EROTOMANIA Y TRANSFERENCIA: LOS ELIXIRES DE LA MUERTE. Mónica Fudin.



Muchas veces los analistas nos hemos visto ante pacientes cuyo delirio erotómano nos coloca en el centro de su escena amorosa. 


En ocasiones, el fenómeno de transferencia que a Freud le pareció un factor perturbador, se muestra como elemento valioso e imprescindible en la labor analítica, aun en su costado resistencial.  Hace avanzar un  analisis y es ahí donde el analista no siempre encuentra las perlas del inconciente, sino se tropieza con las piedras de lo real. 



El paciente que llamaré José desde el comienzo del análisis y durante varios años concurría a las sesiones porque según decía, “quería casarse” conmigo. Convencido que algún dia podría lograrlo todas sus sesiones comenzaban con una declaración amorosa expresando su ilusión, hasta convertirse en otras en un mutismo hostil que tardaba en despejar. Largos silencios cuyas asociaciones sólo remitían a este contenido sin tener nada que decir aparte de ello. En el  primer tiempo de las entrevistas preliminares como las diferencia Lacan, para que la demanda se instituya y recaiga sobre el analista, se comienza por poner el cuerpo en el tema. Determinante y no sin consecuencias, será luego la estructura del analizante la que la despliegue (1) 



De nada servían mi silencio,  puntuaciones, señalamientos, aclaraciones, interpretaciones y porque no mi fatidio... Su persistencia arrasaba con todo: la convicción de que yo estaba enamorada también de él, sólo que “no me animaba a decírselo porque era su psicóloga” hacían que estuviese dispuesto a esperar hasta el final del tratamiento. Después nos casaríamos. Sus miradas furtivas, su rubor al hablarme, sus inhibiciones que lo obligaban a sonreírme encubiertamente esquivando la mirada, su empecinamiento  y su sumisión, no hacían mas que incrementar mi incomodidad hasta el punto de evitar demostrar cualquier signo o gesto que el pudiera malinterpretar acentuando su imaginación desbordada. Mientras tanto esta transferencia instalada en la vertiente resistencial ilusoria del amor, que duró muchos años le otorgaba un lugar y logró avanzar en tantos terrenos como le fue posible. 



Transferencia coagulada, demanda que requiere de una respuesta que no es ni su satisfaccion, ni el silencio absoluto y tampoco el rechazo. Demanda de amor que se presenta de diferentes formas, atención,  objetos, no importa que, se demanda siempre amor, se instituye a quien se demanda en Otro suponiéndose que tiene aquello, y dependerá de su buena voluntad, ternura o arbitrariedad entregar lo que puede satisfacer. 



Clerembault reconocido por ser quien mejor ha descripto y estudiado la erotomanía, la define como “ la ilusión delirante de ser amado”, ubicándola entre las psicosis.  La describe en tres fases evolutivas: esperanza, despecho y rencor y la basa en un “postulado fundamental”: “es el Objeto, la persona por quien el paciente se cree amado y que pertenece a un rango mas elevado que el sujeto,  quien ha empezado a declararse, es él quien ama mas o la única que ama” Esta erotomanía  pura se basa en intuiciones, falsas interpretaciones e ilusiones. Pasión delirante  cuyo motor no es el amor sino el odio al decir de Freud. 



Esta demanda de características erotómanas, aunque extravagante y bizarra, estancada entre la fase de la ilusión de ser amado y la esperanza oscilaba con el despecho de un mutismo asfixiante.



Cuando pude escucharla como parte necesaria en la transferencia para comenzar el análisis, me relajé y podría decir que dejé de lado la actitud defensiva que operaba como reacción terapéutica negativa. Ese amor  transferido al analista, a aquel que le supongo un saber no esta siempre claramente articulado con aquello que lo trae a consulta.  En este paciente  Se reclama un amor unificante, que remite al narcisismo, a la unificacion imaginaria para poder soportar lo real de la vida. La presencia y la escucha del analista representan ya una respuesta En los casos graves el cuerpo se hace escuchar a traves de quejas, sufrimiento, y demandas de amor explicitas maneras de desplegar su decir, luego de haber padecido un mortificante silencio familiar.



 José a sus 46 años, en un lapso de 5 años ha perdido a toda su familia: un hermano esquizofrénico de larga data con varias internaciones que terminó cortándose la yugular con una navaja en el baño de su casa Un padre severo y paranoico que muere de un ataque al corazón inesperadamente durante la cena familiar. Y una madre que a partir de estos episodios (al año de la muerte del padre) y  pese a los esfuerzos de José por alimentarla en la boca y cuidarla con dedicación, se deja morir  progresivamente no abriendo nunca mas lo ojos para mirarlo ni dirigirle la palabra. Esto hace imposible la vida para él en esa soledad.



Al salir de una internación breve que solicita por su temor a morir y a no soportar la soledad, retoma su antiguo trabajo administrativo deslucido y siempre con grandes dificultades para manejar la cotidianeidad de las tareas hogareñas de las que se ocupaba su madre. Nunca tuvo novias y esporádicamente “cuando le da el presupuesto” tiene alguna relación sexual con prostitutas, cuya dirección encuentra en el diario. Con escasos amigos, amigos del hermano o conocidos durante sus internaciones. Y sus pequeñas salidas a un café a leer el diario o arma algunas salidas culturales y asiste a grupos de “solos y solas”. Así trascurren sus años, ha logrado terminar la carrera de Trabajo Social, pero es rechazado hasta cuando se ofrece como voluntario lo que le genera gran desazón y ansiedad.



El aforismo lacaniano de no retroceder, frente a la Psicosis, es una propuesta a resistir, pues en ese arduo trabajo uno siente que se rema en la arena. a veces movedizas, altos médanos, pozos arenosos, tormentas de arena, etc, todo apunta a desgastar al analista en su función durante el transcurso de un tratamiento. Especialmente ahí donde la presencia de la pulsión de muerte, anudada al amor de características erotómanas, al analista hacen su juego posteriormente en la vertiente de los  intentos de suicidio.

Quiso tal vez el azar 

 José  como único sobreviviente de esta familia debía asistir por cumplirse el plazo establecido por el cementerio a levantar los restos de su hermano y decidir su destino: pagar y cremarlo o ir a parar a una fosa común, el osario como NN.  Nunca se decide, y con gran resistencia a pagar la diferencia mínima, decide por los N. N. Cabe mencionar que  sus padres, según relata como  al pasar,  no  habían asistido al cementerio el día del entierro del hermano, pues ese día ”debían ir a cobrar la jubilación” por lo que debe hacerlo solo. Esta vez es el cementerio quien exige que haya un familiar presente en ese acto. A partir de allí y mas tranquilo por haber cumplido con su deber,  comienza con un paulatino abatimiento.

Interrogado sobre esto  dice que se siente impresionado por lo que vio en la tumba. El azar como estricta articulación simbólica, sobreimprime en la diacronía y en la sincronía, la determinación del significante a la del significado. Destino de NN, para su hermano, su semejante, que lo envuelve y lo sobreimprime en la historia de su vida; marcándolo también y marcando él mismo a su hermano en su segunda muerte. 


¿Qué pasó en el cementerio? (le pregunto).  .”.Nada, me quedé ahí parado mientras habrían el cajón, porque me dijeron que tenía que haber un familiar presente y presente (esto es interesante por lo que representa la literalización del discurso para la psicosis), era estar ahí mirando mientras abrían el cajón.  Yo quería ver que había adentro quería estar seguro de lo que sacaban…lo que queda de uno es el esqueleto”- . "Me impresionó mucho ver la calavera separada del resto del cuerpo, ahí estaba el cerebro y ahora había un vacío; estaban los dientes, los huesos, no se parecía a mi hermano, se me aparece ahora un conflicto de llevarle flores. ¿A quién? ¿A la calavera?  Desde ese día no duermo, se me aparece esa imagen apenas cierro los ojos, toda la casa está en silencio, es la misma casa en que vivieron ellos…".
Los recuerda como un vacío, una calavera, como huesos desarmados. En la casa no hay fotos ni imágenes de lo que fue su familia en vida, solo rescata de un carnet y coloca sobre un mueble  una foto 4x4 de la madre. No hay posibilidad de reconstrucción en lo imaginario de lo real de las calaveras ni hay flores para los muertos. Pide internarse por sentirse intranquilo en su casa, padece insomnio y evidencia un paulatino proceso de aislamiento, poca concentración en su trabajo con ideas paranoicas hacia sus compañeros, deterioro físico y angustia difusa, había dejado de bañarse, venía con la ropa sucia, muy descuidado.



          Su tono monocorde y su hipomimia no  eran precisamente señales que permitieran advertir su agitación interna, su ansiedad y sus fantasías suicidas o asesinas (pues deseaba matar a un compañero que le solía hacer bromas que él no tomaba como tales) todo era tomado con extrema suspicacia y desconfianza, , salvo cuando se sentía desbordado a punto de estallar o pasar al acto. Atenta a ciertos sutiles tonos de su voz y leves matices de su decir,  de su mirada siempre esquiva, siempre tan oculta sobre un material pobre, poblado de silencios y cuestiones cotidianas, en su parquedad omitía decir  lo que le pasaba.



La dimensión del suicidio o del homicidio no permite lógicamente el rearmado de otra escena a diferencia de las otras situaciones, pues no hay respuesta fantasmática a la angustia. Cuando el Otro queda absolutizado (el Otro que puede ser la muerte, también, en este caso) y el sujeto del lado del objeto, un pequeño disparador que Lacan describe como emoción, provocada en este caso,por el episodio del cementerio, activa la escena de pasaje al acto. 



Se siente asustado, entre avergonzado y confiesa ruborizado que desde ese pedido del cementerio no cesa de  escuchar voces que lo perseguían sin atreverse a decirlo, por temor a que yo me enojara. ¿Que decían esas voces? (le pregunto). "¡Hay que matarlos de chiquitos!". Reconociendo en ellas una frase utilizada por su padre durante la infancia, trata de neutralizarlas durante ese año de pesadilla diciéndose:" Yo le agrego de amor, hay que matarlos de amor… para que no me afecte”. 



Pobre consuelo para quien reconoce en la voz del padre una verdad innegable padecida por años, el deseo de muerte y destrucción sobre sus hijos. Padre que  jamás les dirigía la palabra, les prohibía estudiar, ver televisión, tener amigos, mencionar y festejar cumpleaños, hablar, comer dulces, gastar dinero, imponiendo severos castigos para ello. “¿Donde está el padre en todo esto? “– le pregunta Sofouan a Lacan. “Él (le contesta Lacan) sostiene la balanza entre ustedes dos”, y para no dejar ambigüedad alguna agregó: “Ya que entre dos sujetos no hay sino la palabra o la muerte”. (2)



Su prolongado silencio como referencia a darse cuenta de la  presencia del analista.  donde este se vuelve muy presente; es quien lo va a censurar, Presencia que es un misterio que mantenemos a distancia, y al que nos hemos acostumbrado pues no seria facil vivir si tuviésemos el sentimiento de la presencia permanentemente.  



Para José las circunstancias de la vida, el azar, dominan la secuencia de los hechos. De estar “en situación” pasa a estar  “a merced de la situación”. exiliado, sepultado en su propia casa, donde los vivos no se diferencian de los muertos, sin posibilidad de poner flores al dolor, en un punto de no-retorno, a partir del cual el drama parece tomar autonomía y regirse por sus propias leyes.  



Muy cerca de una ruptura yoica, dispuesto con sus ideas obsesivas a suicidarse, con un estado agudo psicotico.  Decidí enviarlo directamente a la salida de sesiòn en el  consultorio con una nota, a la guardia del hospital en el que ya había estado, para que se internara y revieran la medicación que estaba tomando. El hospital funcionaba como lugar fraterno, donde él encontraba amigos, con los que compartía encuentros culturales, y sociales. le resultaba “hospitalario” .



El silencio de José que solo se atreve a romper cuando se siente seguro tras los muros del hospital, son la mostración que implica un dar a ver a un otro, un testigo como lo llama Lacan, a que escuche implicando a alguien en ese sufrir .



En Jose el deseo puesto en el Otro que le retorna desde lo real de la alucinación solo se despliega en la protección que ofrece la internación. Lo veía una vez por semana en el hospital y  sospeché que aun pensaba en matarse. El aparato psíquico del analista operando en un momento crítico trata de ofrecer un escenario donde pueda desplegarse la encrucijada trágica,



Al preguntarle  si aún pensaba en la muerte o en matarse, me contesta: “A veces… Me aparece la idea de tomar un coctel de pastillas y terminar con todo, lo pensé la semana pasada…con la muerte se terminarían todos los problemas: mi estado de paciente, la toma de medicación, los estados de ansiedad, la depresión…la soledad, no le encuentro sentido a lo que hago”. Su enunciación no coincide con el enunciado “a veces”, le vuelvo a preguntar: ¿A veces cuando? Y responde "Sí, todos los días". Avanzo para saber cuan decidido está en relación al acto de matarse, Para mi sorpresa se ruboriza y dice: “Morir como una rata” (3). 



 Pacto con el padre que lo reduce a un objeto librado aun después de su muerte al capricho del Otro, de la muerte de este padre. “Muerto el padre adquirió un poder mucho mayor que el que había poseído en vida”, dice Freud (“Tótem y Tabú”). “¡Tengo pensado matarme  con veneno para ratas y para cucarachas, porque es lo mas rápido! Ahí refiere que se le presentó la fantasía de envenenarse.  “Aquí en el hospital, cuando me levanté, es una especie de repetición interna, constante, como en mi imaginación que me dice: “comprar veneno de rata para suicidarme”, siento un poco de miedo  de hacer la acción automáticamente y me voy a descontrolar. 



La palabra es sin duda mediación entre el sujeto y el otro. En este caso, la resistencia aparece en el momento en que la palabra de revelación no se dice, donde se acude al otro, a modo de semejante, 
Encontrándose José en este punto de lo que se denomina “ calma siniestra”, con la decisión tomada y solo a la espera del momento oportuno refiere que tiene permiso de salida el próximo fin de semana Ante mis preguntas responde "En casa tengo un frasquito que compré para matar hormigas".  Le pregunto si ya lo tiene decidido, se ruboriza nuevamente y dice que sí, pero que espera que pase esta fantasía, igual que la otra vez, que desaparezca…pero teme descontrolarse. Luego habla de lo inquieto que se pone cuando retorna a la casa: “Estoy solo, no tengo con quien hablar, y no lo puedo superar”. Suspendemos, momentáneamente, los permisos de salida y le comunico esta decisión al paciente, quien la recibe aliviado. 



Vienen las vacaciones y le pido expresamente que desde el hospital me llame por teléfono durante el fin de semana, cuantas veces lo necesite para decirme como se siente.  Asegurándole que no estará solo en la sala y que podrá hablar con los profesionales de guardia, si algo lo inquieta. Acepta y no deja de llamar todos los fines de semana, aun en los permisos de salida, durante los 3 meses que dura su internación. Nunca dejo de preguntarle por sus voces y  sus fantasías de suicidio, que incorporadas a su discurso, van cediendo y espaciándose. 



Con este tipo de pacientes, transferencialmente, podríamos decir que no falla el analista en su función sino que es difícil instaurar allí un analista, pues en su acto hay un llamado a la intervención del Otro pero no a la manera de una interpretación. Se convoca al analista a salir de la abstinencia, semblant de Otro barrado que muestra deseo y  preocupación  por el sujeto, como primer paso transferencial para alojarlo, trabajando con los tres registros. Con el pasaje al acto en el horizonte resalto la importancia de la continuidad necesaria, entre la escena del análisis y la vida cotidiana. Al acompañarlo a transitar la urgencia, ofrecer la mirada y la voz, como objetos pulsionales  que hacen que el sujeto pueda ubicarse justamente del lado del sujeto: el que llama, el que pide, el que está.



Así nos manejamos hasta su alta. Enlace al Otro que lejos de considerarlo una rata, un pedazo de carne y huesos, un NN, lo supone un sujeto capaz de poner en palabras su dolor y su duelo, que muestra que: “el mas allá” está “tan acá” como lo permite, entre otras cosas, una voz del otro lado del teléfono. 
En estas ocasiones uno tiene la sensación de estar llevando adelante un análisis que no es exactamente así, pero en realidad lo está sosteniendo no en la faz interpretativa. Uno va adquiriendo presencia, al lado de ese sujeto que tiene un sufrir, un padecer.



Es una confrontación a una presencia todo el tiempo, que hay que poder regular en tanto distancia Porque sabemos que este otro semejante que necesita el psicótico para poder transcurrir, en el enlace al otro; inmediatamente puede convertirse en ese “otro persecutorio”.  



Por eso hay que estar advertido, estar advertido quiere decir esto:” regular esa presencia con el paciente”; que no es fácil.  hay momentos que uno si tiene que decir, bueno ya va a pasar, quédese tranquilo que mañana lo volvemos  a trabajar. A veces, tratamos de suavizar, porque éste paciente quería matar a los compañeros.  Es difícil lograr esa regulación, lo que si creo que es importante, es que el analista esté advertido que uno no es el otro y no tiene el saber ni la certeza, que el paciente o la familia quisiera que tuviera.



Dos formas de amor se conjugan en el ser hablante el amor narcisista y el amor al padre, posiciones subjetiva diferentes En nuestra practica encontramos en los enfermos graves  en aquellos como las psicosis donde la forclusion del nombre del padre no ha operado, se  presenta la forma mas primitiva del amor y es con esto con lo que contamos para comenzar a trabajar. El Eros unificante implica indefectiblemente el cuerpo (4) que esta ligado indisolublemente al sexo Amor y Goce se  manifiestan en el cuerpo Mientras el goce esta mas cercano a la pulsion, el amor se ubica en lo que unifica al cuerpo. En el amor al padre esta en  juego el amor al saber, a quien supongo amo, que remite a la amistad, al amor sublimado donde no hay cuerpo ni sexo en juego Conduce al ideal, del bien, de la felicidad, base de ideal del Yo. Sosten de una etica.

Tal como lo propone Lacan el deseo del analista es un deseo advertido (5), que nos tiene que advertir  del tiempo del otro, de aquel que tiene que advenir sujeto en el análisis. Se pregunta Lacan:  (6) “¿Qué empleo hacemos del lenguaje y la palabra en el tratamiento? Hay, en la relación analítica, dos sujetos vinculados por un pacto. Este pacto se establece en niveles muy diversos, e incluso al comienzo, muy confusos. No por ello deja de ser esencialmente un pacto. Y hacemos todo lo necesario, mediante reglas previas, para establecer claramente ese carácter al comienzo”.  Pacto que los analistas, trabajando en el límite de la estructura, tratamos de convertir en un pacto con la vida.  
Dos formas de amor se conjugan en el ser hablante el amor narcisista y el amor al padre, posiciones subjetiva diferentes En nuestra practica encontramos en los enfermos graves  en aquellos como las psicosis donde la forclusion del nombre del padre no ha operado, se  presenta la forma mas primitiva del amor y es con esto con lo que contamos para comenzar a trabajar. El Eros unificante implica indefectiblemente el cuerpo (7) que esta ligado indisolublemente al sexo Amor y Goce se  manifiestan en el cuerpo Mientras el goce esta mas cercano a la pulsion, el amor se ubica en lo que unifica al cuerpo. En el amor al padre esta en  juego el amor al saber, a quien supongo amo, que remite a la amistad, al amor sublimado donde no hay cuerpo ni sexo en juego Conduce al ideal, del bien, de la felicidad, base de ideal del Yo. Sosten de una etica. 


Finalmente la transferencia se crea para ser disuelta (8) despues de mucho tiempo decidió dejar el análisis porque la plata no le alcanzaba y quería gastarla en “churracos”, lo enunció así “ a mi me gusta mucho comer carne y me voy a gastar la plata en eso” de ahora en mas podría hacer algo que le estaba vedado por el padre: gastar y gastarse. Cuando hablamos de la transferencia en la psicosis, son restos transferenciales, enlaces que uno va armando con todo esto: con la presencia, con la mirada, con la voz, con lo funcional.  No es la presencia simbólica, no es la transferencia con posibilidad simbólica.
Continuaría atendiéndose en el hospital en terapia de grupo,  lugar donde había estado el hermano, hermano mayor que funcionaba con cierto tono paternal y donde yo trabajaba. 



Hace poco tiempo lo encontré en un pasillo y ambos nos saludamos casi “familiarmente”.

Mónica Fudín.
NOTAS:

(1) Lacan J. El seminario de La angustia clase del 20-2-63, pag 30 Versión Critica EFBA
(2) -M.Safouan. La palabra o la muerte. Pag. 10. Ed. De la Flor Bs. As. 1994
(3) S. Freud. Totem y Tabú, T. II pag. 1839. 
(4) Domb Benjamin Demandea de Amor y fin de Analisis Publicacion de EFBA Coloquio de Verano Enero 2004
(5) Lacan J. Seminario del Acto Analítico Inédito 20.3.68
(6) Lacan J. Los Escritos Técnicos De Freud. Pag. 268 Las fluctuaciones de la libido Ed. Paidos.
(7) Domb Benjamin Demandea de Amor y fin de Analisis Publicacion de EFBA Coloquio de Verano Enero 2004
(8) Freud Sigmund. Obras completas. Dinamica e la transferencia. 1912. Ed. Lopez Ballesteros.

 Bibliografía

Freud Sigmund . Contribuciones al simposio sobre el suicidio. Mas alla del principio del placer.-  Obras Completas Tomo II  - Recuerdo, repetición y elaboración.- Lopez Ballesteros Barcelona 1973
Iunger Victor Acting Out- Pasaje al Acto. Actualizaciones en Problemáticas de la Clinica Ed. Interlínea  Bs.As. 1994
Laznik David. El acting, el Pasaje al Acto y el Acto Cómico.  En La Interpretación Ed. Estilos 1989 Bs.As.
Lacan Jacques Seminario de la Angustia . y  Seminario de La Etica 
Rosenfeld y otro. El Acting Out desde el pensamiento Psicoanalítico Arg.  Ed. Gamon  Bs. As. 1976
Staude Sergio “ Una Clínica el desasociego” ficha Biblioteca de la EFBA
Lacan J. Etica del psicoanalisis. Ed Paidos. Bs. As. 
Giarcovich Norberto Tragedia y Deseo Cap I. Ed. Letra Viva Bs. As. 1999. Couso Alvaro Tragedia y Comedia Idem. Bembibre Carlos- Acto y Tragedia- Ficha en la Biblioteca de la  EFBA Fontanarossa y orts.  Emergencias en Psiquiatría. El suicida una emergencia en psiquiatría. Ed. Artes Gráficas 1986 Bs.As Fudin Mónica. Suicidios Capitular a la sombra del objeto. Ed. Letra Viva. Bs. As. 2000. Cap.Intensionalidad Suicida
Bibliografía

Sole Sarraga Manual de Psiquiatría Barcelona 1953

Romi Estudios sobre la sexualidad

Freud Sigmund Escision del Yo en el proceso dfensivo Obras Completas
Maci Guillermo Paradojas del erotoismo perverso.  Imago 5 Bs. As.  
Meltzer Donald El papel de las confusiones pregenitales en la erotomanía. Imago 5 Sauri Jorge Saurí  El secuesto de lo imaginario en la perversión. Imago 5