonces, señala la existencia de una fuente independiente ‑de este principio regulador‑ que desprende displacer y que pone en movimiento el mecanismo de defensa.
Los síntomas (clásicamente conversión en la histeria, obsesión en la neurosis homónima) son los que van a permitir interrogar esa suma de excitación en relación al desprendimiento de displacer, cuando dichos síntomas se desplieguen en la cura en transferencia.
Sin embargo, va a ser necesario recorrer los dos momentos de ruptura que afectan al principio de placer.
En primer lugar hay una ruptura entre el principio de constancia y el principio de placer cuando introduce la experiencia de satisfacción. Y en segundo lugar hay una segunda ruptura del principio de placer cuando introduce el más allá y deja en cuestión si se puede hablar de principio.
Con la experiencia de satisfacción, diferencia lo que está del lado de la satisfacción de la necesidad de la realización de deseo.
Con la experiencia de satisfacción, verdaderamente, se produce para el sujeto humano un arranque que no es feliz, un arranque desdichado. )Por qué?. Porque está unido al hecho de que el sujeto humano lo único que puede hacer es alucinar, en el sentido de la alucinación que aparece en el sueno, su primera mítica satisfacción.
Entonces, se produce una ruptura entre el sujeto y el objeto en la satisfacción humana. )Y qué sucede entonces con el objeto?. A partir de allí el objeto queda ubicado de otra manera: se constituye en el objeto perdido. Allí hay que ubicar el objeto perdido freudiano como el resto que queda de la experiencia de satisfacción.
Dicho objeto ya no responde más a la satisfacción de la necesidad e introduce otra manera distinta de satisfacción cuyo correlato es el sujeto ‑que nombrábamos de entrada con el deseo‑ del inconsciente.
La realización de deseo, cuyo marco es la identidad de percepción (que vamos a retomar), aleja al sujeto de la vía de la satisfacción e introduce un arranque, del que recién hablábamos, ineficaz adaptativamente, marcado por la repetición. La repetición busca y no encuentra: un mítico primer encuentro entre sujeto y objeto de satisfacción.
No hay un objeto adecuado para el sujeto humano. Allí aparece la memoria freudiana. Ustedes recuerdan el esquema del peine, que lo vamos a retomar. Vía experiencia de satisfacción la memoria freudiana no es la memoria del organismo. Vía instinto habría un saber sobre el objeto que necesitaría el sujeto. En cambio la memoria freudiana no es la memoria del organismo.
Con este cambio de registro Freud introduce una nueva perspectiva del placer que no tiene que ver con la homeostasis del organismo. El primer sistema (psi) ‑señala en el punto E del cap. 7 de la Traumdeutung‑ lo único que puede hacer es desear. Hay ruptura de la homeostasis del organismo y el aparato se sostiene en que no puede hacer otra cosa que desear todo el tiempo.
Vale decir, con dicho cambio se introduce una diferente perspectiva del placer que quiebra el marco de la homeostasis del organismo que le impone al aparato el placer de desear, y entonces el aparato se sostiene en la tensión del deseo. Es muy curioso que en La interpretación de los sueños lo llama principio de displacer, después lo va a llamar principio de placer, pero empieza llamándolo principio de displacer. AA consecuencia -señala- del principio de displacer el primer sistema (psi) ‑el proceso primario‑ no puede hacer otra cosa que desear".
Desde esta perspectiva la experiencia de satisfacción introduce estructuralmente la pérdida del objeto y la caída de la homeostasis del organismo. No hay más adaptación entre sujeto‑objeto, por lo menos, para el sujeto humano.
Brevemente, la segunda ruptura del principio de placer. La segunda ruptura se vincula con la introducción del más allá. )Qué es lo que reencuentra?. Reencuentra el trauma. El trauma no dice, se muestra ‑Más allá...‑ en el interior mismo de la estructura y le indica que es imposible ligar absolutamente dicho trauma. La irrupción económica o de goce opera, volviendo imposible su dominio por el principio de placer.
En esta vía, fundamentalmente los sueños que cuestionan la función que le había dado al sueño como realización de deseo: los sueños traumáticos. En la falla de su función, con el incremento de este estímulo continuo que es la pulsión ‑comparable según Freud al estímulo doloroso como tal‑, es decir, la perturbación económica desencadena el más allá (la angustia automática).
"Si en la neurosis traumática ‑nos indica‑ los sueños reconducen tan regularmente al enfermo a la situación en que sufrió el accidente, es palmario que no están al servicio de la realización de deseo, cuya producción alucinatoria devino la función de los sueños bajo el imperio del principio de placer". Tenemos derecho entonces a suponer ‑añade‑ que por esa vía contribuyen a otra tarea que debe resolverse antes de que el principio de placer pueda iniciar su "imperio". Estos sueños buscan recuperar el dominio sobre el estímulo por medio de un desarrollo de angustia cuya omisión causó la neurosis traumática. En el punto de la neurosis traumática, en relación a los sueños traumáticos, Freud diferencia el terror de la angustia.
Nos proporcionan así estos sueños una perspectiva ‑continúa‑ sobre una función del aparato anímica que, sin contradecir al principio de placer, es empero independiente de él y parece más originaria (esta función del aparato) que el propósito de ganar placer y evitar displacer.
"Aquí, entonces ‑culmina Freud‑, deberíamos admitir por primera vez una excepción a la tesis de que el sueño es cumplimiento de deseo".
Segunda ruptura del principio de placer. Lo indica en el capítulo I de Más allá...: "a consecuencia del viejo conflicto que desembocó en la represión el principio de placer experimenta otra ruptura justo en el momento en que ciertas pulsiones laboraban por ganar un placer nuevo en obediencia a ese principio". Bien, con la segunda ruptura del principio de placer, además de la pérdida y de la caída de la homeostasis del organismo que antes dejó la experiencia de satisfacción, se redefine dicha experiencia de satisfacción. Ahora podemos señalar ‑Freud lo deja indicado con el objeto perdido‑ que se añade otra pérdida: la pérdida inaugural del goce, como esa mítica primera satisfacción.
El goce conectado con esa mítica vivencia de satisfacción, aparece perdido e imposible de volverse a recuperar. La repetición da vueltas, en esta perspectiva, alrededor del goce perdido. Después se puede hablar no del goce, sino de la economía de los goces. Allí, con la repetición, en ese punto de pérdida mismo, puede haber cierta irrupción económica ‑lo que plantean los sueños traumáticos‑, o puede haber cierta recuperación: la producción del plus de gozar.
Bien, con el más allá irrumpe la perturbación económica o vía la producción, como recuperación, lo que Freud llama la ganancia de placer y que Lacan traduce como plus de gozar.
El punto de vista económico, retomado por Freud, es lo que funda el más allá que va a sostener tanto la ligadura o temperancia de los volúmenes de estímulo, como su irrupción: lo no ligado.
)Qué introduce esta segunda ruptura?. Más allá de las sensaciones de placer y de displacer es necesario indagar ‑final del cap. I de Más allá...‑ la reacción anímica frente al peligro exterior. Vale decir, Freud parte de un punto de exterioridad. Y, en realidad, hay que preguntarse si ese punto de exterioridad, que es la reacción frente al peligro exterior, puede ser representado adentro. Por ahora, oscilemos entre el afuera y el adentro. Sin embargo, el peligro exterior que llevará a la pulsión introduce esta segunda ruptura.
Cuando Freud habla de la perforación de la protección antiestímulo va a desembocar en los sueños ‑ya mencionados‑ traumáticos, aquellos que le plantean una excepción a la tesis de que el sueño se halla al servicio del cumplimiento de deseo.
"Llamamos traumáticas ‑comenta Freud‑ a las excitaciones externas que poseen fuerza suficiente para perforar la protección antiestímulo@. Con ello emerge el fracaso de la ligazón.
Bien, ese punto de exterioridad ‑los grandes volúmenes de estimulo‑ retorna. )Cómo retorna? )Puede ser representado adentro?. La pulsión que había definido a partir de Tres ensayos... como una fuerza que actúa continuamente. Vale decir, este punto de exterioridad, con la pulsión, se hace interno y, en realidad, habría que hablar de un exterior‑interno o de un interior‑externo para dar cuenta de esta articulación que Freud puede hacer a partir del peligro exterior con la pulsión. Con Lacan la extimidad de la pulsión.
)El carácter repetitivo de los sueños de la neurosis traumática qué le causa al aparato?. Si estos sueños son repetitivos, dicho carácter repetitivo obliga al aparato a un trabajo constante. Vale decir, )qué es lo que se descubre en el trabajo constante del aparato?. Se descubre a la pulsión. )Por qué?. Porque la pulsión está definida por Freud como un estímulo continuo, como una fuerza que no deja de funcionar. A su vez, )la irrupción traumática exterior, pasando por la neurosis traumática, en el sueño, cómo se repite?. Se repite como pulsión, se libera como pulsión. En los sueños traumáticos aquello que es audible más allá de la cadena significante, audible sin significante ‑consecuencia en la neurosis de guerra de una explosión‑ reaparece no placenteramente (de ahí la relación con el goce) como goce del ruido.
Esta irrupción le llama la atención a Freud y lo lleva a cuestionar la teoría que sostenía con respecto a los sueños como cumplimiento de deseo y le permite introducir una de las vías, por la cual puede indicar el más allá.
Pero, )qué se articula? )Qué se entrama aquí?. Aquí se articula lo pulsional ‑que no obedece al tipo del proceso ligado sino al del proceso libremente móvil‑ con la compulsión de repetición. Lo pulsional ‑habiendo partido del peligro exterior y de los grandes volúmenes de estimulo‑ se encuentra con la compulsión de repetición.
Alumno: )Qué sucede con la condensación y el desplazamiento en el sueño traumático?.
Profesor: La diferencia que hay entre el postulado trauma y el trauma que aparece en el sueño es que hay una cierta pantalla. El sueño traumático es la pantalla que deja el trauma detrás. Efectivamente, la condensación y el desplazamiento que hay allí es mínima. El sueño está muy calcado con la situación traumática.
)Cuál es el signo distintivo de la nueva dirección de la práctica que se le anticipa con el más allá?. Algo les indiqué al comienzo para justificar el nombre del Seminario. Freud dice que el analizante repite en vez de recordar. Tendremos que introducir la rememoración, vía repetición, como recuerdo en acto. Ya no se recuerda más al estilo del diccionario. El inconsciente vale por las sustituciones y conexiones que se producen cuando Asociando se va hablando. Allí aparece la repetición como motor del análisis: el recuerdo en acto.
Pero, se los adelantaba de entrada, introduce fundamentalmente en Recordar, repetir y reelaborar la repetición como obstáculo. Hay detención del rememorar como existencia y surge el agieren, o sea, el actuar. La repetición como obstáculo. Entonces, Freud señala que hay detención del recordar como resistencia y surge el actuar. )Qué es el actuar?. En principio, y lo vamos a retomar, la reproducción o la modulación de la conducta de una especie de rememoración actuada. Señala: actúa ante nosotros en vez de asociar.
Nos referimos al recuerdo en acto. Hablamos de la repetición como obstáculo. Finalmente se desglosa la compulsión de repetición. Freud dice: "que se recuerde algo que nunca pudo ser 'olvidado' porque en ningún tiempo se lo advirtió, nunca fue consciente"
Este paradójico recordar ajeno al recuerdo )a qué equivale en Recordar, repetir y reelaborar?. Equivale a "convocar un fragmento de vida real". Aquí se acerca por primera vez al núcleo de la compulsión de repetición. En el núcleo de la compulsión de repetición halla un fragmento de "vida real" no inofensivo y carente de peligro que escapa a la rememoración, vale decir, a su captura por la palabra.
Tomemos una referencia clínica. A propósito del célebre sueño del Hombre de los Lobos ‑el texto que subyace cuando escribe Recordar, repetir y reelaborar‑ para Freud soñar también es recordar. Pero con un estatuto distinto. Vale decir, la activación de la escena primaria (el sueño de los lobos es un sueño donde falla la función del sueño), la activación de la escena primaria en la falla de ese sueño, no habla, no dice, muestra veladamente lo que en él despierta. Veladamente pues el sueño siempre tiene una pantalla, aunque haya un punto de falla. )Y qué es lo que muestra?. Lo que, en el mismo sueño, despierta. Y lo que despierta en el sueño es lo que más se acerca al núcleo de la repetición.
En el sueño la inclusión de la imagen de los lobos, que equivale a ese fragmento de vida real, sostiene ese estado de detención fascinada u horrorizada del sujeto velando, de todas maneras, lo que en la escena lo mira. El sujeto, en el sueño, aparece fascinada u horrorizado frente a la imagen de los lobos que vela ese elemento real y que tiene que ver en Freud con la pulsión de ver y en Lacan con la pulsión escópica, o sea, con la mirada. La imagen de los lobos vela e incluye la mirada que detiene con fascinación y con horror al sujeto. En ese punto el sujeto está abolido. No es un sujeto representado por un significante para otro significante.
Falla la función del sueño y el sujeto se despierta. Hay algo que no es ni la realidad psíquica i la realidad material, que lo despierta y veladamente ese fragmento de "vida real" se acerca al corazón, al núcleo de la repetición.
Quiero concluir contándoles brevemente un sueño que después vamos a retomar en los trabajos prácticos que es un sueño que muchos de ustedes conocerán: un sueño de una paciente de Freud. El lo trabaja en La interpretación de los sueños como en las Conferencias de introducción al psicoanálisis, dedicadas a los sueños. El sueño aparece nombrado como ATres localidades de teatro por 1 florín y 50 kreuzer@.
Se trata de esa paciente de Freud que en el sueño está en el teatro. Es una mujer joven que está casada desde hace muchos años. Sueña que "está sentada con su marido en el teatro, un sector de la platea está totalmente desocupado. Su marido le comenta que Elise L. y su prometido también habían querido ir (al teatro), pero 8010 consiguieron malas localidades (aparece un absurdo en el sueño), 3 (son Z) por 1 florín y 50 kreuzer, y no pudieron tomarlas. Ella (la paciente) piensa que no haber podido ir aquella noche al teatro no es ninguna desgracia (referido a su amiga
)Cuál es la ocasión del sueño?. Su marido le había contado que Elise L., que aparece en el sueño, una conocida, que más o menos tiene la misma edad que la soñante, acababa de celebrar su compromiso matrimonial. El sueño es la reacción frente a esa comunicación.
Freud hace un rastreo muy detallado. Pero, vamos a tomar los elementos principales. )Un sector de la platea está desocupado?. Le permite rastrear en los pensamientos latentes, un acontecimiento real de la semana anterior. La paciente había querido asistir a una función teatral y compró muy apresuradamente, muy tempranamente entradas y tuvo que pagar un adicional por reservación. Cuando llegaron ‑en la realidad‑ al teatro un sector de la platea estaba vacío y el marido se burló de este apresuramiento de la paciente por tomar tan temprano entradas.
Este elemento apresuradamente ‑ella se casa muy temprano, la amiga que tiene la misma edad, muchos años después, y observaremos que tiene importancia‑ vuele a repetirse con la cuñada que había recibido como regalo 150 florines. En el sueño aparece como 1,50 que es cien veces menos.
)Qué hace la cuñada?. Corre al joyero y cambia el dinero por una alhaja. Otra vez alguien que se mueve apresuradamente.
Esta es la relación entre lo que Freud llama el texto del sueño y los pensamientos preconscientes o latentes. El otro elemento que aparece: )el disparate o el sin sentido de que se tomen tres entradas cuando solamente eran dos?. Dicho disparate es representado recogiendo en el sueno un elemento absurdo: tres para dos.
Pasemos a la primera construcción que hace Freud a partir de este pasaje a los pensamientos latentes. "Fue sin duda un disparate de mi parte haberme apresurado así con el casamiento. (Después vamos a ver por qué el ingresar en el teatro sustituye al casamiento). Por mi amiga veo que aún más tarde (demasiado temprano) habría conseguido marido".
Y aún: "habría conseguido uno cien veces mejor (los 150 florines son cien veces 1 florín y 50 kreuzer) con que sólo hubiera esperado a cambio del dinero"; y todavía ‑como aparece el número 3-: A(tres hombres así me habría podido comprar a cambio del dinero! (o sea, con la dote)". Fundamentalmente, )qué expresa el sueño a este nivel?, el menos-precio por su propio marido y el lamentarse por haberse casado tan temprano.
La soñante está insatisfecha, aunque no lo sepa, aparece en el análisis del sueño, con su marido. Pero Freud se pregunta: )esto qué tiene que ver con el cumplimiento de deseo?. )Cómo estos tristes pensamientos se fundieron en un cumplimiento de deseo?. )Dónde está la huella del cumplimiento del deseo en el contenido manifiesto del sueno?.
No aparece en La interpretación de los sueños. Lo retoma y reaparece en la l4‑a conferencia: El cumplimiento de deseo.
Señala: el casarse está sustituido, a todas luces, por el ir al teatro. El "procurarse demasiado temprano entradas para el teatro" está en reemplazo directo del casarse demasiado temprano. Bien, esta sustitución es la obra del cumplimiento de deseo.
Aún, no dice por qué. Nuestra soñante -señala- nunca estuvo tan insatisfecha -aunque no lo reconoce: la paciente le dice a Freud que "no sabía que despreciaba tanto a su marido... ni por qué"‑ con su temprano matrimonio como el día que recibió la noticia del casamiento de su amiga. En su tiempo estaba orgullosa de dicho casamiento y se consideraba aventajada frente a su amiga.
Y acá aparece el giro que hace Freud. Ubíquense en la época. Algunas muchachas ingenuas ‑comenta‑ dejan traslucir, tras su casamiento, su alegría por el hecho de que pronto les estará permitido ir al teatro a ver la piezas que hasta entonces tenían prohibidas; les estará permitido "ver todo" ( si se pudiera ver todo).
Bien, esa pizca de placer de ver o curiosidad (ir al teatro) aquí sale a la luz: al principio, un placer de ver sexual (espiar) volcado a la vida sexual, en particular de los padres. Y aún, añade Freud, esa pizca de placer de ver pasa a ser después un fuerte motivo que empuja a las muchachas al casamiento temprano.
Entonces, la visita al teatro es un sustituto del estar casada y en el fastidio actual por su casamiento temprano ‑el elemento de censura que aparece en el sueño‑ se remonta al tiempo en que para ella era un cumplimiento de deseo porque le satisfacía su placer de ver (Sie ihre Schaulust befriedigte), y ahora ‑sueño‑ guiada por esa vieja moción (impulso) de deseo, sustituye el casarse por ir al teatro.
)Entonces, qué ha producido ese trabajo del sueño más allá de ese pensamiento del sueño que es un reproche: el fastidio por haberse casado tan temprano y la insatisfacción con su marido?.
Dicho pensamiento del sueño en realidad, tiene valor de censura pues está ocultando que en el sueno se satisface la pulsión de ver. En el trabajo miso del sueño hay satisfacción de la pulsión escópica. Vale decir, ese trabajo del sueño ha producido, como recuperación, una ganancia de placer.
La paciente no se despierta, o sea que en este sueño el trabajo del sueño liga la pulsión con el deseo. La soñante duerme, sueña y no se despierta. Vale decir que el deseo aquí canaliza este punto de recuperación de goce que tiene que ver con la pulsión de ver. La satisfacción pulsional se vehiculiza aquí por el deseo. En realidad es domesticada por el deseo y el marco de dicha satisfacción es lo que Freud llama "energía ligada del deseo".
El sueño ‑vía trabajo del sueño‑ lleva a cabo una transformación, una economía de goce. Pero aquí el deseo no es sin el goce, aunque deseo y goce están armonizados.
Ustedes saben que la histeria se define en relación a la insatisfacción. Parece ser que el primer encuentro con la sexualidad es un encuentro insatisfactorio y esto funda en la histeria el deseo como insatisfecho. Freud señala que, por lo menos, en esta paciente habría cierta insatisfacción genital. Frente a esta insatisfacción matrimonial hay una compensación, una bonificación: un plus de gozar, una ganancia de placer no reconocida por la paciente que se va a conectar con la "disposición perversa polimorfa", disposición originaria y universal de la pulsión sexual de Tres ensayos... Una recuperación muy parcial y muy localizada.
Bien, cuando la experiencia de satisfacción pone en juego el anhelo por el objeto perdido comentamos que allí aparece el desear y que el primer sistema (psi) no podía hacer otra cosa que desear. Con la clínica, antes de introducir la función de la repetición en 1920, se anticipa, con este sueno, que el desear no es sin la pulsión.
Cuando la experiencia de satisfacción pone en juego el anhelo por el objeto perdido, con la ruptura de la homeostasis del organismo y con la imposición del placer de desear, vía realización de deseo, en este sueño, el goce pulsional puede ser atemperado, dominado.
El trabajo del sueño ‑Tres entradas de teatro por 1 florín y 50 kreuzer‑ lleva a cabo una transformación, una economía de goce, liga pulsión y deseo.
Sin embargo, cuando la experiencia de satisfacción pone en juego dicho anhelo por el objeto perdido, el desear ‑"el primer sistema (psi) no puede hacer otra cosa que desear"‑ no es sin la pulsión.